La Covaxin es la primera vacuna autóctona de la India y es de «virus inactivado», la misma tecnología que es usada por la Sinopharm que ya se aplica en Argentina. Es decir que contiene virus muertos «incapaz de infectar a quien se vacuna, pero que puede instruir al sistema inmunológico para que despliegue una reacción defensiva contra la enfermedad», según explica el laboratorio Bharat Biotech. Requiere de dos dosis que deben aplicarse con 28 días de diferencia.
Es fabricada por el laboratorio Bharat Biotech, fundado en 1996, que tiene más de 145 patentes presentadas desde sus inicios. Es el mayor proveedor de vacunas contra la rabia y también abasteció a muchos países con más de 4 mil millones de vacunas contra la hepatitis B, la influenza, la gripe A H1N1, la polio, el rotavirus, encefalitis japonesa y chikungunya. En abril anunció el incremento de la producción de la Covaxin de 200 a 700 millones de dosis al año. Está desarrollando también una segunda vacuna contra el COVID-19 -la BBV154- que se aplicaría por gotas en la nariz, pero que aún está en Fase 2.
Una de las grandes ventajas de la Covaxin es que no requiere almacenamiento bajo cero, sino que puede conservarse entre 2 y 8° y que permanece estable a temperatura ambiente, lo que permitiría vacunar casa por casa de ser necesario, una etapa que está en los planes del gobierno provincial.
La Covaxin comenzó a aplicarse en enero en India en el marco del plan nacional de vacunación, luego de haber sido aprobado su uso de emergencia. Generó una grieta entre el gobierno, la oposición y la comunidad científica debido a que entonces no estaban concluidos los ensayos clínicos de Fase 3. Para generar confianza en la población, el primer ministro de India, fue de los primeros en aplicarse la Covaxin en febrero.
Los estudios de Fase 1 y Fase 2, publicados en la revista The Lancet, determinaron que la vacuna es segura y los resultados preliminares de la Fase 3 determinaron que tiene una eficacia del 81% y de casi el 100% en casos graves.
El ensayo clínico en Fase 3 involucró a 25.800 participantes de entre 18 y 98 años, incluidos 2.433 mayores de 60 años y 4.500 voluntarios con enfermedades de base. El laboratorio precisó que es el estudio más grande realizado en India, en asociación con el Consejo Indio de Investigación Médica. Ahora se espera su publicación en The Lancet.
En marzo, cuando se publicaron los estudios preliminares de la Fase 3, Krishna Ella, presidente y director general de Bharat Biotech, informó que Covaxin «demostró una tendencia de alta eficacia clínica contra la COVID-19, pero también una inmunogenicidad significativa contra las variantes que emergen rápidamente» en referencia a las nuevas cepas detectadas como las B.1.617 y B.1.1.7, identificadas por primera vez en India y el Reino Unido, respectivamente.
Los efectos adversos que se registraron en su mayoría son leves como dolor, hinchazón, enrojecimiento y picazón en el lugar de la vacunación, dolor de cabeza, fiebre, malestar general y dolor de cuerpo, náuseas, vómitos y sarpullido.
La vacuna fue aprobada en nueve países, además de India: Irán, Guyana, Nepal, México, Paraguay, Zimbabwe, Filipinas y Mauricio. El viernes pasado se sumó Brasil: la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (ANVISA) autorizó el uso de la Covaxin aunque «con limitaciones». En ese país vecino, en mayo comenzaron los ensayos clínicos para testear la vacuna en 4500 voluntarios.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aún no le dio el visto bueno a la vacuna Covaxin para el uso de emergencia. El laboratorio ya entregó el 90% de la documentación a ese organismo y espera que sea aprobada.
El acuerdo con Buenos Aires
El gobernador Axel Kicillof anunció la firma de un contrato por aprovisionamiento de 10 millones de dosis de Covaxin, con posibilidad de extenderlo a 5 millones más. Cada dosis costará entre 15 y 20 dólares. Aún no hay fecha de entrega ya que el acuerdo depende de que se cumplan cuatro condiciones.
La primera es la aprobación de la vacuna por parte de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). Los papeles para el permiso de emergencia -como fue otorgado al resto de las vacunas que hoy se aplican- fueron presentados por el gobierno la semana pasada.
La segunda condición es que India abra la exportación de vacunas que cerró frente al incremento de casos y la necesidad de vacunar más rápido a su población.
La tercera es la disponibilidad del laboratorio Bharat Biotech y, la cuarta, la necesidad concreta del gobierno en el momento en que el productor ponga las dosis a disposición de la provincia. Entonces, la administración bonaerense emitiría la orden de compra.
Al hacer el anuncio, Kicillof aclaró que se trata de un acuerdo que viene a complementar el trabajo que hace la Nación y que las dosis que se consigan serán ofrecidas a la Nación para que las distribuya a todas las provincias.
«Si conseguimos vacunas no vamos a dedicarlas a vacunar primero en la provincia. De esta, nos salvamos todos juntos. Firmamos un convenio que esperamos que sirva para toda la Argentina», remarcó Kicillof.
«Si conseguimos vacunas no vamos a dedicarlas a vacunar primero en la provincia. De esta, nos salvamos todos juntos. Firmamos un convenio que esperamos que sirva para toda la Argentina», remarcó Kicillof.