Un ciudadano ucraniano presentó este lunes una denuncia penal ante la justicia federal argentina para que se investiguen las torturas que sufrió durante la ocupación de su ciudad por parte de las fuerzas armadas de Rusia. El hombre, quien preserva su identidad, fue acompañado por «The Reckoning Project«, una ONG de periodistas y abogados de Ucrania y otros países que documenta crímenes de guerra en ese país.
La denuncia señala que fue detenido cuando su ciudad fue ocupada, que fue sacado de su trabajo y que fue torturado con electricidad por oficiales rusos identificados y no identificados, en un centro de detención en el sur del país. Tras pasar unos 20 días en ese lugar, fue finalmente liberado.
«Soy uno de muchos. Tantas otras personas que conozco fueron sometidas a cosas aún peores. Quiero contarle al mundo sobre nuestro dolor. Estas prácticas siguen pasando en territorios ucranianos ocupados por Rusia», señaló el denunciante, según difundió «The Reckoning Project» a través de un comunicado.
En la presentación, pide investigar a los autores, a los oficiales que manejaban el centro de detención y a sus superiores, a quienes acusa de facilitar las torturas.
Rusia niega que miembros de sus fuerzas armadas hayan cometido crímenes de guerra en Ucrania y considera que las denuncias en su contra son parte de una campaña liderada por Estados Unidos y la OTAN. Sin embargo, un informe de las Naciones Unidas publicado el año pasado sostuvo que Rusia hizo uso generalizado y sistemático de la tortura.
Durante su visita a Buenos Aires para dar inicio a esta causa, el denunciante se reunió con sobrevivientes de la última dictadura, quienes le relataron el proceso de justicia que lleva adelante el país por esos crímenes. «En Argentina, comprendí que la justicia es un camino largo y que es posible cuando la gente se une. Conocí a personas que sufrieron los horrores de la tortura, pero que nunca se rindieron. Gracias a que aquí la gente comprendió mi dolor, espero que exista la posibilidad de rendir cuentas», señaló.
El hombre llegó a los tribunales federales acompañado por Nataliya Gumenyuk, periodista ucraniana co-fundadora de «The Reckoning Project», quien destacó las razones que llevaron a hacer esta denuncia en Buenos Aires.
Las torturas como delitos internacionales
«En los últimos dos años, nuestro equipo registró más de cien testimonios de personas sometidas a tortura, algunas docenas electrocutadas de formas muy similares. Dado que las Naciones Unidas notaron que Ucrania tiene un gran acervo de casos, pero recursos limitados, no podemos esperar que sea un solo sistema judicial el que trate tantos delitos. Para nosotros, los ucranianos, la experiencia argentina es tanto una llamada al apoyo internacional para defender el estado de derecho como una esperanza de que la justicia sea posible», explicó Gumenyuk.
Antes de iniciar la causa, la organización viajó al país para reunirse con funcionarios, representantes de organizaciones de derechos humanos y de la justicia penal, y conocieron la experiencia local en la búsqueda de responsabilidades por crímenes internacionales cometidos durante la dictadura cívico-militar.
La organización señaló que Argentina ha liderado la lucha contra la impunidad en su propio país y en otros, abriendo investigaciones de distintos lugares y contextos, y que su sistema judicial tuvo resoluciones que fueron hitos en materia de torturas.
«Los crímenes internacionales pueden ocurrir en un Estado, pero a través de los tratados internacionales, la comunidad internacional dejó claro que deben ser una preocupación para todos los Estados. Hoy hacemos un llamamiento a la respetada judicatura argentina, que entiende estas acusaciones como nadie, para que investigue a fondo esta grave infracción», señaló el abogado británico-sirio Ibrahim Olabi, quien dirigió el equipo jurídico de «The Reckoning Project» en esta presentación.