-Sì alla famiglia naturale, no alle lobby LGBT!
-Mirá Giorgia, hay patos homosexuales, ardillas bisexuales, osas que para “maternar” forman “familias” con otras osas, parejas de pingüinos machos que cuidan pingüinitos bebés, peces que cambian de sexo… lo natural es la diversidad.
Una y otra vez desde los portavoces de la extrema derecha a nivel mundial escuchamos ataques a la diversidad sexual en nombre de lo “natural”. De allí que sea tentador para quienes estamos en la vereda de enfrente de las Meloni, los Milei y los Trump de este mundo querer responder en el mismo terreno. Y de hecho es lo que se vio en las redes sociales tras el discurso en Davos del ponzidente (que parecería antiguo frente a lo que vino después, aunque fueron solo un puñado de días): posteos que resaltaban que “Biología es diversidad”, “La diversidad está en la vida misma”, “Si la vida es diversa, nuestras existencias también deben serlo”, o “La homosexualidad existe en más de 450 especies, la homofobia solo en una. ¿Cuál te parece más antinatural ahora?”.
Parece un jaque mate irrefutable, sin dudas. Después de todo, cuando alguien como Meloni elige, para defender a cierto modelo de familia, describirla como “natural”, la forma en que implícitamente está pensando es algo como lo siguiente:
Solo la familia (heterosexual) es natural (es decir, no son naturales otros tipos de vínculos) (D)
Por lo tanto,
Solo la familia (heterosexual) es buena (M)
En este razonamiento, estamos pasando de una premisa descriptiva (D) a una conclusión moral (M). Y dado que la razón, el fundamento, que se da para esa valoración moral de “la familia” (heterosexual) como la única buena forma de relacionarnos las personas consiste en una descripción de ella como la única natural, una reacción intuitiva es la de pensar que, si cuestionamos esa descripción, estaremos haciendo caer los fundamentos que se usan para sustentar la valoración. Eliminados los cimientos, se desmorona el edificio.

Afortunadamente, la biología nos presenta montones de ejemplos de conductas ciertamente naturales (al menos hasta ahora nadie se animó a decir que los patos sean víctimas de la “ideología woke”) que no encajan con las estrechas miras de Meloni y que nos permiten atacar los cimientos de su razonamiento.
PERO.
¿Y si hay algo que no estamos viendo? ¿Y si apelar a la diversidad en la naturaleza no es realmente la mejor estrategia para enfrentar a los cavernícolas?
***
Si creyéramos que, en caso de que darle la razón a Meloni en cuanto al fundamento D nos obligaría a darle la razón en cuanto a la conclusión M, entonces ¡menos mal que están los patos y las osas para auxiliarnos! Pero resulta ser que hay algo bajo la manga de su razonamiento que hace que no sea esta la única forma de cuestionar su conclusión. ¿Por qué? Porque hay un principio que las Meloni de este mundo no enuncian explícitamente pero que está ahí, a escondidas, jugando de contrabando detrás de todo el razonamiento: la idea de que, como regla general, para cualquier cosa X, X solo puede ser buena si X es “natural” (P). Entonces tenemos familia heterosexual (natural, buena), homosexualidad (antinatural, mala), instinto materno (natural, bueno), mujeres que eligen no maternar (antinaturales, malas) y así sucesivamente. Es decir, que, en realidad, el razonamiento es:
Para cualquier cosa X, X solo puede ser buena si X es “natural” (P)
Solo la familia (heterosexual) es natural (D)
Por lo tanto,
Solo la familia (heterosexual) es buena (M)
La cuestión es si, una vez revelado el principio general P, nos parece un principio sensato, defendible. ¿De verdad diríamos que solo lo natural es bueno? Bueno, hay gente que dice cosas así, por ejemplo para atacar a las vacunas y decir que prefieren la —justamente— “inmunidad natural”. Pero ¿queremos (nosotros los zurdos progres woke destructores de la tradición) parecernos a esas personas? Raúl… “natural” es tener polio, natural es morirse antes de los 30, naturales son los terremotos. Las vacunas y los sistemas de protección sísmica son lo más antinatural del mundo y nos gustan. No sea(mo)s como Raúl.

Entonces, si el principio general que estaba implícito –“solo lo natural es bueno” (P)– nos parece cuestionable, quizá no pensamos realmente que es necesario atacar el fundamento “solo la familia heterosexual es natural” (D) para atacar la conclusión “solo la familia heterosexual es buena” (M). Tal vez incluso si solo la familia heterosexual fuera natural, eso no implicaría que solo ella fuera buena, porque, a decir verdad, hemos visto que hay varios contraejemplos al principio general implícito, varios casos de cosas que son todas «antinaturales», como tener vacunas, y que nos gustan mucho.
