Leer Diario de una aprendiz de señas genera diversas preguntas: ¿Qué es la lengua materna? Para quienes escuchamos, para quienes somos oyentes es el rumor de una vieja canción que nos cantaban para dormir, los ecos de las palabras de los libros que pedíamos que nos repitieran mil veces, las voces familiares que aún recordamos –dicen que lo primero que se olvida de una persona es su voz-, la sonoridad del nombre al que respondemos de inmediato, los relatos familiares orales que nos constituyen porque todos estamos hechos de relatos.

Para alguien que no escucha, la lengua materna es algo distinto en su forma, pero igual en su contenido afectivo. Igualmente acunadora, otorga también una patria de pertenencia que no se aloja en la vibración del sonido, sino el desplazamiento en el espacio.

No es casual que Tania Dick, bailarina y coreógrafa, se haya interesado por el lenguaje de señas sin ser sorda ni tener algún nivel de hipoacusia

Dice en su libro Diario de una aprendiz de señas (Bosque energético) :

“Ante de la primera clase”

“Me detuve a mirar un cartel: “Curso de lengua de Señas. Dejé pasar el cartel como dejé pasar muchas otras cosas. Es después de un tiempo, en otra ciudad, que encuentro otro anuncio en la pantalla de la computadora. Esta vez lo sigo, averiguo. Tomo nota de horarios. Me inscribo. Quizá lo hago de manera arrebatada. Me inscribo en un movimiento, siguiendo algo que se despliega pero que no entiendo del todo: el impulso de nombrar las cosas de nuevo”.

-Entiendo que Diario...no es una ficción o no lo es completamente.

-Claro, no lo es completamente porque está basado en las esas experiencias que tuve en las clases de lengua de señas y, en realidad, en todo lo que me abrieron,  en  esa otra manera de mirar el mundo. Junto con la lengua de señas descubro la comunidad que hay que hay atrás de esta lengua, una  comunidad lingüística conmovedora  por todo desarrollo que ha tenido, toda la actividad que realizó para ser visible su lengua

Al final del libro hablas de que en un momento la lengua de señas estuvo prohibida. ¿Qué significa exactamente esa prohibición?

-No soy una autoridad para hablar sobre el tema, pero entiendo que no estuvo reconocida como lengua natural de las personas sordas.  De alguna manera había que verbalizar, es decir, entrar en lo que se consideraba “lo normal”.  Recién hace un año que se reconoció en la Argentina y ese es un hecho conmovedor para mí. Es un mundo inmenso el de la lengua de señas y yo me ubico en el pequeño pedacito que son las sensaciones, de las posibilidades que me abrió.

-Me pareció natural en vos la atracciónn por una lengua que se desarrolla justamente a través del movimiento en el espacio, dado que sos bailaría y coreógrafa.

-Sí, siempre es algo que me llamó la atención y también el hecho de que para empezar una clase tenía que estar en silencio. Eso también tocaba una fibra muy personal, porque ese silencio era una gran posibilidad de escuchar.

-¿Qué te decidió a aprender la lengua de señas, cómo fue?

-Siempre me había resultado llamativo  y fue una decisión como esas que en un momento de la vida tienen que suceder. Vi la información sobre la lengua de señas, me decidí a cumplir lo que era ya un deseo de adolescencia que había quedado ahí y que resurgió con fuerza.

Foto: @retratosprofesionales

-¿Dónde tomaste los cursos?

-En los laboratorios de lenguas de la UBA. El 2 de junio va a haber una presentación del libro en la que van a estar los profesores de la lengua de señas señando una parte del texto y, a su vez, hablando sobre la lengua de señas y va a haber intérpretes,  con lo cual va a ser una presentación bilingüe lo que a mí me pone muy contenta. Los dos profesores que van a estar en la presentación son de esos laboratorios del a UBA y van a representar ese espacio.  

-A pesar de que me interesan mucho las lenguas, recién descubro que  esa lengua no es el español. Es increíble que nunca lo hubiera pensado.

-Claro, es otra lengua y es un descubrimiento muy importante. Hay lingüistas muy especializados en lengua de señas que van descubriendo nueva información. Es algo muy interesante. Por eso te digo que yo sólo puedo hablar desde mis percepciones como una aprendiz oyente de un mundo que es realmente inmenso en el que hay gente muy dedicada, no sólo lingüistas, sino intérpretes, oyentes que trabajan coordinando talleres, haciendo mucha fuerza para hacer visible esa lengua. En este momento hay todo un desarrollo que está teniendo mucha fuerza.

Me llamó mucho la atención lo que vos contás en el Diario de una aprendiz de señas: que esta lengua no es universal.

-No, no es universal. Hay señas que pueden ser parecidas en varios países pero otras que cambian radicalmente. Hay que destacar que es una lengua de señas y no un lenguaje, porque el sentido de una cosa y otra es distinto.

Entiendo que tiene su propia gramática y su propia sintaxis y por eso es una lengua. No sé si estos términos aplican a esta lengua, pero no sé explicármelo de otra manera. Un lenguaje es algo peculiar dentro de una lengua, supongamos como el lenguaje inclusivo, el lunfardo o el lenguaje de las diferentes tribus urbanas.

