Ángel Di María cumplirá el 14 de febrero del año próximo 35 años y para entonces ya no será jugador del seleccionado argentino, según lo anunció este miércoles, «porque sería egoísta no dejarle paso a los que vienen de atrás después de haber logrado lo que quería con la camiseta albiceleste», según definió.
«Haber ganado la Copa América me dio la tranquilidad de poder estar disfrutando más de la selección, pero después del Mundial de Qatar ya será la hora de dejarla, porque hay muchos chicos que están a la altura, van creciendo, y entonces sería egoísta no pensar así después de tantos años y de haber conseguido lo que quería con la celeste y blanca», le confesó Di María al diario Olé.
«El título en la Copa América de Brasil cambió mi vida completamente, modificando los insultos de 45 millones de argentinos por el cariño que ahora me tienen. Porque quería ser campeón con el seleccionado y lo logré. Y también porque deseaba que (Lionel) Messi lo consiguiera, porque se lo merecía más que nadie», puntualizó.
En relación con «Lío» comparó lo que significa y lo que es respecto de él. «A algunos los tocan con la varita mágica para ser el mejor del mundo como a Messi. Y a otros como yo para aparecer en algunos momentos y marcar goles que a la Argentina le dieron un título olímpico en Beijing 2008 (1-0 en la final con Nigeria) y el año pasado con Brasil en la definición de la Copa América en el Maracaná (también 1-0)».
«Por eso el partido de mañana con Italia es tan importante para nosotros, ya que la ilusión de ganar otro título es inigualable. Y más contra una gran selección como la de Italia, campeona de Europa, que solamente por mala fortuna no jugará el Mundial. Creo que además será un examen valioso para nosotros, para ver dónde estamos parados respecto de los europeos y cómo continuar», completó.
Di María se acaba de desvincular de París Saint Germain luego de siete temporadas y a Messi lo podrá compartir ahora solamente en la selección.
Su futuro parece estar en la Juventus, de Italia, de donde se acaba de marchar justamente alguien que por estas horas está con él en Londres, esperando la Finalíssima de mañana con Italia: Paulo Dybala.