Las calles paulistas recuperan su multicolor, dejando atrás las camisetas verdeamarelhas de las turbas bolsonaristas. Pareciera que Brasil retoma la multiplicidad de identidades que la gestión anterior desconocía. Lo hace con la persistencia de militantes que resisten la persecución y la violencia. Como una vereadora (concejal) de Ribeirao Preto, Duda Hidalgo, quien sufrió una amenaza de “estupro correctivo” días atrás. Tiempo Argentino pudo conversar con la dirigente, considerada una representante de las luchas del pueblo brasileño y se perfila como parte del relevo generacional del Partido dos Trabalhadores.
-Mujer, afro, joven y lesbiana… Todo lo que el bolsonarismo rechaza tanto. ¿Cómo es hacer política en ese contexto?
-En realidad soy bisexual, más allá de que milito en la comunidad LGTBIQ+. No obstante, entiendo que existen varias dificultades cuando se habla de política en la población. Brasil está cambiando pero la gente sigue viviendo un proceso de desdemocratización, donde se produce una distancia entre los que están en el poder hoy y el pueblo brasileño. Por ejemplo, cuando entro en la Cámara Municipal de Ribeirao Preto, tenemos el mismo número de hombres que de mujeres, pero yo soy la primera vereadora que es asumida LGTBIQ+ de la Ciudad. Si bien es algo bueno, también muestra el tiempo que llevó para ocupar efectivamente ese espacio.
-¿Su elección como mujer LGTBIQ+ marca un cambio?
-Existe una diferencia muy grande entre las personas que toman las decisiones políticas hoy y el pueblo brasileño. Algo que no acontece sólo en mi ciudad. Para profundizar en el avance de las políticas públicas, la participación de la comunidad LGTBIQ+ dentro del Ejecutivo es mucho menor que en el Judicial, y este espacio es bastante cerrado. De hecho, el Supremo Tribunal de Justicia tiene muchos más hombres que mujeres. Y es claro que allí las mujeres están subrepresentadas en un espacio que toma tantas decisiones importantes hoy.
Y aquí respondo más directamente a tu pregunta: salir de la figura tradicional, como la de ser mujer o negra, o incluso de no ser de una familia rica -aunque yo no provengo de una humilde-, además de ser una mujer bisexual que ocupa un lugar en la sociedad, provoca que florezcan las más diversas violencias.
-¿Eso lo vive directamente?
-Sí. Desde el primer día en la Cámara Municipal pasé por situaciones difíciles, fue muy complejo conquistar ese mandato y lo más difícil es mantenerse en él, tratando de impulsar cambios en esos espacios. Fue para mí un orgullo lograr, en el primer año de mandato, la creación Coordinación de Derechos Humanos dentro de Ribeirao Preto. Se creó un organismo con presupuesto para el trabajo en la ciudad como una lucha nuestra.
-¿Cómo comenzó su militancia política?
-Comencé en el movimiento cultural. Teníamos un programa de gobierno en San Pablo que se llamaba “Proyecto Gurí”, que atendía a más de 40 mil niñas y niños en verano. Era una actividad que daba música para infancias de bajos recursos. Entré al proyecto cuando tenía 10 años y estuve hasta los 17. Cuando Joao Doria asumió el gobierno, con su orientación de derecha, quería cortar el programa a la mitad. Y como es un proyecto que cambia la vida de muchas niñas y niños, como la mía, entonces esa fue mi primera manifestación política, que impulsaba el “Fica Gurí” (Gurí se queda). Posteriormente, al ingresar a la Universidad, tuve acceso a muchas luchas. La Universidad de San Pablo, de la que soy graduada, que fue la última en adoptar las cuotas de ingreso por identidad racial, y allí comencé a envolverme en el movimiento estudiantil y allí conocí a la Juventud del Partido dos Trabalhadores. Ingresé con el examen y participé del debate por la conquista de las cuotas. Escuché de profesores argumentaciones extremadamente racistas contra la aplicación de las cuotas, como si los espacios a ocupar por las personas afrodescendientes no tuviesen la capacidad de cursar en las universidades, que además de no estar calificadas no son gente digna de estar allí. Y el movimiento estudiantil, con mucha lucha consiguió aprobar que se establezcan cuotas raciales.
-¿Cómo pasa al ámbito municipal?
-Luego de la Universidad comencé a militar en el movimiento por la vivienda en mi ciudad, que si bien es muy bonita, a la vez es muy desigual. Hoy existe un déficit de 40 mil viviendas, por lo que necesitaríamos construir esa cantidad de casas para suplir la demanda de gente que tienen casas precarias o irregulares o no tienen ningún hogar viviendo en la calle. Y si contamos que existen 3,5 viviendas por habitantes, da que existen unas 150 mil unidades sin habitar en el municipio. Así, en la USP entré a un grupo que era el Núcleo de Asistencia Jurídica Popular, comencé a atender a personas de la comunidad de Ribeirao Preto, buscando procesos y caminos que permitieran garantizar que accedan a una vivienda. Luego entré al Consejo Municipal, que es una estructura de participación de la Sociedad Civil abierta por el Municipio, donde fui consejera por un tiempo. En un municipio gobernado por un referente bien de derecha. Luego, ingresé con el Grupo Caravana, apoyado por el ministro Alexandre Padilha, que si bien comenzó con miembros de la juventud , hoy en día participan muchos otros de diversas edades. Como representante de ese grupo me eligieron miembro de la Cámara Municipal.
-¿Cómo está la juventud hoy en el PT para un recambio generacional?
-Por más que el PT sea una gran organización, que no es meramente una sigla para un período electoral. Es un partido de verdad, con ideas de verdad, con la participación militante bien orgánica, pero no está excluido del sistema de opresión y explotación. Por ende, el PT también enfrenta dificultades cuando hablamos de renovación generacional. Sin embargo creó mecanismos institucionales para garantizar eso. Por ejemplo, hoy en todas las instancias partidarias, sea a nivel nacional, estadual o municipal hay garantías de participación de jóvenes en instancias de decisión, por lo menos el 20% tiene que ser joven. Incluso en las altas jerarquías del partido. Además hay cuotas para mujeres, para afros, que son mecanismos importantes para que no sea como otros, porque se compromete en la participación de esos grupos. Inclusos, el Partido tiene algo que no hay en otros, que es un fondo destinado a la promoción de la participación juvenil y sus candidaturas. Entendiendo que gran parte de la exclusión por desempleo está entre los jóvenes, este mecanismo ayuda para la construcción de sus candidaturas.