German Films anuncia la 24° Festival de Cine Alemán en Buenos Aires, que se podrá disfrutar del 19 al 25 de septiembre en el complejo Cinépolis Recoleta. “Seguimos con la misma política de mostrar un espectro amplio de la cinematografía alemana -cuenta Gustav Wilhelmi, director artístico del Festival- Vas a ver que tenemos un espectro bastante amplio, con la película de apertura Black Box, que es una película que muestra un edificio en el centro de Berlín que es clausurado y sus habitantes son obligados a permanecer encerrados, y comienza a aparecer un fenómeno de administración fascista, y el tema histórico del nacionalsocialismo, que siempre estuvo presente, con una película como Stela, una vida.” Para Wilhelmi ambos films representan la preocupación de la Muestra por el pasado y el presente de Alemania, donde “como se vio hace unos días volvió a ganar la ultraderecha, o sea que es tema actual”.
Wilhelmi remarca que “seimpre se buscan temas que resuenen en ambos paises: acá no tenemos todavía tenemos problemas de inmigración, personas que reniegan de los inmigrantes, pero en estos días hubo un político que habló de los negritos y las blanquitas, del café con leche de la historia de la Argentina”. Y agrega que hoy 36 por ciento de la población en la patria de Goethe no es de origen alemán, “algo que afecta mucho a los alemanes”.
Como tampoco el Festival escapa a las vicisitudes de la economía local: “El problema económico es grande porque los costos argentinos comparados con el año pasado más que se duplicaron. La financiación viene de Alemania y con la plata del año pasado no pudimos tener el mismo despliegue. Por eso no pudimos tener tantas visitas y más actividades”. Aunque esperan que eso no afecte la presencia del público: “La crisis económica viene hace unos años -explica-, y en algún momento nos ha afectado. Pero si bien los números pueden haberse reducido tenemos un público que nos sigue y que está esperando el comienzo del Festival. Y además tenemos promociones de entradas, paquetes que permiten ver varias películas por valores menores. El Festival está tan instalado en el movimiento cultural de la ciudad que todavía funciona”.
Asociación de productores y distribuidores
Este 2024 el German Films cumple 70 años, y Wilhelmi lo desliga risueñamente de cualquier responsabilidad en la “decadencia” argentina. “Es una asociación de productores y distribuidores alemanes, porque Alemania no tiene una organización central para la difusión de su cine, y este organismo se creó con ese fin, para que el cine alemán tenga presencia en distintos mercados.” Que como en el resto del mundo occidental parece vedado a cualquier cine que no sea el de Hollywood. Y según registra la organización, allí como acá, la pandemia paralizó prácticamente toda la producción. “Se dejó de filmar, muchas películas se pararon, y las que se hicieron fueron de bajo presupuesto, equipos pequeños, el costo de las películas y de producción se redujo. Y otro de los problemas a nivel mundial e que mucha gente se quedó pegada en el sillón frente a la televisión viendo cables y plataformas.” Algo que terminó afectando al Festival. “Hubo películas que quisimos darles en el Festival y están vendidas a algún streaming. El streaming tiene un potencial económico tan fuerte que los distribuidores no pueden competir. Y parece cada vez más costoso cuando el avance tecnológico trae pantallas más grandes y sistemas más cómodos.” Y cuenta, para ilustrar con un ejemplo, cómo la afectó la pandemia a su nieta de cinco años, a quien “le cuesta relacionarse con algunas personas porque la pandemia la afectó, estar encerrada la afectó”.
“El año que viene cumplo 25 años organizando el Festival, así que algo bueno habré hecho para que ellos me aguanten”, bromea Wilhelmi, y recuerda los días en los que iban a “buscar las bolsas de 40 kilos al aeropuerto: eran quince bolsas de 40 kilos que implicaban toda una logística que hoy no existe. Ahora llega en un pendrive o hay que bajarlas por el streaming, que aunque a veces tarda llega bien”. Y aunque extraña el “traqueteo de los proyectores” que acompañaban el sonido de la sala cuando el cine era sólo fílmico, no pierde el empeño cotidiano cuyo resultado se ve anualmente para que el Festival siga manteniendo su nivel y esté a la altura de las expectativas que genera en su público habitual y en los nuevos espectadores. “El tema de los cortos lo incorporamos el año pasado y elegimos los que más nos gustan de acuerdo a lo que nos ofrecen y también a nuestras posibilidades.” Por eso los cortos que se presentan antes de los films seleccionados no tienen diálogos. “Los costos de traducción son bastante grandes”, más allá de las cuestiones tecnológicas más modernas que puedan facilitarlos. “En cambio Next Generation tiene una función de 97 minutos con cortos porque es un programa que se arma a partir de los cortos seleccionados en distintos concursos de escuelas de cine de Alemania.”
Con la ilusión y la esperanza de algún día poder hacer un “Festival en el que pueda ir la familia los fines de semana como en esta edición y los adultos otros días incluso para buen cine con erotismo”, el director artístico de la semana del cine alemán cree que “el cine alemán, como creo que el de todo el mundo, ha vuelvo a pensar más en el público”, luego de “un momento en el que las producciones y los temas se habían vuelto muy elitistas: los directores hacías la película para ellos mismos, para realizarse como artistas”. En cambio, lo que se verá en el Festival y en todo eso que vio pero no pudo traer, dice que se diluyó esa “tendencia”. “Hoy veo que muchos directores que estaban en esa tendencia buscan hacer un cine que agrade al público, sea atractivo. El público no sale espantado, o diciendo no entendí lo que quiso decir: triunfaban en festivales pero en salas no las quería ver nadie. Eso ha cambiado mucho en los últimos años: hoy andan lo mismo de bien en un lugar que en otro.”
24º Festival de Cine Alemán
Del 19 al 25 de septiembre en Cinépolis Recoleta. Programación completa, fechas, horarios y venta de entradas en www.cinealeman.com.ar
Películas recomendadas
La caja de cristal (Black Box). Una de las últimas películas de la cineasta de origen turco Asli Özge, que cuenta la historia que transcurre en un edificio en el centro de Berlín a partir de que es clausurado por las autoridades, y sus habitantes son obligados a permanecer encerrados sin motivo del todo claro. Con claras reminiscencias a la crisis desatada por la pandemia, el film combina el fantástico con sus dosis de terror y suspenso y una aguda mirada sobre la situación social en la Berlín de hoy.
Anselm (Anselm – Das Rauschen der Zeit). Gracias a la colaboración del Goethe-Institut llega el último trabajo de Wim Wenders, y también algo de nostalgia restaurada. Por un lado, podrá verse su último trabajo, Anselm, un documental con tecnología 3D (como ya hizo con en su film sobre la coreógrafa Pina Bausch, 2011), para trazar un retrato del artista plástico Anselm Kiefer, autor de una obra tan monumental como provocadora. Por otro, Las alas del deseo (Der Himmel über Berlin, 1987), ganadora de la Palma de Oro y premio al Mejor Director en el Festival de Cannes, en copia nueva.
El aula voladora (Das fliegende Klassenzimmer). La película de la cineasta sueca Carolina Hellsgård, basada en la novela homónima de Erich Kästner (uno de los autores de literatura infantil y juvenil más importantes de las letras germanas), será la encargada de animar la sección Para toda la familia. Una historia en la que un grupo de alumnos pupilos de una escuela mantiene un enfrentamiento histórico con los alumnos externos, que antes que a la violencia los llevará a las aventuras.