El viernes pasado, los trabajadores estatales de ATE marcharon masivamente al Ministerio de Trabajo para protestar contra los despidos masivos ejecutados por el gobierno de Javier Milei.
Un día antes, los docentes realizaron un paro nacional convocado por Ctera que fue contundente en muchos distritos y estuvo acompañado por movilizaciones masivas, como la de la Ciudad de Buenos Aires.
Ese mismo día, a 80 kilómetros al noroeste de la Capital Federal, una gran marcha de trabajadores metalúrgicos sacudió a la ciudad de Campana, donde la UOM pulsea nada menos que con Techint por reclamos salariales.
Cerca de allí, en Villa Constitución, la UOM convocó a un paro por tiempo indeterminado en Acindar por cuestiones salariales.
Mañana puede encenderse la mecha de un nuevo conflicto si, como está previsto, el gremio de Camioneros resuelve medidas de acción directa por la negativa del Ministerio de Economía a homologar las subas salariales que acordaron las empresas y el gremio en discusiones paritarias libres.
En Prensa, los trabajadores de Télam cumplieron esta semana un mes de acampe frente a las dos sedes de la agencia estatal de noticias resistiendo su cierre o desmantelamiento.
Son solo ejemplos de la gran conflictividad laboral que está sacudiendo al país. Las peleas, aisladas por ahora, podrían confluir en un nuevo paro general. «