El Ejército israelí atacó este miércoles por la noche objetivos del movimiento islamista Hamas en la Franja de Gaza, después de que desde el enclave lanzaran un proyectil y globos con artefactos explosivos, en medio de la tensión generada por la presentación del plan de paz de Estados Unidos.
La aviación israelí alcanzó una fábrica de armas y una infraestructura subterránea, entre otros objetivos del movimiento islamista, que controla la Franja, y al que responsabiliza de toda acción armada que surja desde allí, según un comunicado militar replicado por la agencia de noticias EFE.
Los disparos de cohetes desde este enclave bloqueado son esporádicos y aumentan en paralelo a los picos de tensión del conflicto, aunque en los últimos meses no han sido reivindicados por ninguna de las facciones palestinas.
Los lanzamientos disminuyeron desde que Israel y el movimiento Hamas comenzaran el año pasado una negociación indirecta para alcanzar una tregua pero amenazan con volver a hacerse habituales tras la presentación del plan de paz del presidente estadounidense Donald Trump, desestimado por los palestinos.
El rechazo al plan comenzó a generar protestas aisladas, especialmente en Gaza, y desde el martes se han producido altercados junto a puestos militares israelíes en Cisjordania ocupada, y en torno a la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Israel reforzó este miércoles de nuevo su presencia militar en Cisjordania ante la previsión de protestas hoy y mañana viernes.
El martes, dirigentes de Hamas en Cisjordania participaron en una reunión de emergencia que convocó el presidente palestino, Mahmud Abbas, de la formación nacionalista al Fatah, pese a la rivalidad que existe entre estas facciones y como un gesto de unidad poco habitual.
Antes del encuentro, Abbas tuvo una inusual conversación telefónica con Imsael Haniye, jefe del movimiento islamista, y al término de la reunión, todas las facciones palestinas advirtieron de no aceptarán ningún plan de Estados Unidos.
La iniciativa de Donald Trump, que presentó en Washington junto al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, da vía libre a la anexión de amplias partes de Cisjordania y plantea una soberanía limitada para un hipotético Estado palestino, con una capital en los suburbios de Jerusalén.