En un operativo conjunto entre la Policía Federal y la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), cayó detenido en el aeropuerto de Bariloche el exmilitar ruso Konstantin Rudnev, acusado de liderar una secta que captaba mujeres con fines de trata. Al verse rodeado por los agentes, el sospechoso intentó quitarse la vida cortándose el cuello con una hoja de afeitar.
Si bien el caso trascendió en las últimas horas, la detención de Rudnev ocurrió el 22 de marzo en el Aeropuerto de Bariloche cuando estaba a punto de tomarse un avión con destino a Porto Alegre, con escala en Buenos Aires. El hombre estaba acompañado por seis mujeres, todas rusas, quienes también quedaron presas. Al mismo tiempo, otras seis personas fueron apresadas en el Aeroparque Jorge Newbery por la PSA.
El procedimiento fue ordenado por el fiscal general federal Fernando Arrigo, de Bariloche, y convalidado por el juez federal de Garantías de Bariloche, Gustavo Zapata. Al momento de su detención, Rudney llevaba consigo un pasaporte a su nombre. Por otro lado, las mujeres que lo acompañaban estaban en un estado calamitoso: no superaban los 40 años, parecían muy mal alimentadas y estaban casi calvas.
Se supo que la investigación empezó por una joven, presuntamente menor de edad, embarazada y vinculada a Rudnev. Al principio, los investigadores creyeron que podía tratarse de un caso de “turismo sanitario” por el cual las mujeres rusas suelen venir a Argentina a parir a sus hijos, por las buenas condiciones del sistema de salud y porque los bebés pueden adoptar la nacionalidad argentina sin mayores trámites.
Conforme fue avanzando el expediente, los funcionarios judiciales advirtieron que lo que habia detrás podía ser aún más truculento. Es que Rudnev fue líder de la denominada secta Ashram Shamballa, fundada a fines de los 80 en Novosibirsk, donde este hombre se hacía llamar el “Gran Shaman Shri Dzhnan Avatar Muni” y aseguraba que era una especie de dios de la estrella Sirio, un alienígena.
En 2010, Rudnev fue detenido con varias dosis de heroína y en agosto 2013, fue condenado a once años de prisión en Siberia, acusado de violar a sus propias seguidoras. Vale decir que la secta llegó a contar con unos 20 mil fanáticos en distintos puntos del mundo. En ese entonces, se había llegado a acreditar que este hombre encabezaba orgías en medio de sesiones de yoga y esoterismo.
Como en la mayoría de las sectas de este estilo, los cabecillas logran quebrar la voluntad de las víctimas y se quedan con sus bienes. Por eso, cuando Rudnev fue condenado hace más de 10 años, ocho de sus autos y dos de sus casas fueron vendidas para reparar el daño a las víctimas.