Seguramente apartarse de la familia heterosexual no es algo tan crucial como apartarse de la polio, pero el punto es que la cuestión de si algo es bueno o malo o una de las múltiples opciones igual de buenas no se reduce a la cuestión de si es natural o es antinatural. Y si es así, entonces probablemente no necesitemos la ayuda de los patos, las ardillas, los pingüinos y las osas para defender formas de relacionarnos que no sean la familia tradicional: el punto no es si ciertos vínculos son naturales o no, sino si son, entre muchas otras cosas, una forma en que personas adultas pueden elegir relacionarse libremente y hacerse felices mutuamente y todo eso que es lo que realmente nos importa.
***
Y esto nos lleva a una cuestión adicional: si de verdad creyéramos que necesitamos cuestionar el fundamento “solo la familia heterosexual es natural” para cuestionar la valoración “solo la familia tradicional es buena”, si creyéramos que esa es la única forma de cuestionar esa valoración, entonces eso tendría una consecuencia rara: si mañana nos enteráramos de que la lista de cosas que descubrimos que son naturales o “anti-naturales” fuera distinta de la que hoy creemos que es, tendríamos una especie de obligación de cambiar nuestra valoración sobre conductas buenas o malas a partir de esa información… o de negarnos tercamente a aceptar la evidencia biológica.
Supongamos que mañana se descubriera que en realidad las descripciones que se dieron sobre osas y patos y la mar en coche estaban biológicamente mal, y que en realidad la conducta natural de los animalitos, de todos los animalitos, es toda heterosexual y Meloni-friendly: Mamá Osa solo se junta con Papá Oso, y habíamos estado equivocados… ¿Qué haríamos? Parece haber dos opciones. Una es pensar que en ese caso nos tendríamos que volver homofóbicos, transfóbicos y demás, como doña Giorgia. La otra es suponer que, para conservar nuestros valores de gente incluyente y no cavernícola, tendríamos que de algún modo negar esos nuevos descubrimientos científicos, asumir que esa evidencia biológica que no nos gusta tiene que estar mal, porque el mundo natural tiene que ser del modo en que necesitamos que sea para justificar nuestros valores.
Dado que ninguna de esas opciones nos parece atractiva… ¿no podemos pensar en una tercera opción mejor? Sí, claro. Podemos cuestionar el principio oculto.
Ya vimos que, en realidad, Meloni y la gente parecida a Meloni que dice cosas horribles como las de Meloni usan dos tipos de fundamentos para justificar su conclusión. Un fundamento es “solo la familia heterosexual es natural”, el otro fundamento es el de “solo lo natural es bueno”. Y nos alcanza con atacar a este último. Si esa es nuestra estrategia, y nos permite evitarnos los problemas que ya mencionamos, entonces la verdad es que no nos importará gran cosa, a fines de defender la diversidad en la conducta humana, si mañana se descubre que emosido engañado y en realidad las osas se portaban distinto de lo que creíamos. Con lo cual no tendremos que recorrer la poco digna pendiente de ir por la vida instrumentalizando la evidencia biológica para hacerla encajar con nuestros valores.
***
¡Ojito! La circunstancia de que, en este caso, a fin de no darle la razón a las ideas horribles de Meloni no necesitemos realmente apelar a evidencia proveniente de la biología y podamos discutir el asunto en otro terreno, ¿significa que nunca es relevante la evidencia biológica para abordar cuestiones valorativas, sobre lo que está bien o mal en la conducta humana? Nah, no pensamos eso. Hay ejemplos en los que la evidencia biológica es archi mega ultra decisiva para resolver cuestiones valorativas: por ejemplo, quienes defienden ciertas formas de “racismo científico” piensan que es un dato biológico —más exactamente, de antropología biológica— que existen razas humanas y que algunas de esas razas son más inteligentes que otras (sí, adivinaron: los “blancos” más que los “negros”).
La respuesta a esas posiciones típicamente no es decir “tu evidencia biológica es irrelevante” sino “no, la verdad es que las cosas no son así”. Y parece haber un buen motivo para que la respuesta sea, ahí sí, en el terreno mismo de la biología. Porque, entre otras cosas, si fuera verdad que los “blancos” son más inteligentes que los “negros”, entonces no sería una injusticia, solo explicable por factores sociales como la discriminación, que haya menor proporción de personas “negras” haciendo trabajo intelectual, o teniendo responsabilidades de dirección, que personas “blancas”: bajo la hipótesis de los “racistas científicos”, eso se explicaría simplemente porque los “negros” son menos listos y ya; no sería injusto, porque simplemente los roles que requieren más inteligencia estarían en manos de gente de la “raza” más inteligente. Entonces sí, hay debates como ese en el que la evidencia biológica importa.
***
¿Y entonces? Entonces es más complejo, como siempre. Tenemos excelentes respuestas para gente horrible como Meloni y sus secuaces. Solo es cuestión de elegir las mejores estrategias. Sí a la diversidad, no a los cavernícolas. «