El fallo consideró a Bazán como “coautor” de los delitos de “privación ilegal de la libertad agravada y homicidio triplemente agravado por alevosía, criminis causa y por mediar violencia de género” (femicidio), y como “partícipe necesario” de un “abuso sexual agravado por acceso carnal”.
En la misma parte resolutiva, los jueces Elisa López Moyano, Roberto Conti y Roberto Lugones, ordenaron extraer testimonio para que se investigue por posible falso testimonio a seis testigos de la causa: Elías Domínguez, por entonces novio de la víctima; dos amigos de Anahí y tres de Bazán.
La presidenta del TOC 7, la jueza López Moyano, anunció que los fundamentos de la sentencia tienen 377 páginas, y por ello solo se leyó la parte resolutiva.
Con esta condena a perpetua, Bazán, que está preso desde 2017, deberá cumplir 35 años en prisión y recién podrá pedir la libertad condicional en 2052, cuando tenga 69 años.
Tal como sucedió desde que el juicio se reanudó tras un parate de 57 días por la pandemia del coronavirus, en la audiencia sólo estuvieron presentes los jueces, las partes y la madre de Anahí, Silvia Pérez, y en paralelo se trasmitió por videoconferencia a través de la plataforma Teams.
A diferencia de los alegatos y el día de la lectura del veredicto, en esta oportunidad, no se vio a Bazán desde su lugar de detención, la Unidad 9 de La Plata.
Al término de la lectura, algunos amigos y allegados a Bazán que seguían en forma remota la transmisión, volvieron a insultar a los miembro del TOC 7 de Lomas de Zamora con frases como : “¡encubridores de femicidas!”, “¡corruptos!”, “¡cómplices!” o “van a caer uno por uno”.
A lo largo de los tres años que lleva detenido, Bazán obtuvo el respaldo del CELS y de distintos organismos de derechos humanos que consideran que se trata de una «causa armada», tal como planteó su defensa en el alegato.
El debate se inició en febrero con un segundo imputado en el banquillo de los acusados, Marcelo Sergio Villalba (43), cuyo ADN fue hallado en el cuerpo de la víctima, pero este hombre dejó de ser juzgado en la segunda audiencia porque se concluyó que era un “psicótico” que no estaba en condiciones de estar en el juicio.
La madre de la víctima, Pérez, dijo a Télam que Bazán es el primero, pero que luchará para que “todos los responsables” del crimen de su hija sean condenados.
En su alegato, el fiscal Hugo Carrión afirmó que Anahí fue “torturada y cosificada” y pidió para Bazán la pena de prisión perpetua por los mismos delitos por los que hoy se supo fue condenado.
Más allá de que ya no estaba siendo juzgado, el fiscal también se refirió a Villalba -quien tiene una condena por un abuso en Capital Federal-, como autor de la violación de Anahí y coautor del crimen y recordó que el celular de la víctima se halló en poder de uno de sus hijos.
Como prueba clave contra el condenado, Carrión mencionó el olfato del conocido perro rastreador Bruno, de la brigada canina de Escobar, a quien definió como “el detector de femicidas”.
Según el fiscal, el can detectó el rastro odorífero de Anahí dentro de su casa y la presencia del propio imputado en la fosa donde se halló el cadáver de la víctima, a 235 metros de su vivienda.
Otros indicios fueron una tijera secuestrada en la casa de Bazán que la chica solía tener en un morral, una llave que Anahí solía colgarse en el cuello y que se comprobó que abría la puerta del domicilio del imputado y una pala del acusado con tierra similar a la del sitio donde fue enterrado el cuerpo.
La hipótesis de la fiscalía es que Anahí conocía a Bazán por el interés que ambos tenían por la naturaleza y por sus inclinaciones artísticas y que, en ese contexto, el imputado la secuestró, la retuvo en su casa, la drogó con “burundanga” y ahí fue violada por Villalba.
Para los investigadores, luego de ello y al ver la búsqueda policial que se desarrollaba por la joven, los acusados decidieron asesinarla para ocultar los delitos que habían cometido.
La querella también había solicitado la prisión perpetua para Bazán, mientras que la defensa había pedido la absolución por falta de pruebas y al sugerir que era una “causa armada”.
Anahí fue vista por última vez el 29 de julio de 2017 cuando salió de su casa de Parque Barón, en Lomas de Zamora, para dar un paseo y el 4 de agosto su cadáver fue encontrado desnudo, con lesiones cortantes y golpes en la cabeza, enterrado en la Reserva Natural Santa Catalina.
La autopsia determinó que fue estrangulada, que le habían suministrado drogas y que en esas condiciones había sido abusada.