El tribunal oral que tiene a su cargo la Causa Cuadernos dispuso finalmente un peritaje para determinar si los manuscritos atribuidos al chofer Oscar Centeno efectivamente los escribió él y si fueron adulterados para beneficiar o perjudicar a algunos empresarios.
El documento, de un centenar de páginas, fue firmado por los jueces Enrique Méndez Signori, Fernando Canero y Germán Castelli. Se trata de la medida de prueba más importante en esta etapa previa a la convocatoria al debate. Una eventual constatación de irregularidades en ese elemento de prueba podría acarrear la nulidad total o parcial del expediente.
En un proveído de prueba (la aprobación de los elementos que se van a discutir durante el juicio oral, que aún no tiene fecha de inicio), el Tribunal dispuso “la realización de una pericia a través de la Dirección de Criminalística y Estudios Forenses dependiente de la Dirección General de Inteligencia Criminal e Investigaciones de la Gendarmería Nacional Argentina, sobre los seis cuadernos reservados”.
Peritaje a los cuadernos de Centeno
El punto central del peritaje, que venían reclamando desde hace años las defensas de varios imputados, busca determinar “si la totalidad de los textos manuscritos que los conforman pertenecen a un mismo puño escritural” y, en especial, “si pertenecen al puño y letra de Oscar Bernardo Centeno y/o de terceras personas”.
Para ello, “se invitará al imputado Oscar Bernardo Centeno a confeccionar un cuerpo de escritura, recordándosele los derechos que lo asisten y debiéndose convocar al efecto a los peritos que participarán del peritaje ordenado precedentemente”. Centeno puede negarse; de hecho, la resolución establece: “requiérase a la defensa técnica del encausado que manifieste en forma expresa –dentro de los diez días de notificada-, si se opone a que se lleve a cabo dicha medida”. Pero ello no impedirá que el peritaje igualmente se realice.
El tribunal ordenó esclarecer “si se han utilizado uno o varios implementos escritores y estilos de tinta, debiendo informar, en caso de ser posible, la calidad, cantidad y características de sus componentes; si se aprecian sobrescritos, testados, enmascaramiento con líquido corrector de color blanco, lavados o borrados abrasivos o químicos, o cualquier tipo de alteración y/o modificación en las escrituras, y en su caso, si es posible, reconstruir las anotaciones previas”.
Un peritaje privado y otro oficial demostraron en otra causa judicial que los cuadernos fueron adulterados unas 2.500 veces sólo en relación con la imputación en contra del empresario Armando Loson –del Grupo Albanesi. Además, los originales de los cuadernos serán cotejados con el contenido de un pendrive aportado por el periodista de La Nación Diego Cabot el 10 de abril de 2018 para “establecer si existe identidad o correspondencia entre ambos, es decir, si puede determinarse que las copias digitales fueron obtenidas de los primeros”.
El tribunal también quiere determinar “si es posible establecer las fechas en las que las distintas grafías fueron estampadas (su antigüedad), si han sido efectuadas en un mismo o en distintos tiempos escriturales, así como si guardan correspondencia o no con las fechas consignadas, debiendo especificarse cada caso si se identifica evolución o involución, desde el punto de vista pericial caligráfico, conforme las fechas que se indican en los distintos pasajes”.