Un ladrón experimentado trepa a un balcón para hacer de las suyas, pero no todo sale como lo planeó. Por un lado el dueño de la casa que iba a ser robada descubre que su esposa le es infiel con su mejor amigo. Por el otro, una niña ve a un extraño entrar con barba blanca y un gorro rojo, lo confunde con Papa Noel y le pide que le conceda algunos deseos. Desde allí se despliega una historia con matices que van del humor absurdo, pasando por la intriga, y alcanzando cierta oscuridad a veces difícil de digerir. La noche mágica, la ópera prima de Gastón Portal, es una película entretenida y dinámica. Tiene un guión detallista y un alto nivel de realización.
“Es una película lisérgica, que articula lo vincular y lo metafísico. Tiene muchas aristas para analizar, un ritmo variable y un tono muy particular, que es lo más atractivo que vi al leer el guión. Y el cuidado de la estética que es importante”, reflexiona su protagonista, Diego Peretti, quien comparte pantalla con Natalia Oreiro y Pablo Rago. “La gente todavía le cuesta volver a las salas, pero creo que el nivel que tiene este trabajo, puede andar muy bien en festivales”, puntualiza el actor.
“La película es tan abierta y tiene tan buen guión que permite que la interpretación sea fácil de resolver. Mi personaje es ese ladrón que entra a robar, pero termina siendo alguien que limpia espiritualmente la casa. Es alguien muy seguro, con una tranquilidad que no parece humana y la demanda de los otros personajes son los que lo mueven”, cuenta Peretti.
La noche mágica tiene un registro mixto, entro lo teatral y lo cinematográfico, muy bien dosificado. Peretti destaca el rol de Portal: “Es un director que hace mucho que está trabajando en series y en tele. Se nota que sabe mucho, tanto en el rodaje y como resolvió lo espacial. Yo ya la vi tres veces la película. Algo que no me pasa siempre con mis trabajos, pero Gastón pone en juego una cantidad de recursos cinematográficos, en áreas como iluminación, sonido, cámara, puesta en escena. Para no hacerla clásica y simplista, le pone mucho. Cada vez que la vi, vi algo distinto”, destaca el artista. “Si vos me decís que lo hace en una comedia romántica estándar, es mucho, como que quisiste meter todo. Pero el tema es tan inquietante y profundo que la manera de abordarlo, es un acierto”.
Peretti habla desde la experiencia. Trabajó en 32 películas y sumando series y programas de televisión supera los 50 rodajes. “Tengo cierta experiencia. Arranqué en el ’96, con Renan, con El Sueño de los héroes y he hecho de todo en cine. Pero esta tiene muchos detalles que para los que nos gusta mirar películas, son muy interesantes. Por suerte se pueden ver en pantalla grande” opina el intérprete. “Dios no quiera que salga un virus nuevo que nos golpeé como este. La vida va ser complicada, no es lo mejor quedarse encerrado con las plataformas. Uno no quiere ser pesimista, pero está complicada la mano”.
La pandemia la vivió “como todo el mundo. Lamentándome, ocupándome de los que quiero, viviendo de los ahorros y esperando volver al trabajo”. Se lo toma con calma y sabe, aunque no lo dice, que es uno de los actores más convocados. “No tengo estilo propio detectado, sino que me engancho muy fuerte si me gusta la propuesta. Tengo la suerte de trabajar con gente que tiene pasión, que se aleja de la desidia, y le pone todo a lo que hace. Mal o bien pero siempre metido de lleno en lo que haya que hacer. Tanto en cine o en televisión, como en teatro, es igual. No hay ningún medio que yo haya subestimado. Por eso quizá pude tener continuidad y espero que después de este año tan parado pueda seguir así.”
Reconoce que tiene algo innato y que muchas veces en la vida le pasó que aunque esté hablando de algo angustiante, cae simpático o despierta en otro una sonrisa. “Sin quererlo soy gracioso. No te digo en comedias donde hay gags que lo buscan, sino me paso muchas veces en teatro y cine, donde puedo sentir la reacción de la gente. Mi forma de hablar, aunque no haga un chiste, hace que muchos se rían igual. Me pasa muy seguido. En la vida. A veces estoy triste o digo algo en serio, y la gente se sonríe. Es bueno poder caer simpático, pero un poco angustiante cuando no llega el mensaje. Me acuerdo de una película que hice llamada Showroom, que es la historia de un tipo que se vuelve loco en medio de la depredación urbana, pero que más allá de lo angustiante, se destacó el toque de humor patético. Y bueno eso es quizá lo que ven en mí los directores que me llaman”.
