Casi sin explicación visible, algunos de los gremios que apoyaban la movilización organizada por Camioneros y avalada por las CGT para el próximo 21 de febrero comenzaron a despegarse.
Pese a las bajas, desde Camioneros aseguran que la movilización será masiva. En ese esquema el apoyo de La bancaria, las dos CTA y de los Movimientos Sociales será determinante.
El primero en correrse de las filas de las huestes que prepara Hugo Moyano para lo que será la primera marcha del año fue Víctor Santamaría. El titular de sindicato de encargados de edificios se despegó de camioneros el mismo día que se anunciaba la medicación de la fecha de la manifestación.
Santamaría pegó el faltazo y por la tarde fue al encuentro encabezado por Héctor Daer en el que los Gordos hicieron pública su posición en contra de lo planteado por los Moyano.
Si la deserción de Víctor Santamaría es difícil de explicar, el anuncio de que Luis Barrionueno y Carlos Acuña tampoco participarán se torna imposible de comprender desde la política sindical. La explicación habrá que buscarlas en carpetas y en los tribunales.
Barrionuevo junto a Hugo Moyano fueron los artífices del documento de Mar del Plata por el que los dirigentes intentaron alejar a la CGT del su perfil dialoguista. El propio Carlos Acuña, secretario General de los trabajadores de estaciones de Servicio y hombre de Barrionuevo, fue quien acompañó a Juan Carlos Schmid a la hora de anunciar la decisión de la CGT de acompañar a Camioneros. Luego, en declaraciones a la prensa, Acuña acusó a Héctor Daer de Carnero por no movilizar. Sin embargo, este sábado, dio a conocer su cambio de parecer y confirmó que ni su gremio ni los gastronómicos de Barrionuevo marcharán junto a Camioneros.
Por su parte, Rodolfo Daer, titular del sindicato de alimentación y hermano de Héctor, aprovechó las bajas en la convocatoria de Camioneros para volver a defender la postura dialoguista que enarbolan los gordos y cuestionó sin miramientos a Hugo Moyano: «El movimiento obrero es mucho más grande que las pretensiones y las contradicciones de Moyano».
Daer manifestó en declaraciones radiales sus dudas sobre si la movilización del 21 va a ser caudalosa y advirtió que por ese camino solo debilitan al movimiento obrero. Repitió así el discurso de los gordos y defendió la decisión de no marchar. En ese contexto señaló: No vamos a marchar el 21 de febrero, porque para modificar las políticas económicas hay que sostener la unidad del movimiento obrero.
José Luis Lingeri, secretario general del Sindicato Gran Buenos Aires de los Trabajadores de Obras Sanitarias, también salió a defender la posición de los Gordos. Creemos que la mejor manera de darle respuesta a las demandas de los trabajadores pasa por una fuerte apuesta al diálogo (con el Gobierno) y no por la confrontación, señaló el dirigente a Télam.
Prueba de su vocación dialoguista, Lingeri adelantó que en los próximos días se sentará con funcionarios de la administración Macri para modificar algunos aspectos del Fondo Solidario de Redistribución, destinado a las obras sociales sindicales.
A fines de enero, el Ejecutivo estableció mayores controles sobre el total de afiliados a las obras sociales que son beneficiarios del Subsidio de Mitigación de Asimetrías (SUMA), que contribuye a la financiación de estas entidades.
Una resolución publicada en el Boletín Oficial y difundida por la Superintendencia de Salud establece que el subsidio de 1.000 millones de pesos que los gremios recibían antes de manera automática para financiar servicios de salud será ahora distribuido por la AFIP.