Al menos en los papeles, el oficialismo sigue planificando una sesión para este fin de semana que podría durar más de 30 horas. Los preparativos están en marcha a cargo del personal de la Cámara Baja, pero la realidad de las negociaciones que comenzaron el lunes es que todavía no cerraron, ni dejaron un saldo propicio para que el bloque de La Libertad Avanza pueda exhibir un dictamen de mayoría en el plenario de tres comisiones que hasta este miércoles sumó 70 horas de debate, la participación de 125 diputados de todos los espacios y las críticas de 73 expositores que se pronunciaron respecto al proyecto de Ley Ómnibus que el Ejecutivo quiere aprobar antes de fines de enero.
El martes se concretó la exploración más dura de la negociación en torno al capítulo fiscal del texto. Los funcionarios de la jefatura de Gabinete y del Palacio de Hacienda que se sentaron a escuchar alternativas y reclamos quedaron en contestar, pero este miércoles las primeras devoluciones demostraron que la negociación será más difícil de lo esperado y que las aspiraciones del oficialismo podrían trastocarse.
Los tres ejes que habían sido planteados por los interlocutores de la UCR, Hacemos Cambio Federal e Innovación Federal siguen sin una definición que posibilite la firma de un dictamen de mayoría que reúna las firmas del oficialismo, el PRO y los bloques que reclaman modificaciones determinantes, pero hasta ahora inaceptables para el presidente Javier Milei que este miércoles protagonizó el tramo más importante de su viaje a Davos, Suiza. Junto a él están el ministro coordinador Nicolás Posse y el jefe del Palacio de Hacienda, Luis «Toto» Caputo, los dos principales filtros de la negociación que se sigue desarrollando en los despachos del presidente de la Cámara Baja, Martín Menem, pero sin los resultados que aguardaba Milei.
Poco después de las 1930 salió del despacho del primer piso uno de los colaboradores más importantes del Presidente que, al igual que Federico Sturzenegger, influye en sus decisiones pero no tiene cargo. «Ese gigante que suele mantenerse en la oscuridad y es el verdadero arquitecto de esto junto a ‘el jefe'», dijo Milei en la noche del 19 de noviembre, cuando ganó en la segunda vuelta en alusión a Santiago Caputo como una pieza clave junto a su hermana Karina Milei, actual secretaria General de la Presidencia.
El coordinador en las sombras de la comunicación presidencial estuvo más de una hora en el despacho de Menem. Cuando llegó habría insistido con la necesidad imperiosa de tener un dictamen este jueves o viernes y sesionar este fin de semana.
Cuando terminó el encuentro, cerca de Menem se mostraron confiados en llegar a la sesión que planean para el fin de semana. Deslizaron que siguen trabajando para contener el planteo de la oposición dialoguista que se niega a apoyar la derogación de la ley de movilidad jubilatoria sin una fórmula que la reemplace y que se actualice mensualmente por el Índice de Precios al Consumidor (IPC). En términos formales el desacuerdo sigue existiendo y si no hay una novedad este jueves o viernes las posibilidades de un dictamen podrían diluirse.
La predisposición a seguir negociando también se extiende a buscar alguna alternativa al rechazo de los mismos bloques contra el aumento de las retenciones a las exportaciones agrarias que incluirán a las economías regionales.
Caputo llegó después de otra reunión clave que se concretó en el despacho de Menem. Recibió a Miguel Pichetto, Nicolas Massot y Emilio Monzó, los tres principales negociadores de HCF. Le explicaron al titular de la cámara que ya no hay tiempo ni consensos suficientes para llegar a un dictamen que posibilite una sesión para el sábado. «No hay respuestas y tampoco hay un ida y vuelta. Si siguen así se exponen a correr riesgos graves», contó uno de los legisladores de ese espacio que ya está redactando un «dictamen preventivo» en caso de que los puentes con el oficialismo se rompan por completo y queden sumergidos en la intransigencia presidencial.
