La sala está casi a oscuras. Una luz tenue recorta la figura de Cristina Banegas, que se mueve sobre una gran mesa de cristal. A los 77 años, la actriz encara Proyecto Quevedo, una performance en la que lee, interpreta y encarna los sonetos del escritor español del Siglo de Oro. Lo hace con la elegancia austera de quien no necesita impostar nada para conmover.

«Un amigo español me regaló dos tomos de la obra completa de Quevedo. Fue un tesoro. Y sentí que algo tenía que hacer», cuenta Banegas. La selección de textos la realizó junto al escritor Carlos Gamerro. La puesta fue pensada junto al director Jorge Thefs y el diseño de luces estuvo a cargo de Jorge Pastorino, histórico colaborador de la actriz en sus trabajos con Alberto Ure.

La obra vuelve en mayo a Arthaus Central, mientras Banegas gira por el país encarnando nada menos que a Juan Domingo Perón en La bala de plata, basada en la correspondencia entre el General y John William Cooke. Y los sábados, se pone en la piel de Molly Bloom, de Joyce, en El Excéntrico de la 18°, su sala de toda la vida. “Estoy a full para mi edad. En estos tiempos hay que enfrentar el letargo que nos quieren imponer”, puntualiza.

Cristina Banegas resiste con la poesía en el cuerpo y el fuego de la palabra

La mesa de cristal es el centro escénico de Proyecto Quevedo, pero también un objeto cargado de historia personal. “Era de mi madre. Poder incluirla en este proyecto es un homenaje. Tiene 2,30 por 2,60 metros, y con las luces y la puesta parece que floto. Se genera un efecto único, un espacio especial”.

El espectáculo implica un desafío técnico y poético: “Los sonetos tienen una estructura matemática. Decasílabos, acentos, rimas. Hay que trabajar mucho para que parezcan naturales. Pero me gusta. Tal vez en estos tiempos oscuros, hacer poesía sobre un cristal sea un acto de resistencia inquebrantable”.

Banegas no esquiva la actualidad. Todo lo contrario. “Esto es una batalla. Los artistas y la gente de la cultura tenemos que hacer algo frente a este gobierno asesino. No queda otra que seguir generando hechos culturales. Cada uno en su espacio. Es una forma de lucha”.

Cristina Banegas resiste con la poesía en el cuerpo y el fuego de la palabra

La represión reciente a jubilados y manifestantes la tocan de cerca. “Lo vivo como una tragedia. Soy jubilada. Lo que está haciendo este gobierno es de una crueldad siniestra. Demonizan la protesta, demonizan a la gente grande que no puede comprar remedios. Es muy grave. Lo viví en la dictadura. Y jamás imaginé volver a ver un nivel de represión tan sádico, tan loco. Pero vamos a seguir luchando en la calle. Como corresponde”.

Además de actuar, Banegas dirige, canta, da clases. “Sigo con mis espacios. El Excéntrico ya tiene 39 años. Armamos un ciclo de canciones. Cantó Rita Cortese. Vendrán Liliana Herrero, Dolores Solá. Queremos que sea un lugar de encuentro. También presentamos Caligrafía de la voz, un libro que hicimos con María Inés Aldaburu, Ingrid Pelicori, Claudia Schvartz y Liliana Herrero. Y queremos hacer tertulias, veladas de poesía. Para darnos cuenta de que no estamos solos”.

Banegas cierra la entrevista sin golpes de efecto, pero con convicción: “No soy adivina. El futuro no se sabe. Pero sé que seguiré dando clases, actuando, transmitiendo sensibilidad. Siempre hay esperanza. Vamos a pelearla hasta que se nos acaben las fuerzas”. «

Cristina Banegas resiste con la poesía en el cuerpo y el fuego de la palabra



Proyecto Quevedo, por Cristina Banegas

Performance sobre textos de Francisco de Quevedo. Dirección: Jorge Thefs. 8, 19, 22, 26 y 29 de mayo a las 20 en Arthaus Central, Bartolomé Mitre 434.