Cuatro procesos judiciales y más de una veintena de culpables –aunque no todos pasaron por la cárcel– fue el saldo en la Justicia de la masacre de Cromañón. Un resultado que dejó con sabor amargo a sobrevivientes y familiares, que en su mayoría consideran que el Estado no se hizo cargo en forma contundente de su responsabilidad en el incendio.

De las 26 personas procesadas en la primera etapa, 21 recibieron una condena. De ellas, 18 estuvieron en prisión. Quien tuvo la pena más alta fue el empresario Omar Chabán. En 2009 fue condenado a 20 años, pero luego se atenuó la calificación del delito (de incendio doloso a culposo) y se redujo a 10 años y 9 meses. Estaba en prisión domiciliaria cuando falleció, en 2014.

Antes habían sido juzgados bomberos y funcionarios del Gobierno de la Ciudad a cargo de la habilitación del local. La Justicia determinó que hubo cobro de coimas por la entrega de certificados falsos. El comisario Alberto Corbellini y el empresario Rubén Fuertes (consultor en seguridad edilicia) fueron condenados a cuatro años por cohecho. Y sumaron a otros dos miembros de Prevención de Incendios de la Superintendencia (Marcelo Nodar y Marcelo Esmok), y el empresario Luis Perucca.

En el juicio por las muertes de hubo tres condenas principales. Además de la de Chabán, alcanzaron a Diego Argañaraz, mánager de Callejeros, y el subcomisario Carlos Díaz por incendio culposo seguido de muerte y cohecho. Las exfuncionarias Fabiana Fiszbin y Ana María Fernández recibieron condenas más leves, así como el empresario Raúl Villarreal.

Músicos, policías y funcionarios

En esa instancia fueron absueltos los miembros de Callejeros. Pero en abril de 2011 la Cámara de Casación revocó aquel fallo y consideró a los músicos como coorganizadores del evento. A partir de eso, el cantante Patricio Fontanet fue sentenciado a 7 años; Juan Carbone, Christian Torrejón, Maximiliano Djerfy y Elio Delgado recibieron condenas a cinco años, y Daniel Cardell, a tres. Los integrantes de la banda estuvieron tras las rejas de 2012 a 2014, cuando la Corte aceptó revisar sus casos. Volvieron a la cárcel en 2016, cuando las sentencias quedaron firmes. Al cumplir los dos tercios de la condena accedieron a la libertad condicional. El último en salir fue Fontanet, en 2018. Un caso aparte es el baterista Eduardo Vázquez. Fue condenado a cuatro años junto a sus compañeros de Callejeros, pero permanece con prisión perpetua por el femicidio –con fuego– de quien fuera su pareja, Wanda Taddei. 

En 2012 terminó el tercer juicio por Cromañón. Fue condenado el dueño del local, Rafael Levy, a cuatro años y seis meses. Otros cuatro juzgados resultaron absueltos: el comisario Gabriel Sevald, Juan Carlos López (secretario de Seguridad del Gobierno de la Ciudad), Enrique Carelli (subsecretario de Seguridad porteño) y Vicente Rizzo (director del Servicio de Seguridad Privada). En el cuarto de los juicios fue condenado a cuatro años y cuatro meses el exinspector del gobierno porteño Roberto Calderini por el cobro de coimas para la habilitación del local de Bartolomé Mitre años antes de la masacre.