“El partido judicial funciona en articulación con los medios de comunicación. Y arriba está el poder económico concentrado. Si uno mira quiénes van a ser los beneficiarios del RIGI, son los mismos -o los hijos- de los que se llevaron todo en los ´90”. Cristina Fernández de Kirchner, 14 de agosto de 2024, declaración en el juicio por el atentado en su contra.
En los meses que va de gobierno vimos cómo creció la pobreza, mientras se pudrían alimentos incautados que eran negados a los comedores populares, hecho que conocimos gracias a la investigación periodística de Ari Lijalad, de El Destape. Pero mientras tanto, las organizaciones sociales que garantizan en los barrios la comida a los pibes y pibas son estigmatizadas por los grandes medios, reprimidas cuando se movilizan, allanadas y perseguidas por la justicia y el gobierno. Sucedió esta semana en la UTEP y antes con FOL y el Polo Obrero, entre otras.
El intento de magnicidio de Cristina Kirchner fue precedido por una enorme violencia mediática, donde grandes medios construyeron un clima de odio que fue el terreno fértil para la acción criminal. Esta campaña consciente de años, planificada, enhebra con la lógica de las redes, el monstruo de las plataformas, coautoras de ese clima, con algoritmos que no están exentos de los factores de poder sino que en definitiva son la lógica de gigantes corporaciones multinacionales. Pero poco y nada dijeron los medios de la disociación artera de la justicia entre los autores materiales del hecho, sentados en el banquillo, y los grandes ausentes: sus ideólogos y financistas.
Límites de la comunicación
En paralelo a ese enorme drama que atravesó nuestra democracia, algo tan denso como el intento de asesinato de una vicepresidenta dos veces presidenta, y la nula investigación acerca de quiénes lo tramaron, los trabajadores y trabajadoras seguimos perdiendo poder adquisitivo y sumiéndonos en una pobreza que nos precariza la vida, nos impide organizarnos y también nos impide, obviamente, pensar en los problemas de nuestra democracia.
La inflación disparada en el gobierno de Alberto Fernández fue llevada a 25 puntos mensual por Milei ni bien asumió, con el objetivo de disciplinar socialmente y justificar la recesión actual, cuando el consumo tuvo una caída de más de 16 puntos en el último mes, peor que en 2001 o en la pandemia. La supuesta baja de inflación está sostenida en esa recesión brutal, que a su vez es condición para la entrega de recursos mediante el RIGI. Pero otra condición para la gobernabilidad de la derecha es esa alienación a la que nos lleva estar sumidos en la lucha por la supervivencia: trabajar, trabajar, trabajar, para sobrevivir.
En ese contexto, desde SiPreBA esta semana nos movilizamos a Página 12 y la Secretaría de Trabajo, en el marco de un plan de lucha frente a AEDBA, cámara que además agrupa a Clarín, La Nación, El Cronista, Perfil, Crónica BAE, que sostienen salarios por debajo de 400 mil pesos. La Secretaría de Trabajo funciona como oficina de las grandes empresas.
Un mes dilataron una reunión para darle continuidad a la negociación salarial, cuando la recuperación del poder adquisitivo es urgente para quienes padecen sueldos miserables. No puede esperar. Y en nuestro caso, pelear por salarios dignos es también pelear por mejores condiciones para ejercer un oficio que es clave para la democracia, como es la comunicación. Desde ya, esto no nos hace mejores ni peores que nadie, sino que la especificidad de nuestra actividad.
El ataque permanente del gobierno de Milei a periodistas, medios públicos, medios populares mediante el ahogo presupuestario -cierre de fondos de fomento como los FOMECA y eliminación de la pauta publicitaria pública- es parte de un plan sistemático de censura para silenciar el ajuste, el saqueo y la persecución a las organizaciones y líderes populares, como Cristina.
Por eso es central tener una política para una comunicación verdaderamente plural, democrática y popular, donde quienes ejercen la comunicación tengan las mejores condiciones para ejercer una profesión fundamental para la democracia. El 30 de agosto se llevará adelante el Congreso Federal de Cultura y Comunicación en La Plata, tras decenas de pre-congresos en ciudades de todo el país. Sin dudas es una enorme oportunidad para demostrar la fuerza de este sector que necesita ser apoyado y respaldado.