En la vieja casa de Londres donde Charles Dickens escribió algunas de sus obras fundamentales y que se salvó de ser demolida por la intervención de la Dickens Fellowship, una asociación internacional de personas interesadas en la vida y obra del autor, se convirtió en museo y hoy se exhiben muchos de sus objetos personales, muchos de los cuales no se habían expuesto antes.
La muestra presenta verdaderas joyas que, seguramente, sabrán apreciar los amantes de las historias de Dickens que son muchos en todo el mundo.
Algunas piezas permiten acceder a la intimidad de un joven Dickens de 18 años que escribía poemas de amor destinados a Maria Beadnell, quien, afortunadamente para la posteridad, los conservó.
También pueden verse la pluma y el tintero con los que escribió muchas de sus obras. Como suele suceder, Dickens no se casó con la destinataria de sus versos adolescentes, sino con otra mujer, Catherine Dickens, con la que estuvo casado durante 22 años y luego se separó. Su licencia matrimonial fue más perdurable que su propio matrimonio y hoy también se exhibe en su casa-museo.
Además, quienes tengan la fortuna de poder visitar la exposición se encontrarán con un fragmento de su puño y letra de Oliver Twist y con algunas rarezas. Por ejemplo, una copia de David Copperfield que en 1910 fue llevada a la Antártida por el capitán Robert Scott en el barco Terra Nova que estuvo varado en una cueva de hielo durante 60 días.
En ese periodo sucedió algo que parece escrito por la propia pluma de Dickens: la tripulación del barco leyó un capítulo del libro de Dickens por noche para aligerar la angustia de la espera. El ejemplar está ennegrecido y tiene huellas dactilares que habrían sido causados por el fuego alimentado por aceite de foca que la tripulación usaba para combatir el intenso frío. La historia de esta copia de David Copperfield no podía ser más literaria.
Dickens y su imagen
Hoy, la tecnología permite a todo aquél que esté interesado en el tema saber de qué modo irá cambiando su imagen a través del tiempo. En la época de Dickens esa tecnología no existía.
Sin embargo en la muestra puede verse la evolución de su rostro a través de retratos de diferentes épocas de su vida colgados en una pared.
Uno de esos retratos fue comprado por la casa-museo Dickens en 2019. Se trata de un boceto en tiza y pastel que se cree que fue realizado por el dibujante Samuel Laurence quien, curiosamente, había nacido en el mismo año que Dickens, 1812, y que a muy temprana edad se relacionó con escritores famosos a los que se encargó de retratar.
Los mismos materiales con los que capturó la imagen de Dickens, los usó también para retratar a William Makepeace Thackeray, Anthony Trollope y Sir Henry Cole.
Se cree que dibujó a Dickens mientras éste escribía Cuento de Navidad. El manuscrito estuvo perdido durante 174 años hasta que fue encontrado cubierto de moho en Sudáfrica en 2017.
Un único traje compuesto por tres piezas: pantalón, levita y camisa ayuda a hacerse una idea más cabal del físico que tenía Dickens. Se cree que lo utilizó en una recepción real que tuvo lugar en el Palacio de Buckingham.
Además de las imágenes del autor, también pueden verse en la muestra ilustraciones originales de sus libros
El museo Dickens se inauguró en 1925, luego de que fuera salvado de la demolición. Está ubicado en el corazón mismo de Londres y es una de las residencias donde el escritor vivió en esa ciudad entre 1837 y 1839, es decir, sólo durante tres años. Sin embargo allí escribió obras que, por si hiciera falta, justifican que se haya transformado en museo.
Está ambientado como si el escritor siguiera viviendo en esa casa y solo estuviera ausente por un momento.
Como les sucede a pocos grandes escritores, Dickens gozó de una gran popularidad en vida, quizá porque muchas de sus obras reflejaban las condiciones en que vivían los niños de las clases más bajas. Lo suyo no era mera literatura, sino que sus historias estuvieron alimentadas por su propia vida.
Cuando cumplió 12 años, su padre fue encarcelado por no pagar los impuestos. Comenzaría para él una existencia de dificultades, ya que a esa edad se vio obligado a trabajar durante diez horas diarias para poder subsistir.
Más tarde, cuando estuvo en condiciones de escribir y traducir sus experiencias a la lengua de la ficción, se convirtió en uno de los escritores más populares de su época a la que, por supuesto, trascendió, ya que sigue siendo leído y admirado hasta hoy.