El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, confirmó este miércoles que el ritmo de negociación para la revisión del acuerdo que firmó con el Fondo Monetario en junio pasado “depende de decisiones que no son de la Argentina”.
Dujovne atendió brevemente a la prensa en Washington, en un alto en la segunda jornada de reuniones que mantiene con funcionarios del FMI y antes de tomar el avión que lo traerá de regreso a la Argentina.
El titular del Palacio de Hacienda admitió que la firma de un nuevo acuerdo “dependerá de decisiones que no son de Argentina y de cuán rápido terminemos el acuerdo técnico y cuán rápido el staff del Fondo eleve el acuerdo al Directorio para su tratamiento”.
El ministro dijo que es “probable” que el FMI se expida a fines de septiembre.
Llama la atención cómo se extienden los plazos de resolución del nuevo acuerdo entre la Argentina y el FMI. El presidente Mauricio Macri aseguró la semana pasada que ya había “acordado” con el Fondo las modificaciones al stand by de junio. El lunes pasado, Dujovne dijo que podía estar listo en dos semanas, es decir para mediados de este mes.
Además, el ministro de Hacienda desmintió una especie que circuló en estos días y que decía que El Tesoro de EEUU iba a otorgar un préstamo de entre 5.000 millones y 10.000 millones de dólares. Al respecto, Dujovne subrayó que «tenemos conversaciones con el Tesoro de Estados Unidos, pero el apoyo del Tesoro a la Argentina es el que efectúa como accionista en el Fondo Monetario Internacional».
Para que no haya dudas aseguró: “No estamos buscando dinero extra por fuera del que estamos negociando con el Fondo Monetario”.
La aclaración sirvió también para descartar la posibilidad de que el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo o la Corporación Andina de Fomento hicieran más aportes a la Argentina por encima de lo ya comprometido, que suman unos 5600 millones de dólares.
Respecto de la situación económica del país, Dujovne caracterizó que “estamos atravesando una recesión”, volvió a mostrarse confiado con que tras la “mejora del tipo de cambio real” por la devaluación mejorarán las cuentas públicas y se recuperará la confianza de los mercados. Agregó que ello se irá trasladando a la economía aunque admitió que ese tránsito “va a ser lento”.