Una dupla que pretende ser más que la suma de voces envolventes y potentes, sino que procura hilvanar sus estilos y combinar sus talentos como lo hacen hace dieciséis años en las filas del Indio Solari y Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado. Pero esta vez solas, en una triple fecha (dos el jueves y una el sábado) en Bebop, donde Deborah Dixon (ex Las Blacanblus) y Luciana Palacios se cruzarán musicalmente con un repertorio variado que las identifica. Luciana viene del soul, Deborah del blues y el jazz, y luego de haber compartido los escenarios más emblemáticos del territorio argentino, así como Europa y Latinoamérica, en masivos shows de puro rock con esencia ricotera, ellas decidieron darse el gusto de presentarse juntas por primera vez en un show en el que recorrerán clásicos de varios géneros y de todos los tiempos.
Esperan que sea el primer ciclo de muchos, ya que habían tenido varias propuestas y lo venían posponiendo, pero las ganas venían de hace tiempo. “Nos tiramos a la pileta. Esperemos que se abran puertas. Mientras vamos a ir puliendo lo que tenemos”, admiten.
-¿Cómo surgió el deseo de hacer algo juntas?
Luciana Palacios: -Siempre estuvo esa llama encendida. Viene de hace mucho las ganas de compartir un escenario más allá de Los Fundamentalistas, donde nos conocimos y creamos una amistad. El plan es hacer lo que hacemos, pero en un espacio más íntimo, compartir nuestro gusto musical, que es algo que nos une, por suerte. Eso hace todo mucho más fácil. Por suerte pudimos concretar algo que hace tanto queríamos y no se podía por una razón u otra. Siempre la respuesta de la gente fue algo que nos empujó a hacerlo. El cariño que nos muestran fue algo que nos dijo: “Tenemos que hacerlo”. Sabemos que muchos lo estaban esperando tanto como nosotras.
Deborah Dixon: -Desde el principio tuvimos muy buen enganche entre nosotras. Yo entré un poco antes a ser parte grupo del Indio, pero ella llegó y enseguida nos entendimos a nivel musical. Fue algo inmediato. Y pudimos ir descubriendo que teníamos mucho en común. Nos han propuesto de muchos lugares para ir, pero bueno recién ahora vamos a probar. Por fin. Estamos muy contentas.
-¿Qué es eso que sienten que las une?
D. D.: -A nivel profesional, de preparación y de compromiso con lo que hacemos, somos parecidas. Y hay una admiración mutua yo creo, un respeto por la otra. Eso es fundamental. Si a vos te gusta lo que hace la otra, todo fluye. Además, al tener un recorrido en una banda tan masiva, nos entendemos de memoria o con una mirada o un gesto podes solucionar algo, ayudarte, o cualquier cosita que surgen en el vivo. Ese apoyo es fundamental, estar siempre atenta para la otra.
L. P.: -Te dan ganas de fusionar esas energías que tenemos. Como Dixon decía, hay una complicidad que se generó con el rodaje, que te da confianza y libertad creativa para interpretar lo que sea y en este caso es un grupo de canciones que nos encanta cantar. Hay un cariño que se generó por compartir mucho tiempo que te da unas ganas de compartir porque nos gusta lo que hacemos, y disfrutar con otros es lo único que nos queda. Me parece que hacemos una buena combinación. Como cuando jugas con alguien que juega bien, o es bueno en lo que hace, vos sentís que jugás mejor o que podés dar más, no importa la disciplina. Bueno eso nos pasa.
-¿Cómo fue la selección del repertorio? Porque pareciera que pueden cantar lo que sea…
L. P.: -En principio hicimos una lista con lo que teníamos ganas de cantar. Nos gustan muchas canciones, pero bueno, hay que seleccionar. Esta bueno porque vamos a combinar canciones en castellano, que está bueno porque tiene una conexión especial, pero también vamos a hacer bastantes en inglés, que también son parte nuestra. Habrá por supuesto soul, funk, blues y todo lo que se imaginan que haremos. Un buen popurrí, una ensaladita muy linda para que disfruten.
D. D.: -El show se puede llamar así: “Lo que nos gusta cantar”. Es eso. Sería lo que ponemos en casa si hacemos una reunión o si se da juntarse. Hay de todo, como dice Luciana, pero bueno, dentro del estilo que hacemos. Obvio que mucha gente espera canciones de los Redondos y del Indio. Y bueno, nos debemos a ellos: de eso siempre hay un poco también, claro. No nos molesta para nada, de hecho, nos encanta y está sin dudas entre lo que disfrutamos. Es parte nuestra. Lo nuestro va por ese lado. La idea es pasarla bien, gozar de la música: ese es nuestro estilo de vida. A pesar de todo, siempre buscaremos expresarnos y sentir con este lenguaje. Está bueno transmitir algo al que te viene a ver, no serle inocuo. Sino contagiar, ser vectores de esos sentimientos e ideas que las canciones transmiten.
