Las acciones y posteriores victorias jurídicas que se lograron en 2009 en México en contra de las actividades extractivas que buscaba realizar la minera San Xavier en el Valle de San Luis Potosí y el Cerro San Pedro, coronaron un proceso de lucha de más de una década. Así nació esta conmemoración que tomó relevancia a escala mundial, sobre todo en latinoamérica. Como en México, en los territorios de Perú, Ecuador y Argentina también se estaban cumpliendo diez años de organización territorial contra el saqueo a gran escala.

Durante las presidencias de Menem se impulsaron leyes, modificaciones y normativas que permitieron el establecimiento de grandes empresas mineras transnacionales en Argentina. Ese andamiaje jurídico se sostuvo y se fue profundizando.

En 1997 apareció la primera explotación metalífera “a cielo abierto” de la mano de  la minera Alumbrera. Ubicada en Catamarca en el límite entre Andalgalá y Belén. A principios de los 2000 las demás empresas ya se habían establecido en la mayoría de los grandes yacimientos mineros que conocemos hoy, afrontando costos de inversión notablemente reducidos.

A diferencia de la minería tradicional, ya no se construyen galerías subterráneas, sino que se remueven extraordinarias extensiones de suelo con impresionantes cantidades de energía y explosivos, usando cantidades incontables de agua y sustancias extremadamente tóxicas para separar los minerales de la roca.

En la actualidad San Juan es la provincia con mayor cantidad de proyectos, la siguen Salta, Catamarca, Jujuy y Santa Cruz.

Chubut, Mendoza, Tierra del Fuego, Córdoba, Tucumán, La Pampa, San Luis y Río Negro tienen leyes restrictivas a la explotación minera producto de una fuerte resistencia social. En las provincias afectadas también se resiste y se combate.

Cadena de resistencias

Cristina “Titi” Agüero, referenta de NO a la Mina de Esquel, transmite los relatos de principios de 2000. Ella llegó a la ciudad en 2011 con el objetivo de trabajar en Parques Nacionales y participar de la Asamblea que ya llevaba años de recorrido. Afirma que en Esquel se vivió un proceso revolucionario, hubo cambios profundos en la dinámica social local. Encuentros, organización, construcción de canales de difusión e información para contraponer lo que hacían circular los medios y la multinacional Meridian Gold, que pretendía explotar oro y plata en las montañas a diez kilómetros del casco urbano.

Esquel fue el primer lugar de Argentina que votó en contra de la megaminería. Fue la movilización popular la que logró, ese marzo de 2003, presionar en el Concejo Deliberante para que se consiguiera el plebiscito que puso de manifiesto que el 81.4% le dijo NO a la mina.

El plebiscito dio lugar a la Ley 5001, primera ley provincial que prohíbe la megaminería a cielo abierto con uso de sustancias tóxicas como el cianuro. Cristina afirma que esta conquista provincializó la lucha y que fue la construcción de tantos años la que dio pie al Chubutazo en 2021 que logró derogar el proyecto de zonificación minera en defensa del agua.

A nivel regional la asamblea NO a la mina de Esquel participó junto a Perú, Guatemala y México de la primera Cumbre de Pueblos Afectados por Pan American Silver. En el marco nacional es parte de la UAC (Unión de Asambleas de Comunidades) y a nivel provincial de la UACH, (Unión de Asambleas de comunidades de Chubut).

La transmisión del sufrimiento que impone la dictadura minera, como llaman muchos de estos espacios al accionar de las transnacionales en los territorios, es germen de la organización. Los avances son alicientes.

En esta línea, en 2007 protestas y movilizaciones en Mendoza logran que se apruebe la Ley 7722 que prohíbe el uso de sustancias tóxicas en la actividad minera e impone normas y controles. Doce años después la resistencia renovada y potenciada de la organización socioambiental mendocina y nacional impidieron los intentos de modificar la normativa.

También en 2007, la organización y movilización riojana le pusieron freno a los acuerdos que el gobierno provincial y Barrick Gold intentaron firmar para extraer oro a cielo abierto en la zona de las viejas minas de Famatina.

Hay un patrón de comportamiento histórico: todos los gobiernos actúan en favor de las mineras dando la espalda a las poblaciones afectadas, no hay grieta política ni ideológica para el extractivismo.

No a la megaminería

“Hay una avanzada muy grande a nivel nacional y están tratando de cercarnos el camino… Con el protocolo anti piquetes, con el DNU, con el Pacto de Mayo, con el Régimen de Incentivos para las Grandes Inversiones”  apunta Cristina, y menciona que este combo tiene el objetivo de atomizar, “van a avanzar articulada y simultáneamente en diversos territorios y con diversos proyectos”.

Tanto quienes quieren avanzar con el saqueo y quienes resisten, saben que es en la calle en donde se puede torcer la suerte. Por eso los primeros atentan contra cada brote de organización territorial, mientras que en los territorios se profundiza la resistencia.

Por eso en Andalgalá se realizan las caminatas contra la megaminería, por eso el año pasado vimos en Jujuy las puebladas de las comunidades originarias en contra del avance de la explotación del litio, por eso multitudes salen a decir que el agua vale más que el oro, por eso cada asamblea. Por eso cada marcha de los días cuatro en Esquel, que en palabras de Cristina, “es lo que mantiene la llamita del calefón prendida para cuando hay una embestida”.

Como dice Titi: si la historia de los derechos es la de la lucha que llevó a alcanzarlos, es importante recordar cada una de esas luchas y reivindicarlas. Mantenerlas vivas. “En la era digital tengamos presente que a través de las redes tejemos redes, y a través de las redes difundimos la realidad, pero no la cambiamos. La realidad se cambia con acciones concretas.”