-Exactamente la lengua de señas tiene su propia gramática. Entonces por eso es una lengua, claro. Yo hablo desde la experiencia de esta lengua que puede tocar de una manera muy especial a un oyente, desde el deseo de comunicarnos,  de ser entendidos,  de ser este reconocidos.  En general,  cuando uno estudia cualquier idioma vuelve a generar ese proceso de asombro por la lengua que está estudiando y por cómo somos nosotros en esa lengua.

-¿Y más allá del Diario que te permitió escribir, cómo fue tu inmersión en esa lengua?

-Había muchos factores que me resultaban  muy interesantes como  esta posibilidad de “escuchar” de otra manera,  de nombrar de las cosas de otra forma, de nombrarlas desde otra cultura. Eso es deslumbrante y resignifica el propio lenguaje,  hay una resignificación de las palabras. La  lengua de señas es muy lúdica, muy hermosa visualmente, sus señas son muy de magnéticas. Por eso es muy divertido aprenderla.

 A su vez, su aprendizaje es muy estricto.  Con las profesoras y profesores sordos, te das cuenta de que tienen años y años de estudiar para para poder enseñar. Para mí también tenía una representación de lo que es el otro, esa otredad que exige silencio para ser escuchada, para escuchar ese universo.  Uno no sabe de esa otredad,  la va aprendiendo,  la va empezando a descubrir muy de a poco con todos los encuentros y desencuentros que se producen.  

-Entiendo que te debe sacudir un poco porque uno da por hecho que las cosas tienen nombre, que en español a una botella se le dice botella. En la lengua de señas es distinto. No existe la misma forma de nombrar.

-Sí, hay algo de eso, porque está muy en juego el cuerpo. Entonces el cuerpo ya es otro modo de comunicación. Y no sólo el cuerpo, sino también  el espacio. El espacio está contando tiempos como el pasado, la pregunta se hace moviendo el torso de una determinada manera,  los gestos están comunicando, todos esos movimientos están armando un relato.

Entonces, por supuesto, es una concepción completamente diferente de la legua de la que tenemos los oyentes. Y para mí, es muy asombrosa, quizá por mi interés por la danza, porque también en la danza el cuerpo es el que arma el lenguaje en el espacio.  El mundo de la lengua de señas es enorme, pero aunque sea tnjer la posibilidad de mojar la puntita de los pies en ese océano me resulta muy bueno.

Foto: @retratosprofesionales

Una persona sorda de nacimiento que lee en español es, en realidad, bilingüe.

– Sí, su lengua materna es la lengua de señas y su segunda lengua en español.

-Más allá de aprender la lengua, más allá de lo informativo, supongo que ese aprendizaje  habrá tenido repercusión en tu actividad creativa. De hecho, escribiste Diario de un aprendiz de señas.

-Claro, hay algo de la lengua de señas que también me conectó con las palabras  y con el relato. Disfrutaba mucho porque, por lo menos con los profesores y profesoras con los que estudié, se aprendía mucho contando historias personales, viajes y a mí me encanta, me encantó siempre escuchar historias, leer historias. En este sentido  las clases eran  un manantial de historias señadas. Además, soy una persona muy tímida, más bien callada y poder hablar a través del cuerpo  me envalentonó y entonces me salía algo un poquito más arrojado.

La lengua de señas me permitía expresarme de una forma que para mí es familiar. Aprender lengua de señas me dio la sensación de descubrir, la sensación del sombro. Vivimos una vida en que pasa todo muy rápido, una vida que es un poco superficial. Tener el tiempo de las clases para estar receptiva a una otredad, para sorprenderme de lo que estaba aprendiendo la verdad es que me conmovía mucho. También me conmovió la historia de la comunidad sorda. Sentí en ella una gran fortaleza.

Foto: @retratosprofesionales

-¿Cómo fue la escritura de Diario de una a de aprendiz de señas?

-La escritura del libro surge en el taller de dramaturgia de Santiago Loza y Andrés Gallina.

Santiago Loza publicó por la misma editorial Diario inconsciente.

-Sí, exactamente. Luego, con la editora  Eugenia Pérez Tomas que siguió la escritura de una manera súper delicada, el texto creció más. Andrés Gallina también fue editor, tanto en el proyecto del texto como en el acompañamiento con su mirada hasta el final cuando el  texto que yo tenía fue finalmente un diario.

Me resulta curioso que surja en un taller  dramaturgia un texto que no es dramático.

-Es que el taller dramaturgia es un lugar en el que encontré mucha libertad. Creo que esa sensación de libertad hace que el texto emerja allí. Escribí el texto de un tirón y luego lo retomé con los editores con el mismo ímpetu. Siempre sentí que había mucho para escribir. El mismo material se fue abriendo camino. Fue una experiencia muy linda, además, publicar en una editorial como Bosque Energético en el que los editores tienen un cuidado exquisito con los libros que editan. Les estoy muy agradecida a los profesores de lengua de señas, a los editores, a Santiago Loza. Fue una experiencia muy linda esta de escribir con otros.

Diario de una aprendiz de señas se presenta el domingo 2 de junio, a las 18, en Cuerda Mecánica Centro Cultural, Juramento 4686, CABA.