Los incendios forestales que se repiten cada temporada en la Argentina reflejan aspectos estructurales del andar del país. Hoy reflejan tres ejes centrales: el cambio climático que genera más sequía, vientos extremos y calores tempranos; un Estado nacional ausente con aviso y que descree de ese fenómeno ambiental; y la voracidad del sector desarrollador e inmobiliario por tierras preciadas, sobre todo en lo turístico. Córdoba es el fiel ejemplo por estas horas.

La situación más dramática se vive en Capilla del Monte, donde los incendios alcanzaron a varias casas, hay unos 60 evacuados y un detenido al que le habrían encontrado bidones de nafta. El paso de las llamas obligó a cortar dos rutas turísticas, las autovías 28 y 38. El fuego, incluso, llegó hasta las aerosillas de Los Cocos.

El fuego azota la zonas de Capilla del MonteDolores de Punilla, San Esteban, Chancaní y la parte alta de Los Cocos, donde predominan densas nubes de un humo irrespirable que generó un tóxico manto de neblina que permanecen durante kilómetros de bosques y paisaje serrano con árboles, arbustos, flores y faunas en situación crítica. Hasta el momento trabajan más de 300 bomberos en la contención del incendio.

Al contexto se suman las fuertes ráfagas de viento que llegan a 60 km/h, avidando el fuego; y las altas temperaturas y escasa humedad, que escalarán el fin de semana a más de 30 grados.

El foco comenzó el jueves por la tarde y se descontroló en la mañana de este viernes. Las llamas rápidamente se dirigieron a la zona de Dolores, un pueblo histórico, y a San Esteban, un remanso turístico.

En las últimas horas detuvieron a un hombre de 31 años en Capilla del Monte. Lo encontraron con un bidón intentando prender fuego unos pastizales.

Foto: Agencia NA

Más penas y zona de catástrofe

El gobernador Martín Llaryora se acercó a la zona del desastre en el norte de Punilla, en la que se registran al menos 15 viviendas ya arrasadas por el fuego. Pidió «penas más severas» y anunció que la Provincia declarará “zona de catástrofe”, activando un Fondo Permanente para Atención de Situaciones de Desastre de 5000 millones de pesos.

Llaryora solicitará su constitución como querellante en la investigación que busca determinar las causas del fuego. “Tiene que aplicarse todo el peso de la ley, incluyendo la revisión de las escalas penales existentes”, expresó el mandatario, quien subrayó la necesidad de imponer “penas adecuadas al grave daño causado”.

Llaryora afirmó: “Esto no puede tolerarse; la mayoría de los incendios de este año no son accidentes, sino resultado de negligencias o actos intencionales”. Pero evitó referirse a la falta de anuncios y apoyo del gobierno nacional, una constante en los desastres naturales desde diciembre, con un Sistema Nacional del Fuego desfinanciado. El reclamo de menos Estado también puede reflejar sus consecuencias en momentos como estos, en los que el fuego acecha y arrasa.