El oficialismo en la Cámara de Diputados logró aprobar esta semana el DNU que respalda al gobierno para hacer un nuevo acuerdo con el FMI con un total de 129 votos a favor, 108 en contra y seis abstenciones. Por otro lado, el mismo día, la oposición no logró juntar número para el cuórum y tratar en el recinto una serie de proyectos como la prórroga de la moratoria previsional que finaliza el fin de semana.
¿Cómo hace el economista que no cuenta con gobernadores ni intendentes de su partido político para construir mayoría parlamentaria y blindar su gobierno teniendo en cuenta que posee la representación parlamentaria más baja de la historia argentina?
Con la llegada de Javier Milei a la presidencia, el bloque de La Libertad Avanza, que solamente contaba con dos bancas, sumó 39 legisladores en la Cámara Baja que preside Martín Menem, y que tiene un total de 257 representantes, mientras que la oposición de Unión por la Patria quedó con 98.
En diálogo con Tiempo, el periodista y director del medio Parlamentario.com, José di Mauro, autor del libro “Gobernar en minoría: el karma de la gestión Cambiemos” señaló: “Con la sumatoria del PRO, que ha actuado estos meses siempre en consonancia con el oficialismo, las cifras se empardan con las que tenía Cambiemos”. Y es que como cuenta Di Mauro en su libro, Mauricio Macri fue el primer gobierno con minoría en las dos cámaras, en cien años, y tenía el doble de legisladores con los que arrancó Milei.
“Decimos que Macri fue el primer gobierno en cien años porque para remontarse a algo similar hay que ir hasta Hipólito Yrigoyen que arrancó con minoría en ambas cámaras. En Diputados había 45 radicales contra 70 opositores, mientras que en el Senado la desproporción era mayor: 4 senadores propios y 26 contrarios”, repasó el periodista.
Volviendo a la actualidad, remarcó que “está claro que los funcionarios más eficientes, o al menos taquilleros de este gobierno, vienen del PRO (Luis “Toto” Caputo, Patricia Bullrich, Federico Sturzenegger). Milei tiene a lo que fue la gestión macrista como su hoja de ruta. No cometer sus mismos errores, como sacar el cepo de entrada, eliminar las retenciones, mantener los nombres por ejemplo en el CCK. Aplica sí estrategias comunes -en realidad de todos los gobiernos- de apretar a los gobernadores”, indicó el especialista parlamentario.
En ese punto, recordó: “Macri les daba todo en beneficio de la gobernabilidad”. “Este gobierno aplica más látigo que billetera. Y lo hace mirándose en el espejo de Macri, que fortaleció a los gobernadores tanto que, cuando no lo necesitaron más y el peronismo se unió, se le dieron vuelta. Ese es un dato clave que esta gestión tiene muy en cuenta. Hoy las compensaciones a los gobernadores existen, pero son a cuentagotas”.
“Yo creo en definitiva que esta gestión toma atentamente lo que fue Cambiemos para hacer, casi convencidos como están, de que ese gobierno fracasó por su debilidad”, opinó Di Mauro.
Pero además de ser una copia de Cambiemos es importante destacar el rol de la oposición que se encuentra totalmente fragmentada. El peronismo y los tironeos entre el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, la ex presidenta Cristina Fernández y el líder del Frente Renovador Sergio Massa complica la unidad opositora. Ni hablar el radicalismo o espacios como la Coalición Cívica de Elisa Carrió que al separarse de la alianza Juntos por el Cambio perdieron territorio en el Congreso.
Cada uno atiende su juego y cede al gobierno en lo que cree que les puede sumar un poroto. A eso hay que sumarle que los armadores de este gobierno utilizan muy bien la vieja práctica de la billetera con algunos legisladores, como sucedió con el exsenador entrerriano Edgardo Kueider.
Y es así como los jefes provinciales terminan aportando los votos decisivos para aprobar medidas del Poder Ejecutivo polémicas como el DNU para ir a negociar con el FMI.
El gobierno cuenta con gobernadores aliados como los radicales Alfredo Cornejo (Mendoza), Gustavo Valdés (Corrientes), Leandro Zdero (Chaco) y Carlos Sadir (Jujuy), que influyen sobre el bloque UCR, que suma 20 votos. De hecho, seis de ellos son de los radicales «peluca», autodefinidos oficialistas.
Por otro lado juegan muy fuerte los gobernadores que tienen partidos provinciales como Gustavo Sáenz (Salta), Hugo Passalacqua (Misiones), Rolando Figueroa (Neuquén), Marcelo Orrego (San Juan), Claudio Vidal (Santa Cruz) y Alberto Weretilneck (Río Negro).
Pero nunca faltan los gobernadores peronistas como el tucumano Osvaldo Jaldo, el santiagueño Gerardo Zamora y el catamarqueño Raúl Jalil. En cuanto a este último, según publicó el diario Página 12, el gobierno nacional concretó el traspaso de una mina de rodocrosita al ejecutivo provincial, la piedra más importante del país.
En cuanto al oficialismo, por más que se peleen entre todos, está muy claro que sacan de toda interna política a Milei y a la hora de votar todos terminan apoyando las iniciativas de gobierno. La misma Marcela Pagano defiende al presidente atacando directamente al titular de la Cámara de Diputados. “Hay alguien que tiene un interés claro en dejar de lado a un montón de personas que militamos para Javier Milei y ese es Martín Menem”.
Hay un discurso de victimización por parte del presidente asociado a la imposibilidad política de un gobierno de llevar la discusión al Congreso y ganarla por lo que se plantea la herramienta del uso de los DNU por parte del Ejecutivo. Sin embargo, en la radiografía de los hechos, Milei no ha sido perjudicado en lo concreto.
