El soldado israelí Elor Azaría, que mató de un tiro en la cabeza a un joven palestino cuando estaba en el suelo herido e inmovilizado tras atacar a otro uniformado en Hebrón, fue condenado hoy por homicidio, en un fallo que causó controversias y rechazo en el gobierno de Israel.
El primer ministro, Benjamin Netanyahu, dijo en referencia al soldado que está «a favor de indultarlo», aunque previamente el ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, afirmó que le gustó «poco» el fallo judicial pero llamó a respetar la decisión de la jueza Maya Meller.
Al leer la condena, la jueza certificó que fue el disparo de Azaría el que mató al palestino herido, señaló que era consciente de que sus actos provocarían la muerte del joven Abdel Fatah Al Sharif, y rechazó la teoría de que el atacante murió por los disparos previos y no por el suyo, como argumentó la defensa, reportó la agencia de noticias EFE.
La presidenta del tribunal descartó los argumentos del soldado, que calificó de «cambiantes y evasivos».
La condena, que podría llegar hasta los 20 años de prisión, será fijada más adelante en este caso, que ha provocado gran tensión en la sociedad israelí entre quienes defienden al soldado y aquellos que creen que lo que hizo fue inmoral y contrario al código militar.
La primera reacción de un miembro del gobierno israelí fue la del ministro Lieberman, quien instó a respetar la decisión del tribunal militar y pidió reaccionar con moderación también a aquellos a los que, como a él, les gusta «poco la sentencia».
«Ahora hay que estar cerca del soldado y su familia», dijo el político ultraderechista, que defendió al soldado antes de ser condenado y convocó ahora a no atacar más a la cúpula castrense para no debilitar al ejército por motivos políticos.
Tiempo atrás, cuando era diputado, Lieberman había asegurado que «ningún atacante, hombre o mujer, debería salir vivo de un ataque».
Poco después, el primer ministro fue aún más duro contra la condena. «Estoy a favor de indultar a Elor Azaría», sentenció Netanyahu en sus cuentas de Facebook y Twitter, y calificó de «doloroso y difícil» el fallo judicial.
«Sobre todo para él (Elor) y su familia, para los soldados del Ejército israelí, para muchos ciudadanos y los padres de los soldados, incluido yo mismo», aseguró el jefe del gobierno.
Desde la oficina del presidente Reuven Rivlin no quisieron adelantar si indultarán al soldado y sólo adelantaron en un comunicado que analizarán el caso «de acuerdo con el procedimiento habitual».
Desde primera hora, cientos de personas se manifestaban exigiendo que Azaría no fuera condenado frente a la sede del Ejército en Tel Aviv, ciudad que acoge el tribunal militar.
Entre otros, acudieron seguidores del equipo de fútbol Beitar Jerusalén, conocido por el extremismo y racismo de su hinchada.
Dos personas fueron detenidas por alterar el orden público y tratar de bloquear el tránsito, informó la portavoz policial Luba Samri.
La protesta no cuenta con autorización, pero la policía permitió su desarrollo a condición de que los asistentes no violen la ley, cierren calles ni hagan uso de la violencia.
«Las unidades de policía en Tel Aviv vigilan la protesta. Varios cientos de personas están en el lugar y los efectivos impiden que se produzcan incidentes», dijo el portavoz policial Micky Rosenfeld.
Anteayer, la organización Human Rights Watch (HRW) denunció que en Israel «abundan» los llamamientos a asesinatos extrajudiciales por parte de funcionarios policiales y militares que promueven entre sus subalternos «disparar a matar» a los palestinos, aún cuando no supongan ninguna amenaza para la seguridad.
Además, funcionarios de altos cargos evitan condenar los llamamientos al uso excesivo de la fuerza, añadió HRW en un comunicado.
Según el estudio de la ONG, «los llamamientos de los oficiales y la conducta aparente de algunos soldados y policías» es una desviación tanto de los estándares internacionales como de las normas israelíes.
El caso de Azaría dio la vuelta al mundo después de que un activista de la ONG israelí de derechos humanos Betselem grabara en video las imágenes en las que se ve al soldado cargar su arma y pegarle un tiro al joven palestino cuando estaba tumbado en el suelo y malherido.
Betselem proporciona desde hace una década cámaras a los palestinos en los puntos de mayor fricción para documentar abusos del Ejército y los colonos.
Los abogados de Azaría aseguraron que acudirán al Tribunal Militar de Apelaciones, lo que podría alargar el proceso otros cuatro meses y tras lo que aún cabría otro recurso al Tribunal Supremo, informó el digital Ynet.