La entrevista de Jonatan Viale a Javier Milei quedará en la historia por la burda maniobra de arreglo de preguntas entre el periodista y el equipo del presidente, pero antes hubo una charla con respuestas del mandatario que estuvieron más cerca de las falacias que del esclarecimiento de la criptoestafa del último viernes, de la cual él mismo se puso al frente promocionándola.

Incluso en el reportaje casi no atacó ni habló mal (como suele hacer Milei) de los supuestos realizadores de la estafa. Más bien los siguió apoyando, declarándose “entusiasta” de la tecnología financiera. Fue más duro con Lali Espósito y María Becerra que con ellos.

A continuación, punto por punto, las principales fallas en las palabras del presidente:

Su “fanatismo” hizo que retuiteara a los 3 minutos

Viale le consulta por qué su posteo fue apenas 3 minutos después de que se creó la criptomoneda $LIBRA. El presidente contesta que fue por su “fanatismo”.

Pero, como marca el economista Juan Manuel Telechea, “acá está el problema. No retuiteó algo de otro. Posteó. O sea, no había información pública para difundir. El post de Milei es la primera información que aparece sobre $LIBRA y justo en ese preciso momento se abre la posibilidad de comprarla y venderla”.

Y acota: “Esto no solo contradice la idea de que no estaba involucrado en el lanzamiento de la moneda. También sirve para confirmar que no «difundió» la moneda, sino que la promovió. Por lo tanto, hasta tanto demuestre lo contrario, eso indica que el presidente era parte de la organización del lanzamiento”.

“Yo no promocioné, difundí”

Lo anterior da pie a otra gran falacia. Su curioso discernimiento entre promocionar y difundir, al decir: “cuando se hizo público, difundí. No promocioné, difundí”.

“Esta es la MENTIRA más grande de Milei: la criptomoneda $LIBRA no se había hecho pública. Él fue el primero en difundirla (promocionándola). No había «aparecido» en ningún lado”, expone el especialista en seguridad informática, Javier Smaldone.

Antes de que el presidente tuiteara sobre $LIBRA, nadie la conocía. De hecho, se creó efectivamente 3 minutos antes. Imposible que alguien supiera de ella.

Y también hubiese sido imposible que explotara con tantos usuarios y dinero en el medio si no era por el protagonismo de Milei, promocionándola.

Hasta puso el código de la cuenta (lo que sería una suerte de CBU) y dejó el tuit fijado hasta la noche, cuando ya consumida la estafa no había necesidad de seguir promocionándola. El presidente nunca fija tuits.

“Solo fueron 5000”

Al ser cuestionado por la estafa, Milei intentó defenderse diciendo que “es falso que sean 44.000 personas, ahí había muchísimos bots, en el mejor de los casos se trata de nada más que 5.000 personas”.

Por un lado está lo legal, que aborda el abogado Martín Dandach (UNC): “Hay maniobra de defraudación independientemente si son 5000 o 40.000. La forma en la que dice que solo afectó a especializados confirma que cumplió un rol delictivo y busca desincriminarse. Y por último miente al decir que solo son operadores expertos. Con $LIBRA fueron estafados principalmente personas comunes que confiaron en su investidura incluyendo sus militantes”.

Por el otro lado, están los números: este lunes se conocieron los datos finales de la estapa. Fueron muchos más de 44.000: resultaron implicados 74.698 usuarios que perdieron 286 millones de dólares.

Según «The Solana Post», el 95,6% de los estafados eran pequeños inversores que habían invertido menos de US$10.000.

Es imposible que hubiese habido 70.000 bots.

“La chance de que hayan argentinos (estafados) es muy remota”

Bastó solo un repaso del viernes a la noche al lunes para constatar en las redes la cantidad de usuarios estafados de la Argentina, todos simpatizantes de Milei. Desde Fran Fijap hasta el hijo de Diego Santilli, a pesar de que su padre sigue defendiendo al presidente.

