El ex presidente peruano Alan García dejó una carta antes de suicidarse el miércoles último, que fue leída este por su hija Luciana durante el velatorio, en la que afirmó que tomó la fatal decisión para no sufrir “la injusticia” de ser detenido y que deja su cadáver como “muestra de desprecio” a sus adversarios.
En la misiva el ex líder del partido Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) explica las razones de su decisión y se refiere a su familia y a sus adversarios políticos.
Su hija Luciana García fue la encargada de compartir estas últimas palabras en las que el ex presidente revela que ya tenía firme su fatal decisión.
La epístola comienza con García refriéndose a su papel como político y miembro del aprismo.
“Cumplí la misión de conducir el aprismo al poder en dos ocasiones e impulsamos otra vez su fuerza social. Creo que esa fue la misión de mi existencia, teniendo raíces en la sangre de ese movimiento”, señala el texto.
“Por eso y por los contratiempos del poder, nuestros adversarios optaron por la estrategia de criminalizarme durante más de 30 años, pero jamás encontraron nada y los derroté nuevamente, porque nunca encontrarán más que sus especulaciones y frustraciones”, prosigue.
Luego detalla cómo “en este tiempo de rumores y odios repetidos” pudo ver cómo “se utilizan los procedimientos para humillar, vejar y no encontrar verdades”.
Alan García continúa diciendo que por muchos años se situó “por sobre los insultos” y subrayó que “el homenaje de mis enemigos fue argumentar que Alan García era muy inteligente como para que ellos no pudieran probar sus calumnias”.
“He visto a otros desfilar esposados exhibiendo sus miserias, pero Alan García no tiene porqué sufrir más injusticias”, agrega.
Por último, señala que deja su cadáver “como una muestra de mi desprecio a mis adversarios, porque ya cumplí la misión que me propuse”.
El féretro con los restos mortales del ex presidente son trasladados en medio del fervor de sus adherentes desde la Casa del Pueblo hasta el crematorio Mapfre de Huachipa, donde llegarán al mediodía local (14 de Argentina) .
El dirigente del Partido Aprista Omar Quesada había adelantado que los restos serán cremados por decisión de la familia, informó el diario El Comercio en su edición digital.
El féretro con los restos de Alan García fue trasladado el miércoles desde el hospital Casimiro Ulloa, en Miraflores, hasta la Casa del Pueblo, donde son velados por decisión de su familia.
Durante su funeral no recibió ningún homenaje de Estado ni de Palacio de Gobierno, una decisión que tomó su propia familia y que la dirigencia del Apra y su bancada parlamentaria, respaldó.
García se suicidó la mañana del miércoles momentos antes de que la policía y el fiscal adjunto del equipo especial Lava Jato, Henry Amenábar, procedieran a detenerlo de forma preliminar por un plazo de diez días.
Alan García fue trasladado por los policías hacia el hospital Casimiro Ulloa y, según detalló el Ministerio de Salud, perdió la vida a las 10.05 (hora local) producto de la hemorragia cerebral masiva por el impacto de bala.
El texto completo de la carta
“Cumplí la misión de conducir el aprismo al poder en dos ocasiones e impulsamos otra vez su fuerza social. Creo que esa fue la misión de mi existencia, teniendo raíces en la sangre de ese movimiento”.
“Por eso y por los contratiempos del poder, nuestros adversarios optaron por la estrategia de criminalizarme durante más de treinta años. Pero jamás encontraron nada y los derroté nuevamente, porque nunca encontrarán más que sus especulaciones y frustraciones”.
“En estos tiempos de rumores y odios repetidos que las mayorías creen verdad, he visto cómo se utilizan los procedimientos para humillar, vejar y no para encontrar verdades”.
“Por muchos años me situé por sobre los insultos, me defendí y el homenaje de mis enemigos era argumentar que Alan García era suficientemente inteligente como para que ellos no pudieran probar sus calumnias»”.
“No hubo ni habrá cuentas, ni sobornos, ni riqueza. La historia tiene más valor que cualquier riqueza material. Nunca podrá haber precio suficiente para quebrar mi orgullo de aprista y de peruano. Por eso repetí: otros se venden, yo no”.
“Cumplido mi deber en mi política y en las obras hechas en favor de pueblo, alcanzadas las metas que otros países o gobiernos no han logrado, no tengo por qué aceptar vejámenes. He visto a otros desfilar esposados guardando su miserable existencia, pero Alan García no tiene por qué sufrir esas injusticias y circos”.
“Por eso, le dejo a mis hijos la dignidad de mis decisiones; a mis compañeros, una señal de orgullo. Y mi cadáver como una muestra de mi desprecio hacia mis adversarios, porque ya cumplí la misión que me impuse”.
“Que Dios, al que voy con dignidad, proteja a los de buen corazón y a los más humilde”