Primero fueron los insumos escolares. Más tarde fusionaron escuelas y comenzaron con un fuerte recorte en el fondo económico que reciben las cooperadoras. Tiempo después descontaron los días de huelga a quienes realizaban medidas de fuerza; y ahora apuntan a eliminar cursos enteros de los secundarios nocturnos.

El domingo pasado, Tiempo publicó en su edición impresa la denuncia de cientos de docentes porteños que fueron pasados a disponibilidad y que temen perder definitivamente sus puestos laborales ante la reducción de la carga horaria. Los trabajadores de la educación aseguran que el objetivo principal de este recorte es el cierre definitivo de todos los secundarios nocturnos.

Este miércoles realizaron un abrazo al Colegio Nicolás Avellaneda del barrio de Palermo. Rechazaron este nuevo ataque a la educación pública y se manifestaron en defensa de sus cargos docentes.

De acuerdo con lo denunciado por las y los docentes de esa institución educativa, ya cerraron en total seis cursos: dos cursos del turno mañana, dos del turno tarde y dos de la noche; y hay un total de 17 profesores que pasaron a disponibilidad por estos cierres.

Edgardo Cardoso es profesor de Ciencias Económicas en dos escuelas nocturnas: en el comercial N° 26 DE1, y en el Comercial 10. “En ambas instituciones se están realizando cierres de cursos. Acá en el comercial 26, se cerraron cinco: dos primeros, dos segundos y un tercero. Es una situación que se viene dando en todas las nocturnas”, señaló Cardoso a este medio

El argumento principal del ministerio de Educación porteño es que hay baja matrícula. Pero desde los secundarios nocturnos sostienen que el GCBA es responsable de esta situación dado que no existe ninguna campaña de difusión sobre estos secundarios para que los adultos puedan terminar sus estudios.

“La mayoría de nuestros estudiantes trabajan. Muchos se dedican al reparto de comida de las empresas de aplicaciones y no les queda otra que estudiar de noche porque de día trabajan”, agregó el profesor de Comercial 26. “En el 2018 intentaron cerrar las nocturnas, hubo un proceso de movilización muy importante y no solamente movilizó toda la comunidad educativa, también otros sectores. Eso le dio un espaldarazo y tuvimos bastante matrícula”, remata.

El gobierno porteño se ampara en el decreto 1990 que asevera que para mantener un curso abierto debe haber un mínimo 12 alumnos. Y que una escuela con menos de diez cursos tendría que dar de baja al prosecretario y al vicedirector. Una de las escuelas que actualmente se encuentra en la situación más crítica es el Colegio 14 DE 2 Juan José Paso, situado en el barrio del Abasto. En esa institución cerraron siete cursos y dejan siete activos.

Otro caso es el que cuenta Gustavo, profesor de Historia de la Escuela de Comercio N° 4 del barrio de San Telmo. Un edificio que pertenece a la Universidad Kennedy con más de cien años de historia y con serias complicaciones en toda su infraestructura.

“Yo soy profesor de esta escuela desde el año 99’, me queda un año y ocho meses para jubilarme y nunca viví algo semejante. En principio se cerraron este año dos cursos 1ro 1ra, y 1ro 4ta. A mi me pasaron 12 horas a disponibilidad y si no las reubico las voy a perder y puedo afectar notablemente mi jubilación”, explicó a Tiempo Gustavo.

En las próximas semanas, el resto de los colegios que atraviesan por la misma situación realizarán jornadas de lucha. Están organizando abrazos a los edificios escolares y varias movilizaciones al ministerio de Educación para rechazar el cierre de los secundarios nocturnos.