Cientos de manifestantes fueron reprimidos por efectivos de las fuerzas federales que comanda la ministra de Seguridad, Patricia Bulrrich, durante la amplia convocatoria frente al Congreso mientras el Senado trata el proyecto de la Ley de Bases.
Todo transcurría con normalidad hasta que, de un momento a otro, los uniformados arrojaron gases lacrimógenos que afectaron, entre otros, a cinco diputados kirchneristas, quienes debieron ser asistidos por servicios de emergencia. Al mismo tiempo, camiones hidrantes de las fuerzas federales rociaron con agua a los manifestantes, que intentaban resistir arrojando piedras y devolviendo los gases lacrimógenos.
Los uniformados, que realizaban un doble cordón para rodear el edificio parlamentario, arrojaron algunos gases lacrimógenos contra los manifestantes en la intersección de las avenidas Callao y Rivadavia, donde se produjeron forcejeos.
A partir de ese momento, se produjeron choques constantes con las fuerzas de seguridad que, a pesar de haber vallado los alrededores del Congreso que impedían el libre tránsito, se obsesionaron con la idea de reprimir a los manifestantes y aplicar el protocolo.
En un momento, apareció un auto del medio periodístico Cadena 3 prendido fuego. Inmediatamente después, motos con efectivos de la Federal desalojaron a los manifestantes con más gases y balas de goma.
La represión ya se extiende durante varias horas por las avenidas que rodean el Congreso y las calles aledañas.
Del operativo implementado por el Ministerio de Seguridad de la Nación participan, además de la Policía Federal, efectivos de Gendarmería y Prefectura.
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