Esa decisión parece parte del movimiento envolvente que están realizando los bloques opositores para llegar a una de las dos definiciones en danza: que el oficialismo acepte desguazar el proyecto, ceda a los reclamos y haga contrapropuestas o que quede aislado en la decisión presidencial y sólo sume los votos del PRO. Así como en HCF advierten el avance del «dictamen preventivo» también acotan que «todavía no está cerrada la opción de acompañar el eventual dictamen de mayoría que podría resultar de una negociación más o menos viable.
En ese poroteo hay argumentos que incomodan al bloque de la Libertad Avanza dentro del plenario de las comisiones de Legislación General, Presupuesto y Asuntos Constitucionales. Al conglomerado oficialista de Diputados lo preside Oscar Zago, pero las riendas de esas 37 voluntades tan heterogéneas están en manos de Menem, que sigue al frente de la negociación.
Si LLA no cede y no suma el respaldo de los aliados que exigen condiciones, el dictamen de mayoría será firmado por Unión por la Patria y el bloque del FIT, que trabajan por el rechazo total del proyecto. El segundo, perteneciente a una eventual primera minoría, estaría sostenido por el oficialismo y el PRO, mientras que el tercero tendría los ganchos de HCF, la UCR y el bloque Innovación Federal, que integra a los legisladores rionegrinos y misioneros que responden a sus gobernadores.
Ese panorama de dictámenes adversos refleja los costos que podría afrontar el Gobierno por su intransigencia en esta negociación. Quizás por eso todavía no hay una convocatoria formal para que vuelva a reunirse el plenario con sus integrantes para que comience el debate posterior a la ronda de exposiciones.
Cerca de Menem no descartan que esa señal pueda cristalizarse este jueves, pero los tiempos se siguen acortando y suman porotos a favor de los bloques que piden mas tiempo, seguir con las negociaciones la semana que viene, llegar a un dictamen el martes y sesionar el jueves 25, como se había hablado originalmente.
«Si las negociaciones no avanzan y se multiplican los dictámenes, también es posible que el oficialismo quiera sesionar igual, pero es un riesgo desmedido especialmente cuando llegue el momento de la votación en particular, porque ahi podría pasar cualquier cosa», vaticinó otro participante de mesa de negociación.
Por decisión de Milei los tiempos siguen siendo demasiado acotados. El próximo 31 de enero vence el período de extraordinarias y en la Casa Rosada siguen diciendo que si no hay aprobación en Diputados no prorrogarán la línea de tiempo hasta fines de febrero. A eso se suma un detalle que la diputada Margarita Stolbizer (HCF) advirtió en el arranque del plenario. Recordó que en el temario que firmó el Presidente para las extraordinarias no aparece la ley ómnibus.
Hasta ahora nada parece conmover a la lapicera presidencial para que extienda los plazos y acepte modificaciones. Al termómetro político de cada uno de los bloques se suma otro componente. Los 10 gobernadores de Juntos por el Cambio se reunieron el martes por zoom y habían quedado en reunirse presencialmente este jueves por la tarde en el Congreso con los bloques que formaron parte del interbloque de JxC hasta el año pasado y que ahora están desperdigados entre HCF, la UCR y el PRO.
Poco antes de las 21, con el panorama fresco de los poroteos y las respuestas que no llegaron, decidieron postergar el encuentro. La última palabra la tiene Milei, que este jueves comenzará su regreso desde Davos para aterrizar el viernes en Ezeiza. Cuando regrese al país se cumplirán dos meses de la segunda vuelta del 19 de noviembre. La fecha no sólo encierra una conmemoración para Milei, sino también para Menem, porque el viernes vence el plazo para que formalice a los integrantes de la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo que debe tratar el DNU 70/23.
Sabe que si no lo hace, el panperonismo continuará sumando votos para intentar la realización de una sesión que haga caer el DNU en Diputados y le provoque un primer revés al instrumento ejecutivo que sólo pierde vigencia si es rechazado por las dos cámaras del Congreso.