Aún retumban los pasos de las millones de mujeres que este jueves marcharon por todo el mundo en el marco del Día Internacional de la Mujer. Aún flamean las banderas. Consignas que son derechos y que necesitan de leyes para que se hagan efectivos. Es que se les va la vida en esta empresa. Los femicidios y las muertes por abortos clandestinos en condiciones de altísima precariedad, son sólo dos de los más dramáticos ítems que sirven para ilustrar y explicar la pregunta que muchos aún se hacen: ¿Por qué marchan las mujeres?.
Pues ni 24 horas pasaron de esa movilización que en la Ciudad de Buenos Aires reunió a más de medio millón de mujeres para que las estructuras patriarcales y arcaicas que se mantienen en los diferentes estamentos del Estado volvieran a asestar un golpe sobre la lucha feminista: la Sala 6 de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional confirmó, durante el mediodía de este viernes, el procesamiento por el delito de resistencia a la autoridad, en concurso real con el de lesiones graves de Mariana Gómez, en la causa que se le inició en octubre del año pasado cuando estaba abrazando y besando a su esposa en la estación Constitución, antes de ir a su trabajo.
En aquella oportunidad, Mariana fue violentamente detenida por efectivos de la Policía de la Ciudad en Constitución. Me esposaron, me trasladaron a la estación Boedo de la Línea E, me metieron en un calabozo, me ficharon, me sacaron fotos, me desnudaron delante de tres oficiales femeninos, me hicieron levantar los brazos y agacharme para ver si llevaba alguna sustancia en mis partes íntimas, pregunté si podía tener visitas y un policía me dice: Yo te voy a dar un consejo, o calmás a la gente que está afuera o vos dormís adentro, dijo a Tiempo aquella vez.
Es preciso mencionar que la joven se encontraba junto a su pareja cuando fue interceptada por agentes de la Policía de la Ciudad quienes, al observarlas despedirse, se acercaron y le ordenaron apagar su cigarrillo, a pesar de que otras personas también estaban fumando en el lugar y no existía señalización que indicara la prohibición. Los agentes se refirieron repetidamente a ella como pibe y, aunque intentó poner fin a la discusión apagando el cigarrillo y retirándose, la detuvieron de manera violenta.
En diálogo con Tiempo, el Defensor Adjunto de la Ciudad, Luis Duacastella, consideró: El fallo atrasa y no tuvo en cuenta los sesgos lesbofóbicos de la actuación policial. Además, aunque no hubiera habido actos discriminatorios, es una barbaridad que detengan a una persona porque no quiso dejar de fumar, si esto fuera cierto. Me parece una medida desproporcionada y que la Justicia confirme este accionar policial es inaudito. En ese sentido, Duacastella explicó que hay 1500 detenciones al año por este delito y cuatro de cada cinco son desestimadas por la Justicia por inexistencia de delito. Es decir que es una práctica policial que no suele tener respaldo judicial. Pero en este caso, lamentablemente, sí.
El Ministerio Público de la Defensa de la Ciudad y el Colectivo para la Diversidad (COPADI) se presentaron en la última audiencia del caso como amicus curiae (amigos del tribunal), pero a ambos organismos se les negó la posibilidad de explicar su postura en el caso.
Luego del fallo de la Cámara de Apelaciones la causa volverá al juzgado de primera instancia y allí se definirá si se investiga algo más o si manda a la fiscalía para definir si se eleva a juicio o no. En ese sentido, el abogado defensor de Mariana, Lisandro Teszkiewicz, adelantó a Tiempo: Vamos a insistir con el pedido de pruebas que fueron desestimadas inicialmente y vamos a volver a pedir la declaración de Rocío, la esposa de Mariana, a quién se le negó declarar.
En relación a la confirmación del procesamiento, el letrado aseguro: Creo que este fallo ratifica que la perspectiva de género no tiene lugar en la justicia argentina porque afianza ideas discriminatorias y lesbofóbicas que se esbozan en el fallo de la jueza de primera instancia. Es decir que ratifica un trato discriminador contra mariana y Rocío por su opción sexual.