La última aparición formal de la conducción de la CGT había sido el 25 de julio cuando, Héctor Daer, luego de una extensa reunión de Consejo Directivo anunció formalmente la ruptura del diálogo de la Central con el gobierno.

Días antes la cúpula de la CGT había participado de una reunión con el secretario de Trabajo Julio Cordero y el jefe de Gabinete Guillermo Francos en la que había llevado parte de sus reclamos y aceptado el camino del diálogo social. El mismo Julio Cordero evaluó que los pedidos de la entidad sindical eran “razonables”. El gobierno, sin embargo, optó por desconocer el reclamo de indexar el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias y llevar el salario mínimo a $400 mil empujando a la CGT a tomar esa decisión.

La ruptura formal fue acompañada del anuncio de su participación en la marcha de San Cayetano del 7 de agosto y de la convocatoria a una Comité Confederal y un plenario de secretarios generales de las regionales de la CGT. En la marcha, sin embargo, los dirigentes prefirieron no hacer uso de la palabra y en los dos meses que transcurrieron no hubo convocatoria a esos organismos. Tampoco se reunió el Consejo Directivo. En el medio, el gobierno vetó la ley de movilidad jubilatoria que produjo una virtual fractura de la entidad en la medida en que varias de sus corrientes internas decidieron salir a la calle junto con las dos CTA y los movimientos sociales.

Sin liderazgo

Al igual que en aquel momento cuando abrazó la marcha de la UTEP, la CGT ahora decidió retomar la protesta callejera de la mano de una convocatoria previa y ajena a sus resoluciones. En este caso se trata de la segunda Marcha Federal Universitaria que el conjunto de las federaciones de docentes universitarios y trabajadores no docentes de las 62 Universidades nacionales convocaron para el próximo 2 de octubre contra el veto a la ley de financiamiento universitario.

Héctor Daer no estuvo presente en la conferencia por compromisos en su gremio, ATSA.
Foto: @hectordaer

En la conferencia de prensa realizada el miércoles en la sede de la calle Azopardo Pablo Moyano comunicó su adhesión al reclamo y su participación. No hubo anuncios particulares ni en lo que hace a alguna medida de fuerza ni a la agenda de plenarios y confederales.

La conferencia destacó por la ausencia de Héctor Daer que, según fuentes  de la CGT, se demoró en su regreso desde Pontevedra donde se realizó el Congreso de Asociación de Trabajadores d ela Sanidad (ATSA) que lidera.

Con todo, el liderazgo de Pablo Moyano en la conferencia no pasó desapercibido. El dirigente Camionero, secundado por el tercer cosecretario general Carlos Acuña, señaló que “estamos con los compañeros de los distintos gremios universitario. La CGT va a dar todo su apoyo y vamos a movilizar el 2 de octubre por el presupuesto universitario”. El dirigente destacó que “una vez más, por mandato del FMI, el presidente de la nación va a vetar una ley a favor de los trabajadores. Hace días vimos como vetó la ley de movilidad y luego reprimió a los jubilados y jubiladas. Nosotros estuvimos en esa movilización” señaló en referencia al sector que lidera dentro de la CGT.

Moyano explicó que “la ministra (Patricia) Bullrich mandó miles de policías y gendarmes para reprimir al pueblo argentino. Es una obligación estar en el Congreso. Vamos a estar apoyando la ley que se votó hace pocos días y ojalá que aquellos diputados que tienen una oportunidad histórica de darle a los trabajadores de la educación de la Argentina lo que merecen, no traicionen el voto de los trabajadores y tomen en cuenta que muchos de esos legisladores llegaron con el voto de los trabajadores”.

Un nuevo escenario

El anuncio no fue acompañado de una presentación de la agenda, aunque fuentes de la CGT explicaron a Tiempo que la semana entrante se reunirá la mesa chica para definir el rumbo. El mismo estará signado por la nueva realidad que combina, por un lado, la persistencia de la crisis, el derrumbe del consumo y la recesión y por el otro la seguidilla de vetos presidenciales a leyes favorables a los trabajadores.

Pero, además, resulta ineludible el escenario que ha dejado planteado el naufragio del proyecto de ley de Democracia Sindical impulsado por el radicalismo como resultado de un evidente acuerdo entre los legisladores del oficialismo y de Unión por la Patria que vaciaron la comisión de Trabajo liderada por Martín Tetaz. Allí, resulta evidente, se reflejó la influencia de la CGT.

Al mismo tiempo, el gobierno demora la publicación del decreto reglamentario del capítulo de la reforma laboral en la ley bases. Cuando finalmente se publique, que según el gobierno podría ser en las próximas horas, se sabrá hasta qué punto la ruptura formal del diálogo con el gobierno no fue acompañada al mismo tiempo de una negociación subterránea.