En redes, plataformas colaborativas y medios alternativos de comunicación crece por estas horas el pedido para que se declare el estado de emergencia nacional a raíz de los incendios que este año ya quemaron más de 40 mil hectáreas de monte nativo en la provincia de Córdoba. La problemática que surge año a año viene registrando incendios “explosivos”, al estilo de los que se ven en California, al compás de la voracidad desarrollista y del corrimiento de la Nación en las políticas públicas de combate al fuego.

Así, y con el Plan Nacional de Manejo del Fuego herido de muerte, fue la provincia de Buenos Aires la que brindó asistencia a su par mediterránea, aunque no alcanza: hay más de 20 viviendas quemadas, decenas de evacuados y el principal foco que de Capilla del Monte se extendió a Ascochinga, la Granja y San Marcos Sierras. Chancaní, y Villa Berna también registran focos activos.

La secuencia de terror que devastó parte de la invaluable diversidad del monte nativo en la zona serrana comenzó en agosto, con grandes focos en la Reserva Natural de la Defensa en la que se asienta el ex centro clandestino de detención, tortura y exterminio La Perla, el más grande allende la avenida General Paz. En ese predio propiedad del Ejército en el que el EAAF busca restos de desaparecidos ardieron unas 12 mil hectáreas, llegando el fuego incluso al borde mismo del complejo edilicio del ex ccd.

En rigor, el sitio de memoria fue salvado por los bomberos de la vecina Malagueño. Dos fiscalías provinciales investigan el origen del fuego, siendo la hipótesis más firma el inicio del foco a partir del uso de bengalas en las prácticas militares que se realizaron en un sector del predio estatal.

Arde Punilla

Semanas después, y luego de que el cuestionado ministro de Seguridad Juan Pablo Quinteros encabezara una conferencia de prensa para dar cuenta del trabajo contra el fuego, los focos en Capilla del Monte pusieron a Córdoba en el centro de la agenda periodística nacional. Las llamas devastaron unas 20 casas, causaron heridos y evacuados y afectaron a Los Cocos, La Cumbre, San Esteban y Dolores, localidades cercanas al inicio del fuego. Las condiciones de extrema sequedad y los fuertes vientos que azotan la provincia fueron el caldo ideal para la propagación de las llamas, que al Este acechan a La Granja y Ascochinga y al oeste amenazan la bucólica San Marcos Sierras.

Bomberos voluntarios y de la policía y la fuerza ETAC conforman el dispositivo estatal de lucha contra el fuego, a la vez que el gobernador Martín Llaryora se apersonó en la zona de desastre, pidió penas más duras para los causantes del fuego y prometió recursos para la reconstrucción de las viviendas afectadas. A la fecha hay dos detenidos, que explicarían solo uno de los tres focos activos en la provincia, y la oposición, ni lerda ni perezosa, pidió la renuncia del ex juecista Quinteros. “Es un inútil” graficó el propio Luis Juez.

Lo cierto es que la situación es de suma incomodidad para el mandatario aliado del presidente Javier Milei, toda vez que Nación no envió ayuda alguna y la provincia se ve obligada a afrontar este desastre de final incierto con las herramientas propias y la ayuda de distritos solidarios, como Buenos Aires. En la lucha cuerpo a cuerpo contra el fuego, en tanto, se revivió lo que viene siendo un enfrentamiento habitual entre distintos actores protagónicos: el funcionariado de Seguridad y sus empleados por un lado, las brigadas comunitarias por el otro.

Se tratan éstas últimas de agrupamientos vecinales de larga trayectoria en la lucha contra el fuego, de dispar relación con el Estado y criterios de acción que no siempre concuerdan con las estrategias implementadas por los representantes estatales. Es así como este domingo a la noche desde algunas de esas brigadas se denunciaban intentos de judicialización y persecución monte adentro, a la vez que redoblaban el pedido de ayuda para sostener la lucha contra el fuego.

Por si todo esto fuera poco, al presidente de la conservadora Sociedad Rural de Jesús María no se le ocurrió mejor idea de culpar a la ley de ordenamiento nativo. Al inaugurar la 77° Exposición Rural de Jesús María, Eduardo Riera señaló que “quedó demostrado con el correr de los tiempos que la ley de ordenamiento territorial actual es una generadora de más material combustible. (…) La ley de ordenamiento territorial quemó todo el bosque, los campos, las chacras y los alrededores de las ciudades”.

“La Ley de Ordenamiento Territorial es un perjuicio jamás visto para nuestra biodiversidad. No tiene lógica, no tiene sustento. La Ley perjudica todo lo que dice proteger, no sirve. Se quemaron 1,2 millones de hectáreas, de los cuales 200 mil son bosque nativo”, completó ante la mirada de la vicegobernadora radical Myriam Prunotto. El burdo intento de extender la frontera agroindustrial en zonas rojas y amarillas de preservación de monte nativo cosechó amplios repudios de distintos sectores.

Fuego en Córdoba: cómo colaborar

Las brigadas comunitarias que están actuando en la zona difundieron formas de recabar apoyos económicos para proseguir en la lucha contra las llamas:

– *Brigada Forestal Kamchira:* @brigadakamchira + BRIGADA.CBU.KAMCHIRA

– *Brigada Churqui:* @brigadachurqui + BRIGADACHURQUI

– *Brigada Forestal Pichana:* @brigada.pichana + BRIGADAPICHANA

– *Brigada Forestal Comunitaria Chiguanca:* @brigada.chiguanca + MARIARUMIE

– *Brigada La Champa:* @lachampa.brigada + CHAMPA.BOC

– *Brigada forestal El Mirador:* @brigadamirador + ORGLAMIRADOR.UALA

– *Brigada Forestal Kalahuala:* @brigadaforestalkalahuala + BRIGADA.KALAHUALA

– *Brigada Forestal Comunitaria Pecari:* @brigada_pecari + BRIGADA.PECARI

– *Capilla del monte:* BOC.MONTE