¿Qué comemos? ¿Cocino o compro hecho? ¿Qué ropa me pongo? ¿Qué regalos me faltan? ¿Dónde compro las bebidas? ¿Vamos a una fiesta? ¿Qué hacemos con los animales? Preguntas que suelen capturar las mentes en pos de organizar cómo pasar las fiestas de fin de año. Algunos tips de coaches profesionales proponen cambiar las formas de planificar y atravesar las festividades con un ánimo más predispuesto al relax y menos cargado de culpas y exigencias.
Los encuentros festivos requieren de preparación, de tomar decisiones, desde cómo vestirse, hasta a quién invitar, decidir regalos, comprar o cocinar comida, elegir el menú, limpiar y ordenar, buscar fiestas o festejos si no hay abultada familia, entre otras previsiones.
Cómo hacerlo y de qué forma transitar estas decisiones, puede cambiar la energía, predisposición y hasta cómo lleguemos a esos momentos, para poder disfrutarlos, después de haberle dedicado tanta planificación física y mental.
Emilia María Alvarado Morales, master Coach de la Asociación Argentina de Coaching Ontológico Profesional (AACOP) aporta tips o recomendaciones que podemos tomar para administrar las energías, transitar el camino a las fiestas con disfrute y gozar de ellas en el momento presente.
Uno de las primeras opciones que plantea es “realizar una lista de todo lo que hay que hacer y quienes serán responsables por cada ítem”.
Ese listado conviene separarlo por temas y fechas: comidas, ropa, regalos, mesa, ornamentación, invitados, haber contemplado la noche del 24, lo que viene con la cena del día 31, almuerzo del 1 de enero; y hasta Reyes, si hubiese juntada.
Dentro de las comidas, se puede separar por platos o momentos: entrada, plato principal, postres, pan, bebidas comunes, bebidas para el brindis y realizar los pedidos y chequeos necesarios.
Una vez realizadas las compras o acciones necesarias, se recomienda tachar lo logrado y pasar en limpio la lista, “para que te dé la sensación de alivio”, explica.
“Hacete amiga/o de tus olvidos”. Esa consigna apunta a permitirse valorar la propia creatividad a la hora de dar soluciones a aquellas cosas que no se pudieron prevenir.
Para el momento de las fiestas, Morales propone “genera un ritual» con la música y las palabras: “Se elige la música, que puede ser parte de las historias familiares o algo nuevo que invite a una conversación diferente, la idea es inventar ese espacio que se quiere vivir”.
Otra idea es «producir alguna actividad que implique que cada uno de los participantes pueda manifestar lo que trae, lo que agradece, lo que decide dejar en el año viejo y lo bueno que quiere transportar al nuevo”.
“Permite a los niños traer una rima, una canción, un poema. Que la música y las palabras sean las que marquen el ritmo emocional del encuentro”, apuntó la especialista.
“Re-crea la historia”. Siempre hay maneras de recordar aquellos momentos que nutrieron la propia existencia y que nos dan identidad como personas, como familia y como pueblo. “Siempre hay un rinconcito donde guardamos las risas y los buenos tiempos compartidos y este es un buen momento para evocar lo vivido”, explica la especialista.
“Re-nace al presente, al aquí y ahora”, es otra entre tantas propuestas que implica respirar profundo, captar los aromas y las presencias.
“Observa el presente como el tesoro mayor, toma la foto que guardarás, abrázate, abraza y déjate abrazar, déjate llevar, entrégate a la experiencia”, señala.
La invitación entonces es adquirir un tiempo en que “puedan aflojar intensamente (significado de relajación) la tensión de los músculos y de las palabras para poder desplazarte en estados emocionales que te llenen de placer. ¡Carpe diem!”.