En el marco de su campaña para la Legislatura porteña, el exjefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, comenzó a difundir en los medios una serie de diagnósticos con los que buscaba justificar su candidatura. Entre sus argumentos —en «defensa de los porteños y las porteñas»— destacó una contundente crítica a la gestión del actual gobierno: «La ciudad se ha caído, no está bien, no es lo que era», llegando a afirmar incluso que «Hay olor a pis en la ciudad” y que todos podemos sentirlo.
El comentario claramente era un contrapunto al anuncio de Jorge Macri que implementó una medida extraída del manual de marketing político y maquillaje del macrismo: rociar los contenedores de basura con fragancia a limón. La iniciativa fue presentada con pompa y platillos como el «Programa Intensivo de Desodorización» e implementada por el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana porteño.

La reacción no se hizo esperar. Oficialistas y opositores tomaron la frase de Larreta con sorna. Incluso Fernán Quirós, exministro de Salud de la propia gestión de Larreta, ironizó: «Es obvio que no (huele a pis), salvo que tenga Covid y no pueda oler bien; esto es bastante evidente». La afirmación se convirtió en un chiste recurrente en diversos programas políticos, pero vale la pena preguntarse: ¿de qué nos reímos exactamente?
Cabe recordar el sincericidio de Jonatan Viale, operador político y actual conductor de TN, quien en medio del escándalo por ficcionar la entrevista al presidente Javier Milei (en relación a la estafa de la criptomoneda $Libra), deslizó acusaciones sobre el reparto de sobres con dinero a periodistas durante la última campaña de Larreta (“el candidato del 11%”). «Te llenaste de plata en la última campaña», dijo Viale en alusión elíptica a Eduardo Feinman, detallando que los pagos se realizaban en un «estacionamiento».
Esto ya no es gracioso. Menos aún cuando la gestión de Larreta estuvo al frente de los destinos de les porteñes que durante 8 años (2015-2023).
¿Inversión real o maquillaje?
Durante esos ocho años como jefe de Gobierno, el gasto en mantenimiento de espacios públicos (limpieza, recolección de residuos y desinfección) promedió 5.300 millones anuales (ajustados por inflación), según datos de la Auditoría Porteña. Sin embargo, en el mismo periodo de gobierno destinó 18.000 millones por año a publicidad oficial (incluyendo campañas en redes, gráfica y TV).
Triplicó lo invertido en higiene urbana.
Hay dos años clave:
- 2016: Primer presupuesto de Larreta. Se gastaron 4.200 millones en limpieza vs 12.000 millones en publicidad (incluyendo slogans como «Buenos Aires, la ciudad más limpia de América Latina»).
- 2020: En plena pandemia, el rubro higiene recibió 6.100 millones mientras que la comunicación gubernamental (con spots sobre «protocolos ejemplares») sumó 22.000 millones.
En 2015, el último año de Mauricio Macri como jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires antes de asumir la presidencia de la Nación, el gasto en limpieza y mantenimiento de espacios públicos (que incluye recolección de residuos, barrido, desinfección y desratización) fue de aproximadamente $3.850 millones de pesos, según datos del presupuesto ejecutado por el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño.
El mismo año, el gobierno de Macri destinó $9.200 millones a publicidad y comunicación institucional, más del doble de lo invertido en limpieza. Si llevan esos valores a precios de 2024, equivaldrían a unos 14.000 millones en limpieza y 33.000 millones en publicidad (usando una estimación basada en la inflación acumulada del BCRA). Tanto el gobierno de Mauricio Macri como el de Horacio Rodríguez Larreta gastaron más en vender una imagen de orden que en resolver los problemas de fondo.

Un meme real
En diciembre de 2021, Horacio Rodríguez Larreta presentó a Jorge Macri como el nuevo ministro de Gobierno y Asuntos Interjurisdiccionales porteño. “Jorge nos va a dar una mirada que nos va a ayudar mucho en la integración del Área Metropolitana. Conoce muy bien los problemas del AMBA más allá de Vicente López. Tenemos temas de salud, seguridad, educación, transporte e infraestructura, hay mucho para trabajar”, afirmó Larreta.
El macrismo, bajo sus distintas denominaciones electorales, lleva 17 años gobernando la Ciudad de Buenos Aires. Es decir, funciona como una «marca» que se renueva con distintos rostros (Mauricio, Larreta, Jorge Macri), pero sin cambios de fondo.
El olor nauseabundo tiene larga data y que Larreta (macrista por más de 15 años) ahora denuncie problemas que ni él ni su propio partido resolvieron -como si fuera una parodia del clásico meme del hombre araña- habiendo gastado fortunas en publicidad y propaganda, no deberían causar nada de gracia.