En la película El Día de la Marmota, el protagonista, Phil Connors, interpretado por Bill Murray, es un periodista de televisión que debe cubrir la celebración de la marmota en Punxsutawney, un pequeño pueblo del estado de Pensilvania, en el noroeste de Estados Unidos. El argumento consiste en que Connors sufre un hechizo. Se va a dormir después de haber hecho su cobertura, al día siguiente debe volver a su ciudad, y cuando despierta está viviendo el mismo Día de la Marmota.

Connors es consciente de lo que le ocurre. Empiezan a pasar días que se vuelven semanas y cada vez que se va a dormir guarda la esperanza de que a la mañana siguiente la vida siga su curso. No ocurre. Con el transcurso del tiempo aprende a vivir ese día todos los días. Descubre cosas que suceden en distintos puntos del pueblo. Ayuda a personas que están a punto de sufrir un accidente, salva un gato que todos los días está subido a la rama de un árbol muy alto, aprende a tocar el piano. Además, empieza a intentar conquistar a Rita, su productora en el pueblo, interpretada por Andy MacDowell. El final emula el cuento de La bella durmiente. Connors logra salir del hechizo cuando Rita se enamora de él.

La imagen del presidente Javier Milei sentado detrás de un escritorio señorial en el Salón Blanco de la Casa Rosada anunciando un nuevo endeudamiento con el FMI es bastante más tétrica que la comedia de Murray. Milei leyó con un tono monocorde el anuncio que trae consigo el clásico paquete del Fondo: devaluación, ajuste, entrega del patrimonio nacional, y luego más deuda. Lo de siempre.

Al igual que en El día de la marmota, la imagen de Milei con todo su gabinete a sus espaldas despertó la sensación de estar viviendo de nuevo un mismo día. Podía ser el 8 de mayo de 2018, cuando el entonces presidente Mauricio Macri anunció un acuerdo con el Fondo por 57 mil millones de dólares, también desde el Salón Blanco. Podía ser el 18 de diciembre del 2000, cuando Fernando de la Rúa informó el blindaje. El FMI aportó en esa ocasión 13.700 millones de dólares y el resto lo pusieron otras entidades financieras.

Algunas frases: “He anunciado un blindaje internacional que nos saca del riesgo y crea una plataforma extraordinaria para el crecimiento”. “Esto que se ha logrado, que es algo inédito en nuestra historia en términos de apoyo mundial, es una oportunidad para que la Argentina consolide un camino de crecimiento y desarrollo”, dijo De la Rúa en el anuncio. Son términos que se repitieron de modo casi idéntico en el mensaje leído por Milei el viernes por la noche. “Está vez los grandes países del mundo son los que han decidido ayudar a la Argentina”, dijo, en 2018 años, el ministro de Macri Nicolás Dujovne, en el Día de la Marmota

Los personajes también se repiten: Patricia Bullrich era ministra de Trabajo con de De la Rúa y de Seguridad con Macri al igual que ahora con Milei. El “Coloso” Federico Sturzenegger, experto en destrozar la economía argentina, era secretario de Política Económica con De la Rúa, fue presidente del Banco Central con Macri. Ahora es ministro de Desregulación. Se dedica a anunciar medidas que le cambiarán la vida a los argentinos, como que los bizcochitos de grasa puedan venderse en los puestos de diarios.

Luis Caputo se incorporó recién en el segundo Día de la Marmota, pero desde entonces se ha vuelto el protagonista central. No hace falta repasar cómo terminaron los anteriores días de la marmota. Esta película que sufre la sociedad argentina, si no fuera trágica para la mayoría, podría describirse en el mismo tono de comedia para competir con la película de Murray.

Connors logra el enamorar a Rita y con eso rompe el hechizo. En el Día de la Marmota Argentino no alcanza con enamorar a una Rita. Lo primero para romper el hechizo es que sean cada vez más los argentinos que tengan conciencia de que están viviendo otra vez ese día y que ya conocen lo mal que termina. Lo segundo es derrotar al gobierno Milei en las elecciones de medio término. Es la única forma de comenzar de abrir la puerta a la posibilidad de un mañana distinto.