“Ocupar-Resistir-Producir”. Las tres consignas hermanan a les laburantes que se arriman hasta la sede de la ejemplar cooperativa de trabajo Cotramel. La metalúrgica recuperada por sus trabajadores en el arrabal de Llavallol, suburbio obrero del sur conurbano, es la sede del festejo por el Día de lxs Trabajadorxes de Empresas Recuperadas.
Llegados desde mil y un rincones de la Argentina, les laburantes comparten experiencias productivas. Cuentan que superaron crisis, vaciamientos, tarifazos, palazos. Siguen de pie. Luchando y produciendo. Son dueños de su esfuerzo. De su trabajo.
La Argentina recuperada
Juana viene del sur patagónico. Llegó desde la localidad rionegrina de Contraalmirante Cordero con sus compañeras de la cooperativa Los Manzanares. Desde 2007 pilotean la empresa dedicada al servicio de empaque y frío para frutas y verduras. Regalan manzanas que brillan más que el sol. Dice orgulloso la manzanera: “Lo peor que le puede pasar a una persona es quedarse sin trabajo. Nos pasó, y por eso decidimos pelear, seguir en la lucha y armar la cooperativa. Hoy damos trabajo a 30 socios y socias, y vamos por más”.
En el puesto de la recuperada Mielcita hay alfajores, galletitas y, obviamente, los icónicos sachecitos de caramelo líquido. ¡Una delicia! Golosinas que son patrimonio de la cultura popular de nuestro país. Cuenta Andrea, una de las socias fundadoras de la empresa oriunda de La Matanza: “Hace tres años nos dejó el patrón en la calle. Tuvimos mucho apoyo de organizaciones, de la gente del barrio, de amigos, de los que compraban nuestros productos, entonces arrancamos con la cooperativa”. Son 100 laburantes. Detalla Andrea: “Al principio fue muy duro. Pero nos fuimos levantando y ahora somos dueños, es nuestra empresa, y que los patrones no vuelvan más. Es todo un desafío y demostramos que los y las laburantes podemos manejar una empresa.”
Ciudad De Dios es una cooperativa joven. Un año y medio tiene de vida la panificadora nacida en el maradoneano barrio de Villa Fiorito. “Hacemos panes, tortas, masitas, facturas, pronto arrancamos con pan para sanguchitos de miga. Somos los Maradona de la harina”, saca chapa Mariano, presidente de la cooperativa. Son 18 compañeros. Le ponen el pecho al agujero que dejó el patrón fugado, a la inflación en el precio de la harina, al presente económico que mucho no ayuda: “Pero no nos arrepentimos de recuperar la empresa, es nuestro trabajo, del que comen nuestras familias. No nos vamos a rendir. Somos del barrio del Diego, nos ayuda desde el cielo”.
El Frigorífico Torgelón tiene 15 años de exitosa experiencia cooperativa. “Hacemos chacinados y embutidos. Cien años de historia tiene la empresa, y hace década y media que se fueron los patrones. Dimos pelea y seguimos produciendo los laburantes, un orgullo”, dice Víctor, presidente de la coope de 50 socios. “Es importante este día porque conocemos a compañeros y compañeras que están peleando como nosotros. Te llena de orgullo, de esperanza. Hacemos crecer a la economía, hay más competencia y eso hace bajar los precios. Nosotros no aspiramos a ser millonarios como los empresarios, nosotros queremos generar laburo, cambiar el mundo.” ¿Es difícil? “Seguro que es difícil, pero ya tuvimos mil batallas, y siempre seguimos a flote, luchando.”
Un país industrializado
Del encuentro celebrado en la metalúrgica recuperada Cotramel, ex Canale, participaron el presidente Alberto Fernández, la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz; el secretario de Economía Social, Alberto Pérsico; y el director nacional de Empresas Recuperadas, Eduardo “Vasco” Murúa. En el escenario los acompañó Nicolás Macchi, presidente de la cooperativa conurbana que es un ejemplo de trabajo y dignidad.
Luego de una recorrida por la empresa, el mandatario expresó ante los trabajadores y trabajadoras: “Mientras están los que piensan que el trabajo es un costo, estamos los que pensamos que el trabajo es un insumo central para el desarrollo económico; por mucho capital que tengamos si no tenemos trabajo, no rinde en los términos que una sociedad necesita. El capital más el trabajo puede generar empresas que den empleo, que permitan el desarrollo de familias y que hagan al desarrollo del país”. En esta línea agregó: “Nosotros somos de los que creemos esto, el trabajo no es un costo, es una inversión que asociada al capital hace que la economía se mueva. Son tan importantes los que ponen el capital como los que ponen el trabajo, se necesitan necesariamente”.
Durante su discurso en el evento, titulado «Futuro con inteligencia común: Trabajadores y Estado para Recuperar Argentina», el mandatario aseguró que las cooperativas «siguen funcionando por la decisión y la fuerza de los trabajadores y las trabajadoras”, y que en una Argentina de desarrollo «es imperioso reconocer a la economía popular, darle un marco legal que los contenga y soluciones innovadoras para que todos los trabajadores tengan los mismos derechos».
El “Vasco” Murúa fue generosamente aplaudido por les trabajadores cuando tomó la palabra. Repasó la historia del movimiento, resaltó la importancia del sector y destacó la necesidad de que se dicte una ley de emergencia para el sector debido a “la problemática de la seguridad jurídica de las empresas” frente a la falta del tratamiento de la Ley de Reconversión de Unidades Productivas que fue presentada hace dos años en la Cámara de Diputados. “Hay una problemática de la seguridad jurídica en las empresas y por eso creemos que tenemos la obligación, como gobierno, de asegurar por un tiempo esta situación con una ley de emergencia que suspenda cualquier tipo de remate o desalojo hasta que se trate la norma”, afirmó Murúa.
Argentina tiene más de 400 empresas recuperadas de los distintos sectores de la economía, de las cuales el 50 por ciento se compone por metalurgia, alimentación, textil y gráfica. Un auténtico motor productivo. Sin patrones.