El Espacio para la Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos ex CCDTyE “Club Atlético” se convirtió este último fin de semana en un punto de encuentro y resistencia. En una asamblea pública organizada por trabajadores y organizaciones políticas y barriales, el sábado por la tarde se discutió sobre el desmantelamiento sistemático de los sitios de memoria y los ataques del gobierno de Javier Milei a la preservación de la memoria histórica. La convocatoria reflejó la creciente preocupación por las acciones estatales que afectan directamente el funcionamiento de estos espacios, clave en la lucha por los derechos humanos en Argentina.

Miguel “El Tano” Santucho, trabajador del Espacio para la Memoria ex ESMA, uno de los centros más emblemáticos de la dictadura, compartió su visión sobre la situación actual: “Es necesario acompañarnos y organizar asambleas en cada espacio posible. Las medidas de este gobierno afectan a la educación pública, la salud, los jubilados y agravan el desempleo en nuestro país”, expresó con preocupación. Destacó, además, la responsabilidad colectiva de continuar con la educación y la transmisión de la memoria a pesar del retroceso institucional: “La retirada del Estado nos deja con la obligación de seguir adelante. Debemos seguir educando, transmitiendo y convocando a los jóvenes a nuestros espacios de memoria”.

También alertó sobre el impacto de los recortes en los equipos de trabajo de estos sitios. “El personal no alcanza, muchos compañeros fueron despedidos y las condiciones laborales son cada vez peores. Algunos están sin contrato o con promesas inciertas, cobrando menos y con restricciones que les impiden desempeñar libremente su trabajo”, contó. Estas medidas no solo vulneran derechos laborales, sino que también ponen en riesgo la preservación de la memoria.

La situación se agrava con la reciente resolución que obliga a los empleados contratados bajo el régimen CCA a adherir al retiro voluntario antes del 31 de marzo. Esta medida recorta aún más el personal y afecta a sitios emblemáticos como el ex CCDTyE Automotores Orletti, el ex Atlético, el ex Olimpo y la ex ESMA. En el Espacio Virrey Cevallos, solo un tercio de los trabajadores sigue en funciones, dificultando la conservación y educación.

Otro motivo de preocupación es la censura a recitales y el control gubernamental sobre las actividades en los centros de memoria. “Ahora el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Alberto Baños, quiere autorizar todas las actividades en estos espacios. Eso no corresponde; fueron recuperados por sobrevivientes y familiares de los desaparecidos, y son ellos quienes deben definir los contenidos”, aseguró Santucho, reafirmando la necesidad de mantener la autonomía de estos lugares.

Daniel, hermano de Miguel Santucho y nieto 133, quien recuperó su identidad gracias al trabajo de Abuelas de Plaza de Mayo, también participó de la asamblea. «Debemos acompañarnos y organizar asambleas en cada espacio posible. No podemos bajar los brazos», afirmó con firmeza. Recordó que, pese a la censura, cada vez más jóvenes acceden a la ex ESMA y se acercan a la memoria histórica. “Lo que ocurrió nos permite seguir luchando por visibilizar esta parte de la historia y acercar a los jóvenes a nuestra memoria, porque este gobierno intenta borrarla”, agregó.

Los testimonios de ambos hermanos, representantes de la lucha por los derechos humanos, se suman a un informe elaborado por diversas mesas y comisiones de los Espacios para la Memoria. Este documento denuncia el impacto negativo de las políticas del gobierno y las resoluciones administrativas de la Secretaría de Derechos Humanos, que han desmantelado áreas clave incumpliendo leyes nacionales e internacionales. “Estos sitios son testigos materiales de los crímenes de lesa humanidad y desempeñan un papel crucial en los juicios. Su preservación es esencial para la memoria colectiva”, destaca el informe.

Los recortes presupuestarios y la falta de personal especializado amenazan la continuidad de sitios emblemáticos. Las áreas más afectadas incluyen arqueología, conservación del patrimonio, educación y comunicación. Sin personal capacitado, estos espacios no podrán cumplir con su misión. Además, varios predios corren riesgo de enajenación, como el Espacio para la Memoria y Promoción de los DD.HH RI9 en Corrientes, lo que aumenta la preocupación.

En este contexto, Santucho recordó: “La lucha por la memoria, la justicia y la reparación sigue siendo esencial frente a un contexto de regresión autoritaria”. Las organizaciones de derechos humanos y la sociedad civil han alzado la voz en defensa de estos espacios, conscientes de que son la última línea contra el olvido y la impunidad.

La Ley Nacional 26.691/2011 y otras normativas protegen estos sitios como herramientas fundamentales en la defensa de los derechos humanos y los juicios por crímenes de lesa humanidad. Sin embargo, las políticas actuales ponen en riesgo la continuidad de los juicios y la reparación simbólica para las víctimas del terrorismo de Estado.

El llamado a la acción es claro: el apoyo de la comunidad y la solidaridad con los trabajadores de los espacios de memoria son fundamentales para enfrentar este ataque sistemático. Las organizaciones sociales, políticas y sindicales siguen luchando por la preservación de estos espacios, convencidas de que la memoria no se negocia.

Emotiva proyección de «Identidad Robada«

El mismo sábado, en la Casa de la Memoria y la Resistencia Jorge «Nono» Lizaso, se proyectó el documental, que relata la vida y la restitución de la identidad de Daniel Santucho. Ante un espacio colmado de compañeros y compañeras, la actividad se convirtió en un momento de profunda emoción y reflexión colectiva.

Daniel compartió su experiencia: “Ver la reacción del público fue muy fuerte. En la escena del Pozo de Banfield, algunas personas mayores salieron a tomar aire, necesitaban recomponerse antes de seguir viendo el documental. Sentir cómo la historia atraviesa a otros es impactante. La lucha de mi madre y mi abuela nos dejó valores y principios que hoy nos toca sostener. Desde mi testimonio, siento que puedo aportar. La memoria es resistencia, y debemos seguir transmitiéndola”.