El arte en general, para Peretti, tiende a generar una identificación fuerte. “Si algo es un estímulo sensorial grande y te deja un rato pensando, es cuando funciona. No saber si pasó o no pasó, o si pasó antes o le está por pasar algo al personaje es de esos papeles que uno busca que le pidan. Acá en este personaje de La noche mágica está eso. Como en Apocalypse Now, que todo lo que sucede puede ser interpretado como un flashback que tiene el personaje de Martin Sheen cuando le vienen a pedir otra misión. Eso me encanta”.
La referencia a la película de Francis Ford Coppola no es una casualidad. Peretti es fanático del cine de los ’70: «En esos años para mí se hicieron las mejores películas. Eran tan realistas, hechas con tanta pasión que provocaban algo intenso. Me acuerdo que cuando salí de ver Atrapado sin salida, me quedé diez cuadras sin hablar. Eso es fuerte y lo que uno busca provocar. Taxi driver, Expreso de medianoche, Calles salvajes. Todas Joyas.” Peretti una vez al día mira alguna película. “Me emociona ver cómo se construye el personaje o como se va contando una historia. Ahora estoy viendo por director. El irlandés, que dura tres horas, ya la vi tres veces. Es larga y lenta, pero me gusta como son las escenas, veo cómo construye el set, la dosificación de información, de la manera, los conflictos de los personajes, la fotografía. Y Scorsese se repite, pero emula ese estilo de los ’70 que me gusta. Películas así son clases magistrales”, destaca.
Prefiere ver ficción a los noticieros. “Es que a veces me invade cierto pesimismo. Estoy llegando a un hartazgo en cuanto a la política argentina y el funcionamiento de nuestro país. La democracia hay que mejorarla y siento que nos estamos estancando. Hay algo que no funciona. Yo daría mi vida si alguien quiere imponer otro sistema que no sea democrático, pero viste que en fútbol se dice equipo que gana no se toca, pero este equipo pierde todas”, señala.
“Considero que la llamada grieta no nos deja avanzar. Macri y Cristina tienen que retirarse de la política, a mi criterio. Son dos figuras que dividen y podrían ser referentes por fuera, sin meterse de lleno. Cristina es un cuadro con una lucidez admirable, pero genera tanta pugna que hizo crecer a alguien que desde el marketing e intereses privados puso a la centro derecha en la democracia y al frente del gobierno. Son jugadores importantes, pero hay que encontrar la manera de salir del pozo.”
Series, teatro y película
En lo laboral Peretti ya dejó el letargo pandémico. El mes que viene se volverá a poner al frente de un thriller psicológico para la pantalla grande y espera el estreno de una serie en Netflix, que terminó de filmar en el 2020, apenas el protocolo para la actividad audiovisual se aprobó. Se llama El reino y cuenta con la dirección de Marcelo Piñeyro, quien además escribe el guión en colaboración con la novelista Claudia Piñeiro. El elenco estará integrado por Chino Darín, Nancy Dupláa, Joaquín Furriel, Peter Lanzani y Mercedes Morán. Serán ocho capítulos y Peretti hará de un candidato a vicepresidente de la república, cuyo compañero de fórmula es asesinado súbitamente durante el acto de cierre de campaña.
Además, el actor con el perfil más famoso del medio, ya está ensayando Inmaduros una obra que lo vuelve a juntar con Adrián Suar y espera ser estrenada en mayo en el teatro El Nacional. “Es una comedia divertida que habla de la amistad, de cómo uno se toma la vida y de cómo disfrazar las crisis inevitables” cuenta el actor que compartirá también escenario en esa pieza con Patricia Echegoyen, Fernanda Metilli y Jessica Abouchan, bajo la dirección de Mauricio Dayub.