La decisión de priorizar el tipo de cambio como herramienta casi excluyente para combatir la inflación, aun al costo de profundizar otros desequilibrios, provocó que las reservas sobre la viabilidad del modelo económico de Javier Milei se extiendan a expertos y analistas que en un principio celebraban la aplicación de sus ideas.
Las afirmaciones de Milei vienen siendo discutidas hace tiempo por economistas liberales que parecen tener cuentas pendientes con el mandatario. Pero ahora la lista se va ampliando a otros centros de estudio.
En ese sentido, la reducción al 1% mensual del “crawling peg” (la tasa a la que el Banco Central ajusta periódicamente la relación peso-dólar) parece haber funcionado como detonante.
En los últimos días, el IERAL (el instituto económico que depende de la Fundación Mediterránea) planteó sus dudas. Si bien reconoció los motivos políticos del gobierno para apurar un nuevo escenario en el que la inflación baje al escalón del 20 por ciento anual, alertó que “en términos económicos, ya se sabe que el ancla cambiaria no es todopoderosa como instrumento, que la evolución de la oferta y la demanda agregada necesita ser consistente para que no se originen desequilibrios serios en el camino y, sobre todo, que las expectativas acompañen: la demanda de dinero debería seguirse recuperando a buen ritmo para que las principales variables encajen entre sí”.
En particular, el artículo escrito por Jorge Vasconcelos, investigador jefe del Ieral, alerta sobre dos riesgos de este tipo de cambio que denomina cuasi-fijo: que la oferta local “termine siendo desbordada por la irrupción de las importaciones, a un ritmo tal que plantee interrogantes sobre la sostenibilidad de las cuentas externas”; y que una eventual falta de efectividad del ancla cambiaria lleve al gobierno a adoptar otras medidas como “posponer ajustes de tarifas, haciendo más lenta la reducción de los subsidios y complicando el frente fiscal”.
Algunas de esas cosas ya están ocurriendo. Si bien las importaciones se frenaron en 2024 como consecuencia de la recesión, el Indec midió en diciembre un crecimiento mensual desestacionalizado de 8,8%; la cuenta corriente del Banco Central (bienes, servicios y flujos financieros) dio déficit de U$S 1.141 millones en diciembre y lleva siete meses seguidos de resultados negativos; y Economía tuvo que dar marcha atrás con la quita de subsidios en las tarifas eléctricas cuando se dio cuenta que su aplicación iba a dar un incremento de 12% en las boletas de los sectores de ingresos más bajos.
El informe adquiere más trascendencia si se recuerda que la Fundación Mediterránea, con sede en Córdoba, mira con simpatía al gobierno porque tiene entre sus objetivos el diseño de políticas económicas “con el solo condicionamiento impuesto por el respeto a la libertad”. El Ieral es dirigido por Osvaldo Giordano, un ex funcionario de Milei que fue titular de la Anses hasta que su esposa, la diputada Alejandra Torres, no votó a favor de la Ley Bases en el Congreso; en un ataque de rabia, el Presidente echó a Giordano de su cargo.
En la Fundación Mediterránea también tomó protagonismo Domingo Cavallo antes de pasar a la función pública. Hace 10 días, ya retirado de la actividad pero sin resignar su rol de “opinator”, Cavallo (a quien Milei había calificado públicamente como el mejor ministro de Economía de la historia) había advertido de que “se mantiene el problema de las reservas netas negativas” y aconsejó terminar con el dólar blend. La respuesta oficial no se hizo esperar: su hija, Sonia, fue destituida del cargo de embajadora ante la OEA con que había sido investida hace unos meses.
Otra economista muy respetada por el establishment, Marina Dal Poggetto, no quiso mencionar el término “atraso cambiario” pero dio señales de que existe. En una entrevista televisiva, marcó que “hay una contradicción entre los deseos de mantener este esquema cambiario hasta las elecciones y acumular dólares en la cuenta corriente. Este esquema dejó de acumular dólares en mayo, cuando se implementó el dólar blend, y por eso el mercado se puso nervioso”. Y agregó una advertencia: “El tránsito hasta octubre es largo”.