Caravanas de personas religiosas se dirigieron en micros a las orillas de los mares y ríos para entregar sus ofrendas y pedidos a la mae Yemanyá, comenzando a rendir culto desde el 2 de febrero -fecha oficial- aunque las celebraciones se realizan durante varios días en distintos países de la región. El pueblo umbandista se movilizó para adorar a la divinidad protectora de la humanidad mundial. Además, durante estos días continúan las fiestas de Caboclos, que tienen lugar en distintos templos y lo hacen para complementar con Yemanyá.
Se trata de la Orixá femenina más importante de toda la religión Umbanda. La veneran y nombran de diferente manera en los distintos territorios donde fueron llegando las personas esclavizadas a finales del siglo XVI; que son los ancestros de los creyentes. Esta divinidad es conocida como Donha Janaína, Lemanjá, Yemaya, Lemanjá, Yemanjá, Stella Maris, Yemoja para el pueblo Yoruba. Así lo explicó -el año pasado- la mae de santo Nahír Causiño, cuando brindó declaraciones a Tiempo.
Ofrendas y despachos
Por eso, este diario participó en las ceremonias para conocer como adoran a Yemanyá las personas del Conurbano Bonaerense, quienes salieron este viernes a las ocho de la mañana del barrio Lanzone del partido de San Martín, “para hacer los despachos para Yemanyá en el río de La Lucila, en el partido de Vicente López, donde permanecimos todo el día hasta el anochecer”, contó la Iyalorixa Jeny de Oxum Opara, quien ejerce uno de los cargos más altos dentro de la religión Umbanda.
Mayormente los despachos para la dueña de los mares y los ríos se realizan anualmente, para su cumpleaños que es el 2 de febrero: “Nosotros celebramos ese día por el sincretismo, porque está oficializado, pero hay otros días que también se celebra, por ejemplo, yo tengo una hija de religión a la que le nació Yemanyá un 8 de febrero y el cumpleaños de esa mae es el 8”, explicó Jeny de Oxum Opara.
Llegaron al río y lo primero que hicieron fue acercarse a la orilla para realizar el ritual de las ofrendas, despachos y pedidos. Luego continuaron en la plaza que está en la vera y después disfrutaron todo el día haciendo limpiezas y distintas actividades, finalizaron al oscurecer con una fiesta de Caboclo.
Ofrendan a la divinidad y le piden “por nuestras familias y un buen comienzo de año, porque al ser la dueña de las aguas saladas del mar es la mejor en la depuración, ella es quien saca todo lo negativo de los seres humanos para convertirlo en positivo”, señaló la Iyalorixa. Es una madre protectora “de toda la humanidad y el padre es Oxalá”, agregó.
Continuó detallando que en la pirámide religiosa están, “la mae de santo y el pae de santo, que son celadores, cuidadores de Orixás; después están los Caciques, jefes en la Umbanda, ellos son los que trabajan con los Caboclos de Yemanyá, Oxum, Ogum, Xangó y Oiá”.
Le resulta importante destacar “que nosotros adoramos a todos los Orixás en sus respectivas datas -cumpleaños- y así conectamos con nuestros ancestros, es una conexión en la que nos encontramos con nuestro propio Santo, ángel de la guarda, esto que digo es muy importante para quienes somos creyentes, porque el Santo es quién nos protege en la vida, en el andar diario y nos da clareza para tomar decisiones correctas”, explicó Jeny de Oxum Opara.
Con la fe todo se puede
Es por todo eso que cuando una persona en la religión “tiene un Santo de cabeza su vida cambia por completo”, aseguró la mae Jeny, que lleva 27 de sus 45 años en la Umbanda, quien además sostuvo un comedor y merendero durante una década en el barrio Lanzone, en Diagonal B y Calle 4, hasta que se vio obligada a cerrar durante la pandemia. Remarcó el valor que tiene el sacrificio que hacen los creyentes para “ciertas fechas específicas de los Santos y los Caboclos”.
