La transferencia de recursos públicos del Estado al sector privado, es un leitmotiv que se repite año tras año en la gestión porteña. Las partidas económicas del sistema educativo que se transfieren a empresas y asociaciones civiles encabezan el ranking. Pero, además, en los últimos años, la Ciudad cedió a estudiantes del secundario como mano de obra gratuita, para realizar tareas laborales bajo la fachada de pasantías. También los comedores escolares son manejados por 19 empresas privadas, al igual que el mantenimiento escolar. Pero estos son solo algunos ejemplos traídos a colación dentro de la educación pública y que se repiten en otros estamentos del Estado.
En las últimas horas, trabajadores y trabajadoras del ministerio de Cultura porteño, se movilizaron a la cartera que conduce Gabriela Ricardes (Av. De Mayo 575 CABA), denunciaron que la Ciudad está privatizando programas como “Programa Cultural en Barrios y Circuito de Espacios Culturales”, entre otros. Todos nucleados dentro de la Dirección General de Promoción del Libro, Bibliotecas y la Cultura, del cual dependen cientos de talleres culturales gratuitos abiertos a la sociedad.
El programa cultural en barrios tiene miles y miles de asistentes y cientos de talleres, y más de mil docentes. Es un programa que vio la luz hace 40 años (en 1984) y que nació en el marco del retorno de la democracia. “De ahí su espíritu de compartir de comunidad territorial con los vecinos mediante actividades artísticas y culturales, pero la verdad es que, desde que asumió el PRO en la ciudad, se viene deteriorando muchísimo en muchos aspectos” contó a Tiempo Sol Copley delegada general de la dirección de promoción del libro, bibliotecas y la cultura.
Copley es docente de Flamenco y de Historia, y hace 25 años que trabaja en el programa. La referente sindical, que además integra el consejo directivo de ATE Capital, asegura que el GCBA “no paga antigüedad, todos los años nos pueden dar de baja porque estamos en una planta transitoria súper precaria, cobramos menos de la mitad de un docente de educación no formal, siendo que las tareas son muy similares”.
Despidos y privatización de taller
Pese a los recortes constantes en el sector, tras la asunción de Jorge Macri, la crisis en el Programa Cultural de Barrios se profundizó en muy poco tiempo. Desde el año pasado hasta la fecha, hubo más de 100 trabajadores que quedaron sin trabajo. Algunos los obligaron a jubilarse y el resto fue dado de baja. Muchos de los trabajadores que continúan realizando tareas lo hacen con menor carga horaria.
“Además de mantener toda la precarización que ya se venía teniendo, Macri provocó una baja masiva de horas cátedra (alrededor de 1000 horas respecto al año pasado) y de talleres. A principio de año logramos recomponer en parte, pero a mitad de año comenzó de nuevo una baja masiva de talleres y de horas.Personas que, por ejemplo, estaban inscriptas en talleres y de un día para el otro le dicen que ese taller no existe más y al docente se lo despide”, agrega.
Pero Jorge Macri fue más allá de un simple recorte y vaciamiento de la dirección. “Están llevando a muchos docentes a lugares privados, a centros de jubilados y clubes a dar sus clases, con lo cual están empezando a privatizar solapadamente el programa. Esto ya está sucediendo, nosotros lo venimos denunciando pero no tenemos respuesta”.
Falta de insumos
A los recortes y despidos en el sector se le suma la carencia de materiales para dictar las clases. En febrero de este año, ATE Capital denunció la falta de insumos para trabajar, “no tenemos equipos de música, ni colchonetas. Eso se paga con el aporte del propio alumnado. Supuestamente son talleres gratuitos, pero no nos proveen de todos esos materiales para que funcionen los talleres”, aludió Copley.