Finalmente, luego de recorrer un camino que se inició hace aproximadamente un año, la CGT que se había dividido a principios de 2011, escencialmente por el enojo político de Hugo Moyano que aspiraba a tener mayor poder en la estructura del gobierno de CFK, volvió a unificarse. A grandes rasgos, los planetas que se unieron de nuevo son el que conducía el metalúrgico Antonio Calo y el de Moyano. La central dirigida por Luis Barrinuevo, que tiene menor peso las otras dos, también fue de la partida. En total son 128 gremios los que a partir de ahora coordinarán sus accciones y ya hay advertencias hacia el gobierno de Mauricio Macri. El triunvirato de la conducción quedó integrado por Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña
Por su lado, uno de los miembros del triunvirato que conducirá la CGT, Héctor Daer denunció «la necedad de la política económica que claramente llevó a cabo este gobierno, en detrimento de los sectores mas vulnerables». Muy poco después de ser formalmente elegido destacó que «el mejor modelo económico es el que nos contiene a todos. Nos planteamos que es necesario que los sectores políticos generen su autocrítica, que se hagan cargo los que se tienen que hacer cargo de las cosas que nos pasaron y que entiendan que el movimiento obrero tiene una estrategia propia». En el mismo sentido, Daer, quien a su vez es diputado nacional por el Frente Renovador, apuntó que «la CGT hará las alianzas necesarias para establecer un parlamento y un gobierno que represente nuestros intereses y no venga por nuestros derechos».
El gremialista aseguró: «Los trabajadores no nos podemos confundir, no estamos en veredas diferentes. Todos tenemos enfrente un adversario que, como vivimos un país capitalista, se trata del que se lleva mas en el reparto de la riqueza». Y agregó: «A pesar que le vamos a abrir la CGT a todos los sindicatos y dirigentes, tenemos que decir las cosas y no ser hipócritas. Debatir es muy bueno pero es mejor encontrar consensos y que todos los trabajadores tengamos una sola voz».
Y finalmente, envió un mensaje al bancario Sergio Palazzo que abandonó el encuentro: «Si alguien cree que se va de acá con un discurso y en la puerta hace una conferencia de prensa, se está equivocando y está siendo funcional al enemigo».