“Son personas hiperespecializadas en este tipo de instrumentos”

“Dada todas las dificultades que implicaba poder participar de este evento, tenías que ser un tipo hiperespecializado en eso. No es un tema menor, los que entraron ahí lo hicieron de manera vountaria, sabían muy bien a lo que estaban entrando, son operadores de la volatilidad, sabían muy bien el riesgo”, declaró el presidente.

Al tener en cuenta que el 95% de los estafados invirtieron menos de 10.000 dólares, queda expuesto que la mayoría eran pequeños actores. Todos lo hicieron después del tuit del presidente. Como marcó el programador y periodista tecnológico Maximiliano Firtman, con hacer dos clics ya podías comprar, no era algo difícil. Y el presidente la vendió como una inversión destacada para la inversión en el país.

estafa

«Como se estaba generando ruido, ante la duda me corro»

Esta explicación se contradice con la que dio esa misma noche. El viernes dijo que se había decidido borrar el tuit después de «interiorizarse en los pormenores del proyecto».

Como marcó el periodista Matías Mowszet, “la diferencia importa porque el viernes lo reconoció como un error y la postura de hoy es la de «yo no me equivoqué, la culpa es de ustedes que me bardearon». Si te habías interiorizado en los pormenores y sos un genio de la economía futuro premio Nóbel, ¿cuál era la duda?”.

«Si vos vas al casino y perdés plata, ¿cuál es el reclamo?»

Fue otra de las partes más polémicas de la defensa presidencial. Comparó el accionar de lo que promocionó con un casino. A pesar de que en un primer momento él lo difundió como una inversión para las pymes y el desarrollo productivo del país.

Acá no hubo azar. Había un puñado de “jugadores” que sabían de antemano lo que iba a suceder. De hecho pocas personas pasaron de invertir menos de un dólar en el preciso instante en que Milei subió al tuit, a llevarse un par de millones.

Los creadores acumulaban cerca del 80% de la oferta de criptomoneda, uno de ellos el 50%, y se fueron juntos en el momento en que estaba el precio récord.

Pero volviendo al inicio, lo más polémico es relacionar la inversión cripto que él vendió como una oportunidad de desarrollo para el país, a un casino. Llegó a deciar que «es como que alguien va, juega a la ruleta rusa y le tocó la bala».

“¿Milei difundió un Casino al que era complicadísimo ingresar, sólo entraban lúmpenes timberos y lo más probable es que no haya ningún argentino estafado, pero todo ese negocio turbio iba a terminar fondeando empresas de nuestro país?”, sintetizó el periodista Fernando Rosso.

“Escuchando a Milei entiendo que aprobaba que un Casino con Especuladores podría financiar microemprendimientos de inversión en argentina. Una vision muy rara del especialista en crecimiento…”, acotó el economista, ex dirigente cercano al hoy presidente, Carlos Rodríguez.

Así lo sintetizó Mario Riorda, especialista en comunicación política: “un presidente promociona un proyecto para “operadores de volatilidad” como fuente de financiamiento del desarrollo productivo argentino. Él mismo lo acaba de confesar”.

«Es un problema entre privados», “lo hice como ciudadano, no como presidente”

Ambas declaraciones van de la mano. Desde el primer día como mandatario, se percibe la falta de discernimiento de Milei de lo que significa y atañe ser presidente. Es similar a la “defensa” que quiso hacer de él la diputada Marcela Pagano: que cuando tuiteó no estaba ejerciendo la presidencia.

Sin embargo, su cuenta de Twitter tiene el gris de verificado, que se le otorga a los funcionarios. Todo lo que diga ahí, lo dice como presidente. Si era entre privados, no tenía por qué meterse ni por qué luego dar de baja el tuit. Sin el tuit original no había estafa.

Y si era entre privados, ¿por qué el presidente sostuvo sobre el final que le iba a derivar el caso en materia judicial al ministro de Justicia de la Nación, Mariano Cúneo Libarona?

A confesión de partes

Una apostilla final. En un momento se le menciona lo que dijeron dirigentes opositores, como Martín Lousteau. Ahí declara: “»Lousteau, el de la 125. Subir impuestos TAMBIÉN es otra estafa».