Porque en este momento de crisis económica y política, “en la que padecemos necesidades, hay muchas personas religiosas que no tienen para comer, o para comprar un calzado y acá nosotros vemos como se esfuerzan en su fe para llevar una ofrenda a un Santo; eso muestra que la fe lo puede todo, porque esa personas luego son recompensadas y exaltadas”, enfatizó.
Multitudes caminan a la Virgen de Luján “por una promesa o una devoción, bueno, nosotros no somos muy diferentes, de distintas formas adoramos y amamos a Yemanyá, como a todos nuestros Orixás”, ejemplificó Jeny de Oxum Opara. Hacen todo en base “a la fe que tenemos hacia ellos”.
Dan hasta lo último “que tenemos y siempre somos recompensados por ellos, porque nos protegen, un hijo de Orixá puede pasar necesidades, pero nunca caerá en la miseria, porque su Santo, Caboclo y el Exu lo van a acompañar en cada cosa que haga”, subrayó la Iyalorixa.
Pasan necesidades y pruebas, “como todas las personas, pero podemos dar fe de que nuestros Santos nos ayudan, cuando nos estamos ahogando nos extienden la mano porque son ángeles servidores de Dios, según la interpretación dentro de lo que es el sincretismo con la mistura de religiones y cultos”, ahondó.
Sobre Yemanyá
Cabe destacar que el año pasado la mae Nahír Causiño repasó en diálogo con Tiempo que en Argentina, las primeras manifestaciones afro-umbandistas empezaron a verse a finales de 1960; por los esclavos que llegaron a Brasil y Uruguay. Durante los últimos años también llegaron otras corrientes afro-religiosas desde Cuba, una de ellas se conoce como Santería Cubana.
También contó que Yemanyá es la máxima creación del Dios Olodumare. Es una divinidad y su nombre en Yoruba es Yemoja. En Argentina, Brasil, Uruguay y otros países del mundo los 2 de febrero de cada año se celebra el día oficial de la patrona de los mares y los ríos, la protectora de la humanidad mundial.
Explicó que puntualmente es protectora del hogar y la familia, la fecundidad y fertilidad, los embarazos y partos, de los niños recién nacidos y representa el amor maternal. Sus creyentes le rinden culto, le agradecen, expresan sus pedidos a las orillas de los mares y los ríos, donde dejan ofrendas servidas en balsas y barcas de madera. Durante los últimos años, por razones ambientales y ecológicas, solo llevaron productos orgánicos, para cuidar los ríos y los mares, porque es la casa de la divinidad.
Las ofrendas y peticiones
Mientras le ofrendan frutas, flores, perfumes, monedas, collares, cantan, danzan para complacer a la divinidad para que lleve sus pedidos hasta el fondo del mar o el río. En la provincia de Buenos Aires cuando cae el sol el 2 de febrero, se le rinde culto a Yemanyá. Las personas que participan se visten con prendas, azules, celestes, blancas, amarillas, entre otros colores, e ingresan a los mares y los ríos para dejar las ofrendas y sus peticiones.
La data de la mae Yemanyá es la más importante en la Umbanda, porque es la que hace la apertura de cada año y abre los caminos, trae prosperidades, las bonanzas, progresos, alegría, amor, felicidades y la armonía. Es muy buena en economía, por eso habitualmente es invocada para el éxito en los negocios marítimos de puertos de todo el mundo.
Después de que pasa la mae Yemanyá, liberan al pae Exú -servidor de las y los Orixás- durante los carnavales y se van desarrollando los festejos de distintas datas de los Santos. Así mismo, continúan realizando sesiones y cumpleaños de los distintos pueblos de la Umbanda durante todo el año hasta que llega el momento de la cuaresma y se produce el cierre en el mes de diciembre.
Carolina Ragazzon
7 February 2024 - 16:54
Los umbandas son los que MATAN ANIMALES O LES HACEN SUFRIR CALAMIDADES HASTA QUE FINALMENTE MUEREN como "ofrenda". NO desdibujen lo que hacen. HACER SUFRIR A OTRO SER NO ES UNA OFRENDA. HAGAN UDS EL SACRIFICIO. Asesinos!!!!