“Llevamos dos largos años de una lucha incansable, lograr justicia es necesario para sanar tanto dolor”, dijo Soledad Laciar, mamá de Blas Correas, en la previa del inicio del juicio por el crimen de su hijo, asesinado por balazos policiales cuando tenía 17 años, en 2020. Dos agentes están acusados por haber disparado. Y otros 11 por haber encubierto lo sucedido, incluyendo plantar un arma. El caso es considerado emblemático en materia de lucha contra la violencia institucional y policial.
Con la modalidad de jurados populares, el juicio a los policías comenzará este miércoles en Córdoba. Para visibilizar el caso, la familia de Blas dio una conferencia de prensa este martes junto a Amnistía Internacional, que acompañará y monitoreará el proceso.
“Este juicio es un paso fundamental para combatir la institucionalización del abuso de la fuerza y la violencia policial. Hoy la confianza de la sociedad en la justicia y fuerzas de seguridad está fracturada. El Estado tiene que mostrar que es capaz de investigarse a sí mismo, y con ello estar dispuesto a romper la trama de poder que subyace a estos casos. Los resultados de este proceso pueden constituir una oportunidad en la dirección correcta para poner fin a la impunidad en Córdoba y Argentina”, indicó Paola García Rey, directora adjunta de Amnistía Internacional Argentina.
Durante la conferencia la familia de Blas denunció una situación de “censura” por parte de la provincia ante el intento de colocar en la vía pública carteles de Amnistía en reclamo de justicia. Pese a todo, mostraron expectativa ante el juicio que está por comenzar.
“Elijo confiar que el jurado popular, los jueces, los fiscales, van a hacer todo lo posible para que en noviembre salga de ahí sabiendo que a mi hijo no me lo arrebataron en vano. Yo entro y salgo de acá sin Blas, pero no quiero que nadie más salga de Tribunales en esta situación”, pidió Laciar. Lamentó, de todos modos, que “no cambió nada” en relación a la fuerza de seguridad acusada desde que fue el crimen de su hijo.
Blas Correas, de 17 años, viajaba en el asiento de atrás de un auto que compartía con cuatro amigos el 6 de agosto de 2020. Volvía a su casa cuando el vehículo dio un giro equivocado. Dos patrulleros y policías armados estaban esperándolo. Los jóvenes se habrían asustado y por eso no se detuvieron. Sin dar ningún aviso, la policía comenzó a disparar hacia el auto. Algo que pasó en tantos otros operativos con desenlace de ‘gatillo fácil’.
El joven recibió un tiro que ingresó por la luneta del auto y atravesó uno de sus omóplatos. Sus amigos lo llevaron a una clínica que se negó a atenderlo. Camino a otro hospital, fueron nuevamente interceptados por la policía que les impidió seguir. Blas murió sin llegar a ser atendido.
El juicio y el después
“Junto con la familia de Blas luchamos durante dos años desde los tribunales para llegar a donde estamos hoy. Vamos a tener a los 13 responsables de los hechos sentados en el banquillo de los acusados, rindiendo cuentas por la atrocidad que cometieron. Esto es fundamental para que toda su familia pueda vivir una vida sin Blas, pero en paz”, afirmó Alejandro Pérez Moreno, abogado de la familia.
En la conferencia, el letrado adelantó que se espera que la justicia no culmine con las responsabilidades de estos 13 imputados, sino que vaya más allá. “En el juicio se van a ventilar una serie de pruebas que no estaban en la instrucción. Van a declarar testigos nuevos y seguramente vamos a lograr que los jueces –a pedido nuestro- manden a investigar a otras personas. Cuando la familia llegó a donde estaba el cuerpo de Blas, no había 13 policías. Estaba lleno. Todas sus acciones y omisiones deben ser investigadas”, resaltó Pérez Moreno. Y agregó que “este juicio es el primer escalón, esperemos que pronto sea el segundo”.
Laciar, por su parte, dijo que no considera “tan preocupante quién disparó. Es un monstruo y lo seguirá siendo después de años de cárcel. Preocupa más el encubrimiento, plantar un arma, armar una escena de terror en 20 minutos”.
Al ser consultada sobre qué espera del juicio, pidió “que la Justicia haga simplemente lo que tiene que hacer. Y que el gobierno de mi Provincia tome nota. Muchas veces se me cruzó la idea de alzar a mi familia e irme. Pero amo a mi provincia. Tengo dos hijas pequeñas y tienen derecho a poder salir a la calle. No podemos naturalizar la violencia por parte de la Policía. No naturalicemos que la Policía está para matar. Si no, estamos perdidos”.