Poco antes de iniciar un nuevo viaje al exterior, y como si no se tuviera dimensión alguna de la gravedad de lo que se afirma, la Oficina del Presidente Javier Milei, desde su cuenta oficial de redes sociales, sacó un breve comunicado sobre la represión desatada en el Congreso por distintas fuerzas de seguridad mientras los senadores desarrollaban la sesión de la Ley Bases.

El absurdo texto desde Casa Rosada dice textualmente: «La Oficina del Presidente felicita a las Fuerzas de Seguridad por su excelente accionar reprimiendo a los grupos terroristas que con palos, piedras e incluso granadas, intentaron perpetrar un golpe de Estado, atentando contra el normal funcionamiento del Congreso de la Nación Argentina».

Al mismo tiempo que se conocía el asombroso comunicado del gobierno nacional, mientras algunos manifestantes querían volver a acercarse al parlamento para el horario de la votación de los senadores, Patricia Bullrich continuaba alistando a distintos grupos de Gendarmería, Policía Federal y Prefectura que impedían caminar por la zona tirando gases a cualquiera que lo intentara, como si se hubiera dictado un formal Estado de Sitio.

Por su parte, distintos organismos de Derechos Humanos denunciaban una «cacería» por parte de las fuerzas de seguridad, asegurando que se detuvo a distintas personas con total impunidad y sin ningún motivo.

Y la propia Bullrich, como ya es un clásico, reivindicó su protocolo y la política de mano dura: «Fuimos a proteger el Congreso y nos respondieron con piedras e incendios. Nosotros respondimos de manera inmediata. Ahora pagarán uno por uno los daños causados y el auto quemado de Cadena 3, con una causa que no será leve. Porque con nosotros el que las hace, las paga».