No hay cuarentena que detenga el deterioro que sufre el planeta por la acción humana. La temperatura de la Tierra continúa en alza, así como los glaciares derritiéndose y el nivel de los océanos sigue el ritmo acelerado. Aunque el tema ha sido desplazado de la tapa de los grandes medios, en cinco años se llegará a un nuevo récord de temperatura promedio mundial, aseguraron desde la Organización Meteorológica Mundial (OMM) este miércoles, cuando se cumple el 50 aniversario del Día de la Tierra.
Si bien hace medio siglo en Estados Unidos comenzó el movimiento impulsado por organizaciones civiles, de estudiantes y profesores, recién en 1972 durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, celebrada en Estocolmo, se presentaron los principios para tomar conciencia de que el ser humano no puede ser concebido de manera independiente del ambiente y que su acción sería determinante en el futuro del planeta. Hoy ya no quedan dudas del daño provocado y más de 500 organizaciones apuntaron que la “economía mundial basada en el mito del crecimiento y el apetito ilimitado por los recursos de la Tierra es la raíz de esta crisis sanitaria y de futuras crisis”. Es la economía, de hecho el documento indica la paradoja de que la agricultura industrial “mientras afirma alimentar al mundo […] ha empujado a mil millones de seres humanos al hambre”.
La descarbonización de la economía, el abandono de combustibles fósiles y la migración del sistema energético hacia uno más limpio fueron metas que se autoimpusieron los países en 2015, en la Cumbre de París, y que hace unos meses debieron admitir que no lograron alcanzar. Para peor, en la última cumbre, los negacionistas, liderados por Estados Unidos, Australia y Brasil, dieron varios pasos para atrás en los acuerdos alcanzados hace cinco años. Los negacionistas climáticos no casualmente son casi los mismos que se negaron a ver los alcances de la pandemia de Covid-19 y así sus países están en el tope de contagiados y muertos. Son los mismos que minimizaron los feroces incendios de Australia y el Amazonas que se impusieron como temas de agenda a comienzos de este año.
Por ello, el documento no deja de advertir los puntos paralelos entre ambos temas: “La pandemia nos recuerda que violamos los derechos de la Tierra y de todas sus especies por nuestra cuenta y riesgo, y que sería prudente que consideráramos los conocimientos y la sabiduría ancestrales de los pueblos originarios, guardianes de la Tierra a lo largo de los tiempos, cuyo profundo respeto por la Tierra se basa en la conciencia de la interconexión de toda la vida. Dañar una parte significa dañar el todo”.
Sin embargo, como se advirtió al comienzo de la nota, la OMM explica que la “reducción temporal de las emisiones de gases de efecto invernadero” provocado por las diferentes formas de cuarentena no sustituyen “la acción climática continuada” de los países. Por el contrario, advierten que la saturación de los sistemas de salud nacionales por la pandemia hacen más peligrosos los efectos sobre la salud que causa el calentamiento global.
Antonio Guterres, secretario general de la ONU, advirtió que la biodiversidad está en un pronunciado declive, y las perturbaciones del clima se están acercando a un punto de no retorno: “La actual pandemia de Covid-19 es un claro recordatorio de la vulnerabilidad de los humanos y del planeta frente a amenazas de magnitud global. El daño descontrolado al medio ambiente debe ser abordado” señaló el dirigente portugués.
El documento destaca que, según la ciencia, “a medida que invadimos los ecosistemas forestales, destruimos los hogares de las especies y manipulamos las plantas y los animales para obtener beneficios, creamos las condiciones para nuevas epidemias de enfermedades”.
El texto, que lleva por título Un planeta, una salud, haciendo la paz con la Tierra y que ha sido firmado por ecologistas de todo el mundo, explica que “en los últimos 50 años han surgido hasta 300 nuevos patógenos. Está bien documentado que alrededor del 70% de los patógenos humanos, incluyendo el VIH, el ébola, la gripe, el MERS y el SARS surgieron cuando los ecosistemas forestales fueron invadidos y los virus pasaron de los animales a los humanos”.
En Argentina, aún durante el aislamiento social obligatorio, se han registrado desmontes ilegales en Salta, Chaco, Santiago del Estero y Formosa, según viene denunciando Greenpeace. El Día de la Tierra tiene que ver con la conciencia sobre las consecuencias del extractivismo y la eliminación de la biodiversidad. El militante ecologista miembro de GRAIN (organización internacional que apoya agricultores para la soberanía alimentaria) Carlos Vicente le dijo a Télam que “la crisis climática nos está impactando de manera feroz y será más grave que la pandemia del coronavirus que es provocada por la acción humana. El modelo es absolutamente insustentable con actores importantes como las grandes compañías petroleras y el agronegocio como los principales responsables del envenenamiento planetario”.
Por su parte, la Alianza por el Clima Argentina y Jóvenes por el Clima Argentina convocaron a que este viernes se replique de manera virtual la 5ª Movilización Mundial contra la Crisis Climática y Ecológica.