La ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, la “verde” Annalena Baerbock, criticó el llamado del papa Francisco para que Ucrania negocie con Rusia y dijo que no «entiende» su postura. La jefa de la diplomacia germana se sumó así a los cuestionamientos del presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, quien al conocerse la propuesta del obispo de Roma dijo «le doy las gracias a los capellanes ucranianos que están con el ejército, con las Fuerzas de Defensa. Están en el frente, protegiendo la vida y la humanidad y apoyando con sus oraciones, palabras y actos. Eso es lo que hace la iglesia, estar con la gente, no en algún lugar a 2.500 kilómetros mediando virtualmente entre quien quiere vivir y quien quiere destruirnos».
En el mismo sentido se pronunció el arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana, Sviatoslav Shevchuk, quien declaró «en Ucrania nadie tiene la posibilidad de rendirse. Ucrania está herida pero invicta. Ucrania está exhausta pero sigue en pie». Lo mismo señaló el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. «La rendición no es paz. El presidente ruso Putin inició esta guerra y puede ponerle fin hoy. Ucrania, por otro lado, no tiene esa oportunidad», afirmó.
En favor de la postura del papa se pronunciaron entre otros el expresiodente boliviano, Evo Morales.
En una entrevista grabada el mes pasado con la emisora suiza RSI, el argentino Jorge Bergoglio le pidió al gobierno de Zelensky a tener «valentía» para alzar la «bandera blanca» y negociar el fin de la guerra con Rusia. Las palabras de Francisco van a tono con lo que todos los analistas perciben y es que las tropas rusas avanzan en el frente de batalla mientras el apoyo de EEUU especialmente y de Occidente en general a Ucrania va mermando.
«Es más fuerte que vea la situación, que piense en el pueblo, que tenga el valor de la bandera blanca, para negociar. Hoy se puede negociar con la ayuda de las potencias internacionales. La palabra negociar es valiente», dijo el Sumo Pontífice.
«Cuando ves que estás derrotado, que las cosas no van, debes tener el coraje de negociar. Te da vergüenza, pero ¿con cuántos muertos acabará? Negociar a tiempo, buscar algunos países que medien. En la guerra de Ucrania, hay muchos. Turquía, se ha ofrecido. Y otros. Que no tengan vergüenza de negociar antes de que empeore», dijo en un reportaje la Radiotelevisión Suiza que será emitido el próximo 20 de marzo pero de la que algunos medios italianos ya adelantaron fragmentos.
El Papa también resondió sobre si se había ofrecido a negociar en los conflictos de Ucrania y de la Franja de Gaza: «Estoy aquí, y punto. He enviado una carta a los judíos de Israel, para que reflexionen sobre esta situación. Negociar nunca es rendirse. Es el valor de no llevar al país al suicidio. Los ucranianos, con la historia que tienen, pobrecitos, los ucranianos en la época de Stalin cuánto sufrieron….».
Industria creciente
«Hace un mes, el ecónomo me contaba cómo estaban las cosas en el Vaticano, siempre en déficit, ¿sabes dónde están hoy las inversiones que dan más ingresos? La fábrica de armas. Se gana por matar. Más ingresos: la fábrica de armas. Una guerra terrible», agregó Francisco.
Luego recordó que cuando viajó en 2014 a Redipuglia lloró ante el monumento conmemorativo de la Primera Guerra Mundial. » Luego me pasó lo mismo en Anzio, entonces cada 2 de noviembre voy a un cementerio a recordarlo. La última vez fui al cementerio británico y miré la edad de los chicos. Ya lo he dicho, pero lo repetiré: «cuando se conmemoró el desembarco de Normandía, todos los jefes de Gobierno celebraron esa fecha, pero nadie dijo que en esa playa quedaron hasta 20.000 muchachos'», ha manifestado.
“ ¿Cómo acaba una guerra? Con muerte, destrucción, niños sin padres. Siempre hay alguna situación geográfica o histórica que provoca una guerra…. Puede ser una guerra que parece sólo por razones prácticas. Pero detrás de una guerra está la industria armamentística, y eso significa dinero», añadió.
El Papa también dijo que todos los días habla por teléfono con el sacerdote argentino, Gabriel Romanelli, párroco de la Sagrada Familia de Gaza. «Seiscientas personas viven allí y cuentan lo que ven: es una guerra. Y la guerra la hacen dos, no uno. Los irresponsables son estos dos que hacen la guerra. Luego no sólo está la guerra militar, está la «guerra de guerrillas», digamos, de Hamás, un movimiento que no es un ejército. Es algo malo», reflexionó