La Justicia condenó a 12 años de prisión a un sacerdote por el delito de abuso sexual agravado contra dos religiosas que integraban la comunidad de las Hermanas de San José, en el barrio porteño de Núñez, informó el Ministerio Público Fiscal.
La decisión de condenar al sacerdote Fernando Pascual la adoptó el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N°3. La condena, conocida este martes fue votada el jueves pasado por los jueces Gustavo Valle y Gustavo Rofrano, en tanto el magistrado Gabriel Vega votó en disidencia. Por su parte, el fiscal Andrés Esteban Madrea, a cargo de la Fiscalía General Nº 3 ante los Tribunales Orales en lo Criminal y Correccional, había solicitado 15 años de prisión.
En el veredicto, los jueces consideraron a Pascual como autor de los delitos de “abuso sexual gravemente ultrajante y con acceso carnal perpetrado de manera continuada” entre los años 2012 y 2016 y “abuso sexual gravemente ultrajante perpetrado de manera continuada” entre los años 2014 a 2016”.
Además, en ambos casos se trata de abusos agravados por haber sido ejecutados por un ministro de un culto reconocido, cuyas víctimas, pertenecientes a la comunidad de las Hermanas de San José, ubicada en Ernesto Bavio al 2800 en el barrio porteño de Núñez, fueron querellantes en la causa.
Los magistrados también ordenaron que, una vez que la sentencia quede firme, se disponga la obtención y extracción del perfil genético del condenado para que sea remitido al Banco de Datos Genéticos, de acuerdo a la Ley N°26.879, que creó el Registro Nacional de Datos Genéticos vinculados a Delitos contra la Integridad Sexual.
Los fundamentos de la sentencia del juicio que comenzó en marzo de este año y contó con la colaboración de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM), se conocerán el próximo 27 de marzo.
Manipulación y abuso de poder
El acusado era el fundador de la Congregación San José, además de director espiritual y confesor de las monjas que allí residían, y dueño de “La Ermita”, un campo en la localidad bonaerense de Capitán Sarmiento en el que durante muchos años se realizaban retiros y donde también fueron cometidas situaciones de violencia sexual.
De acuerdo al alegato de la fiscalía, Pascual cometió distintos hechos de abuso sexual con acceso carnal en un contexto de manipulación coactiva, intimidación y abuso de poder, agravados por su condición de sacerdote.
Madrea consideró probado que desde su rol de confesor y guía espiritual se aprovechó de las distintas vulnerabilidades de las personas bajo su dirección y formación.
El fiscal resaltó en su exposición los testimonios directos de más de una decena de religiosas que relataron hechos de abusos sufridos por ellas muy similares, algunos de los cuales datan incluso de finales de la década de 1980.
En este contexto, la fiscalía analizó otros dos expedientes donde se formalizaron esos abusos, en los cuales Pascual fue procesado, pero debido al paso del tiempo se cerraron por prescripción a pedido de la defensa del acusado, aunque esas víctimas y las anteriores fueron escuchadas en el reciente debate.
Todas esas personas relataron episodios abusivos con muchos puntos en común donde el confesor y guía Pascual avanzaba sobre ellas bajo la excusa de la “sanación”, la exploración de vida afectiva y sexual, más su insistencia para vincular lo religioso y lo sagrado por intermedio de lo “sexual” para que se “entreguen a su amor” para llegar a Dios, informó el Ministerio Público Fiscal.