Bajo el pomposo nombre de “dolarización endógena”, el gobierno busca que el sector privado inyecte al mercado el dinero necesario para mantener la actividad. El pedido se produce luego de que los demás “drivers” de la economía (gasto del Estado, ejecución de obras públicas de infraestructura, recomposición de ingresos de trabajadores y jubilados) fueran sacrificados por completo en el altar del ajuste fiscal y la lucha contra la inflación.

En rigor, la idea implica que los particulares puedan usar en las actividades cotidianas sus dólares, incluso los que no tienen declarados. Eso dinamizaría la economía, ya que crecería el circulante y permitiría un incremento de las operaciones, sin que haya una emisión de pesos para sostenerla.

Para eso se requeriría que las empresas utilicen para los gastos corrientes los dólares con que financian sus importaciones e inversiones de capital. Lo mismo sucedería con los ahorristas: en el Palacio de Hacienda imaginan operaciones de compra de electrodomésticos, autos y computadoras directamente en billetes verdes.

La idea fue adelantada por Luis Caputo y ampliada por Javier Milei, en sendas presentaciones ante empresarios. El ministro de Economía sostuvo que la remonetización es necesaria para sostener un crecimiento que, calculó, puede estar este año en el orden del 6%, poniendo la vara mucho más alta que la mayoría de las previsiones (el Relevamiento de Expectativas del Mercado publicado esta semana por el Banco Central pronosticó un crecimiento del PBI de 5,1% para todo 2025).

El presidente fue todavía más allá. En su mensaje en el Latam Economic Forum, ante economistas, ejecutivos y empresarios, elogió calurosamente a los que tienen “dólares en el colchón” y los invitó a usarlos.

“Alguna vez dije que los que tenían los dólares en el colchón eran los que iban a sacar adelante al país. Ustedes no metieron los dólares bajo el colchón porque odian al país, lo hicieron porque estos políticos chorros les robaban con el impuesto inflacionario”, afirmó entre aplausos.

Implícitamente, Milei también reconoció que lo que está en juego es el destino de los ahorros de la gente. “Si el ahorro entra al sistema, puede ser un boom de inversión”, dijo.

Cuestiones legales

La idea todavía tiene que superar varios filtros. Sobre todo desde el punto de vista legal, ya que la Ley Penal Cambiaria aún vigente establece multas e inhabilitaciones para quienes operan con divisas sin tener los permisos correspondientes. Para modificarla o derogarla se necesitaría la intervención del Congreso, algo que la administración libertaria busca evitar a toda costa, por las dificultades para obtener el respaldo del resto de las fuerzas y por su propia concepción de la política.

Por estas horas, el camino más práctico que ensayan las autoridades es relajar los límites a partir de los cuales la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) monitorea las operaciones en dólares. “Estamos trabajando entre ARCA, el Ministerio de Economía y el Banco Central, en el mecanismo para que la gente pueda ingresar los dólares en el sistema, no deje los dedos marcados y nadie los vaya a perseguir”, dijo Milei.

Mensajes en el celular

El proyecto de dolarización endógena había comenzado a ser analizado el año pasado, cuando quedó en claro que los miles de millones de dólares que el presidente había afirmado que le ofrecieron desde el exterior durante su campaña electoral (“¿querés que te muestre los mensajes de mi teléfono?”, había propuesto a un periodista oficialista) no iban a venir.

“Esto es lo más parecido a darle curso legal al dólar sin una ley. El sector privado tiene mucha más liquidez en dólares que en pesos”, dijo Emilio Ocampo, profesor de Ucema y presentado por Milei como uno de los ideólogos de aquella primitiva dolarización total.

El antecedente más inmediato es el blanqueo de capitales del año pasado, aprobado (este sí) por el Congreso luego de la extenuante negociación por la Ley Bases. Esa herramienta permitió el ingreso de U$S 32.100 millones hasta diciembre, según informó ARCA. Esa oferta incrementó las reservas brutas del Banco Central, que contabilizan los depósitos en dólares (aunque no están incluido en las reservas netas o de libre disponibilidad), y ayudó a mantener la calma en el mercado cambiario en el último trimestre de 2024.

Esa también es una de las cuestiones que analizan los observadores. ¿La cotización de $ 1166 (cierre del viernes en el mercado minorista) es suficiente incentivo para sacar los dólares del colchón? ¿Es un precio de equilibrio que podrá mantenerse en los próximos meses, incluso con tensiones preelectorales? En la confianza que el actual programa merezca por parte de empresas y ahorristas está buena parte del éxito de la propuesta. «

Toda la prioridad al Bopreal

Preocupado por asegurar el éxito de la colocación de una nueva serie de bonos Bopreal, el Banco Central ordenó el viernes la suspensión de una emisión de títulos en dólares realizada por un banco privado.
Se trata de dos bonos que planeaba colocar el Banco Supervielle, que buscaba recaudar U$S 100 millones. Los instrumentos se dividieron en dos tramos: uno en pesos y otro en dólares, este último a pagar en el exterior utilizando divisas de libre disponibilidad.
Según la agencia Noticias Argentinas, la subasta en pesos se ejecutó, pero la autoridad monetaria llamó a los ejecutivos de Supervielle el viernes y les pidió que detuvieran la venta de su deuda en dólares. La novedad fue informada a los corredores para que no siguieran con la operatoria.
El Banco Central planea emitir en los próximos días una nueva serie de Bopreal por U$S 3000 millones para captar la demanda de empresas que necesitan transferir dividendos al exterior. La misma se suma a los U$S 10.000 millones ya emitidos para las compañías con deudas comerciales.