Todos los años la historia se repite. Tras algunos meses del inicio del ciclo lectivo, el Ejecutivo porteño comienza con el proceso de transferencia del dinero del Fondo Único Descentralizado de Educación (FUDE), destinado a las cooperadoras escolares. Esta año, algunas transferencias las realizó casi cuatro meses después de iniciado el año escolar.

Este aporte económico, determinado en la Ley 3372, establece en su artículo 5 que “los recursos percibidos en concepto de FUDE deben ser afectados a la ejecución de las actividades contempladas en el Plan Anual que se define para cada institución educativa”. A cuatro meses de iniciadas las clases apenas el 38% de las cooperadoras recibieron el FUDE.

Mercedes Miguel, ministra de Educación porteña junto a Jorge Macri.

Desde las asociaciones cooperadoras, denuncian que los valores este año están muy por debajo de la inflación. “En 2024 por alumno, se están recibiendo entre 2500 y $3000 por año. Esto es media docena de facturas. Es decir, media docena de facturas es lo que vale para el gobierno de la ciudad un alumno durante todo el año escolar”, explica a Tiempo Pablo Cesaroni, integrante de Cooperadores en Acción y de la Multisectorial por la Educación Pública.

El pago que realiza la cartera educativa a cada escuela está determinado por algunas variables como: la cantidad de alumnos y alumnas; el índice de vulnerabilidad educativa; la cantidad y calidad de aulas, patios y jardines; y la necesidad de materiales para actividades didácticas de docentes y alumnos/as; entre otros puntos.

“En definitiva”, continúa Cesaroni, «para este ciclo lectivo el gobierno porteño destina alrededor de $14 por día por estudiante. Eso es un 10 % de lo que sale una goma de borrar. Es durísimo, pero los números son así de claros. Y hay que recordar que estos números sólo cubren entre un 20% y un 30 % del total de gastos, el resto hay que cubrirlo con fondos propios que tienen que recaudar las cooperadoras”.

Desde hace años, las cooperadoras escolares de las escuelas porteñas, ocupan el vacío que genera la falta de Estado y realizan varias actividades para recaudar fondos propios: el pago voluntario de una cuota de las familias; ferias del plato; fiestas escolares, peñas y locros, etc.

Cesaroni subraya la gran labor que tienen que hacer las cooperadoras para juntar fondos propios y compensar la baja de fondos que vienen del gobierno de la ciudad; al mismo tiempo que cuestiona “¿qué pasa con las escuelas que no tienen cooperadora, o que tienen cooperadoras muy chiquitas, o que tienen comunidades que no pueden aportar? Seguramente esa escuela va a tener dificultades serias para garantizar un buen funcionamiento durante todo el año. Es decir, lo que se tendría que hacer cargo el gobierno, y que no lo hace, recae en la comunidad educativa”, agrega.

Pocas cooperadoras de escuelas recibieron el FUDE

En lo que va del 2024 apenas el 38% de las cooperadoras escolares recibieron el aporte económico. “Desde el 8 de mayo de 2024 el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires viene realizando la transferencia del subsidio FUDE a las cooperadoras escolares que cumplen con los requisitos que establecen tanto la Ley FUDE como la Ley 6613”, señalaron desde la cartera educativa que dirige Mercedes Miguel.

“Al 20 de mayo del 2024, de las 846 Cooperadoras Escolares de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 320 han recibido el pago del FUDE”, detalla el GCBA y argumenta que “241 se encuentran en proceso de pago” y “285 de las Asociaciones Cooperadoras aún no se encuentran en condiciones de recibir el subsidio por no presentar la rendición de cobro anterior de FUDE, cuadro demostrativo de recursos y gastos o el plan anual institucional”.

La ausencia de Nación

Las cooperadoras escolares porteñas recuerdan que, a los bajos aportes que realiza el Ejecutivo porteño, se suma la ausencia total de Nación.

“Desde diciembre del año pasado, el Gobierno de Milei ha eliminado todo tipo de fondos para las cooperadoras, tampoco van a mandar libros para los alumnos y alumnas de las escuelas públicas de gestión estatal, como si se venía mandando en el último tiempo. Así que todo esto agrava la situación”, explica Cesaroni y advierte: “Nación y ciudad evidentemente no tienen como prioridad las escuelas públicas de gestión estatal y ambos se corren de su responsabilidad. Esto recae entonces cada vez más en cada una de las comunidades educativas”.