-¿Qué sienten que aprendieron de la otra en estos años de recorrido?
L. P.: -Qué te puedo decir. Yo la admiré siempre, profundamente. Y aprendo de ella todos los días. En lo personal y en lo profesional. Me llevo bien en serio, y la amistad más allá de lo musical me hace sentir que me nutro constantemente al estar cerca. Es una cantante y una persona muy genuina, y eso siempre está bueno. No es algo corriente, escasea la gente así, no todos los días te encontrás con personas frontales y generosas, ni con profesionales que se manejan con códigos nobles, alejadas de cualquier atisbo de ego, me parece que eso hay que valorarlo y tratar de imitarlo. Te repito, la admiro de arriba abajo, así que obvio deja huella en mí nuestra relación.
D. D.: -Me pasa lo mismo. Aprendemos una de la otra, todo el tiempo. Obviamente por como canta, empezamos por ahí, te da una confianza que está bueno compartir. Es una ídola. Como es ella colabora: bajo perfil, súper humilde, abierta a todo. Eso te motiva. Para Luciana es la persona más afinada del universo. Es imposible que no llegue a una nota. Y encima es una divina, listo, no se puede pedir más. La adoro. Y en este mundo en el que nos movemos, que es bastante masculino, aún hoy, tenemos un refugio donde apoyarnos. Nos protegemos. Así creamos un vínculo más allá de lo musical. Independientemente de las diferencias generacionales, ella es mucho más joven que yo, pero pensamos igual en muchas cuestiones.
-¿Han sufrido el machismo o el rastro del patriarcado en sus carreras?
D. D.: – Yo que vengo de hace mucho tiempo en esto, sin dudas. Ha sido bastante duro. Siempre ser mujer, en cualquier rubro o medio en el que te muevas, era un asunto. Siempre hay una cosita más que atender que a los varones ni se les cuestionaba. Es un tema, es como una mochila que tenemos a veces. Son como obstáculos que tenemos que sortear permanentemente que a los chicos no les pasa. Un ejemplo, hay muchos, pero puede ser tener hijos. La mujer en general se encarga de ellos, la crianza y el cuidado recae sobre ella tradicionalmente. Por más que tu compañero de vida sea bueno, te apoya, no ocupa tu rol, es solo un apoyo, no hay igualdad, pero para irte de gira o dedicarte a lo tuyo se complica. No es fácil. Bueno ni hablar en el mundo de la música donde hay situaciones de público conocimiento, y que tuvimos que batallar bastante. Pero bueno lentamente se están dando resultados y cambios. A pesar que está difícil, y que se tiende a tirar para atrás algunos avances, hay aspectos que se fueron incorporando y se empieza a respetar más. Sobre todo en la conciencia de las nuevas generaciones. Eso está bueno.
L. P.: -Lo he padecido en más de una ocasión. Como todas. Pero de a poco creo que va mutando. Aprendimos a no aceptar todo, a ayudarnos. Hay más mujeres no solo en escena, sino debajo y detrás del escenario. Se ven más sonidistas, iluminadoras, productoras, algo que no se veía tanto. Pero hay todavía un laburito por hacer y no dejar que vuelvan viejas mañas. Hay avances pero hay que seguir en la lucha.
-¿Cómo ven la situación actual del país?
D. D.: -Sombrío. Está complicada la mano. Es feo. Pero el amor por lo que hacés tiene que prevalecer. Lo cultural y lo artístico tiene el poder de sacarnos un poco, por un rato aunque sea, de ese charco de barro en los que nos quieren hundir la cabeza. Es lo único que nos hace no perder las esperanzas, mantener las fuerzas y el ánimo para entender que vale la pena luchar y vivir lo mejor que podamos. Es un camino que nos aleja de lo turbio, entonces hay que recorrerlo, me parece. En ese sentido, está bueno para una como artista, así como para el que te va a ver.
L. P.: -Seguro. Es importante no quedarse quieta. Activar sin dejar que te bajoneen las injusticias. Hay que subirse en el tren para hacer todo lo que está a tu alcance para sentir que estamos en acción. Disfrutar de la música tiene que ser una llama que se mantenga dentro de la oscuridad que nos toca. Esa es mi postura. Si hay boicot para lo artístico, no dejarse detener. Ir por más.
Deborah Dixon y Luciana Palacios
Un recorrido musical especial con una banda formada por Nacho Porqueres, Juan Pancino, Juanito Moro y Machi Romanelli. Jueves 1 de agosto a las 20 y a las 22:45, y sábado 3 de agosto a las 22:30 en Bebop Club, Uriarte 1658.