Después de distintas idas y vueltas en las últimas décadas, Duralex, reconocida mundialmente por sus resistentes productos de vidrio templado, ha dado un giro histórico en su estructura organizativa. Tras enfrentar una crisis financiera, la compañía se reinventó en julio de 2024 como una Sociedad Cooperativa y Participativa (SCOP), otorgando a sus 226 empleados el control y la propiedad de la empresa.

En 2005, Duralex se declaró en quiebra por primera vez, lo que marcó el inicio de un período de inestabilidad económica y cambios constantes en su propiedad. A pesar de los esfuerzos por revitalizar la marca, los problemas persistieron.

En septiembre de 2020, un tribunal comercial de Orleans declaró nuevamente la quiebra de la empresa, debido a la suspensión de los pagos. Esta situación se agravó por factores externos como la competencia a escala global y la disparada de los costos de producción.

En enero de 2021, fue adquirida por el grupo francés International Cookware, conocido por comercializar otros productos de la industria del vidrio. Aunque esta adquisición brindó una esperanza provisoria, la empresa continuó soportando los efectos de los desequilibrios financieros y operativos.

La crisis energética de 2022 y el alza de la inflación posterior golpearon fuertemente a la industria, lo que llevó a Duralex a acogerse al procedimiento de redressement judiciaire (reorganización judicial) en abril de 2024. Fue en este contexto crítico que surgió una solución innovadora: transformarse en una cooperativa dirigida por sus trabajadores.

Este cambio no solo marca un hito en la historia de Duralex, sino que también se cierne como un caso inspirador de resiliencia y empoderamiento de los trabajadores que, con valentía y determinación, apuestan la organización colectiva y a la creatividad para hacerle frente a lo que hubiera significado el cierre de la empresa.

Proceso de conversión en cooperativa: determinación y colaboración

La decisión de convertir Duralex en una SCOP no fue tomada a la ligera. Fue el resultado de un esfuerzo conjunto entre los operarios, los empleados administrativos, la gerencia, las autoridades locales y las entidades financieras.

Los trabajadores, conscientes de la crucial importancia de preservar su fuente de trabajo y el legado de la empresa, propusieron este modelo de organización como una alternativa viable para asegurar la continuidad de la producción como Empresa Recuperada por sus Trabajadores (ERT).

El proceso implicó negociaciones intensas y un plan detallado que fue presentado al Tribunal de Comercio de Orleans. El 26 de julio de 2024, el tribunal aprobó la conversión, marcando un antes y un después en la historia de la empresa. Bajo este nuevo esquema, los 226 empleados de la fábrica se convirtieron en accionistas mayoritarios, asumiendo plenamente el control y la responsabilidad de la gestión de la empresa.

Este cambio en ERT no solo garantiza la preservación de los puestos de trabajo, sino que también fomenta una cultura organizativa más participativa y comprometida. Los exempleados, ahora copropietarios, tienen un interés directo en recuperar la senda del crecimiento de la empresa, lo que se traduce en una mayor motivación y un enfoque colaborativo en la toma de decisiones.

Duralex Sociedad Cooperativa y Participativa

Duralex

La transición de Duralex a una cooperativa es un caso emblemático por varias razones. En primer lugar, demuestra que, incluso en situaciones de crisis profunda, es posible encontrar soluciones innovadoras que beneficien a todos las partes involucradas. En segundo lugar, este modelo refuerza la idea de que los trabajadores pueden pasar de ser empleados a actores clave en el destino de las empresas.

Además, la conversión en cooperativa tiene un impacto positivo en la comunidad local. Duralex es una empresa con raíces profundas en La Chapelle-Saint-Mesmin, y su supervivencia es vital para la economía de la región. Al surgir organización empresarial de los trabajadores, la compañía no solo asegura su continuidad, sino que también contribuye a sostener el desarrollo social y económico de la zona.

Este modelo también tiene un fuerte impacto a nivel global. En un contexto donde muchas empresas enfrentan crisis similares, la experiencia de Duralex puede servir como un ejemplo que influencie a otros colectivos de trabajadores. Demostrando que la colaboración, el compromiso colectivo y la innovación en la gestión son herramientas poderosas y eficaces para superar adversidades.

Duralex y Durax: supervivencia, cooperativa y superación

La transformación de DURALEX no es un caso aislado. En Argentina, la empresa recuperada Cristal Avellaneda (ex-Cristalux), dedicada a la fabricación de productos de vidrio DURAX, es otro ejemplo de cómo los trabajadores pueden tomar las riendas de su destino. Ambas historias comparten un espíritu de lucha y colaboración, aunque en contextos muy distintos.

Cristal Avellaneda se fundó como cooperativa de trabajo en 2002, como una respuesta a la crisis económica del 2001. En 1999 la empresa Cristalux ya estaba en quiebra y ante las cesantías y su inminente cierre, 120 trabajadores decidieron sostenerla cueste lo que cueste, organizándose para gestionar la producción de manera autónoma.

Gracias a su perseverancia y resistencia, la cooperativa logró reactivar la producción de vajillas y vasos de vidrio, modernizando sus procesos y ampliando sus mercados, reposicionando la marca Durax en el país y en el extranjero. Actualmente, siguen siendo referentes del movimiento de empresas recuperadas en Argentina.

Este caso tiene un claro paralelismo con el de Duralex, ya que comparten la determinación de sus trabajadores de no rendirse ante la quiebra, optando por un modelo autogestionado que les permitió salvar sus empleos y la continuidad de la marca.

Duralex: desafíos y perspectivas

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Aunque la transformación en cooperativa es un paso crucial, Duralex aún enfrenta desafíos significativos. Uno de los principales es la modernización de sus instalaciones. La fábrica, que ha operado durante décadas, requiere de una renovación tecnológica para mejorar su eficiencia productiva y reducir costos.

Otro reto importante es la innovación en el diseño de productos. Aunque los clásicos de Duralex siguen siendo populares, la empresa necesita adaptarse a las tendencias actuales
y a las demandas de los consumidores modernos. Esto implica no solo mejorar los productos existentes, sino también explorar nuevas líneas que puedan atraer a un público más joven.

La recuperación de cuotas de mercado es otro objetivo prioritario. Aproximadamente el 80% de la facturación de Duralex proviene de mercados extranjeros, por lo que fortalecer su presencia internacional es clave. La empresa ya ha visto un aumento en los pedidos tras la conversión en cooperativa, lo que refleja la confianza renovada de los clientes en la marca.

Por su historia reciente, Duralex y sus trabajadores dan testimonio de su capacidad de adaptación y resiliencia. Frente a una crisis financiera prolongada, la empresa no solo ha
logrado sobrevivir, sino que ha dado un paso audaz hacia un modelo de gestión colaborativo, de responsabilidad compartida, más justo y sostenible.

La transición a una Sociedad Cooperativa y Participativa no solo ha preservado empleos y mantenido la producción, sino que también ha demostrado que los trabajadores pueden adoptar un papel central en la toma de decisiones.

El éxito de este modelo cooperativo servirá de inspiración para otras empresas en situaciones similares, señalando que la colaboración y el compromiso colectivo son claves para superar las crisis y construir un futuro sostenible.

Duralex, con su rica herencia y su nueva estructura, está escribiendo un nuevo capítulo en su historia, uno que promete ser tan duradero como sus icónicos productos de vidrio templado.