Radio Colonia podría haber pasado a la historia de la radiofonía uruguaya como una emisora más en un paisito que se enorgullece de tener un espectro de calidad y cantidad desde los inicios del medio. Pero está ubicada en la ciudad de Colonia del Sacramento, a unos 50 kilómetros de la capital argentina y sin obstrucciones, porque está el río de la Plata. Además, se ubicó en los 500 Kilo Hertz de amplitud modulada, un sector del dial tan extremo que no tenía competencia local. De modo que poco costaba cruzar la frontera para tener audiencia en esta orilla y ofrecerse cono ventana para ejercer influencia y vender publicidad.
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Pero eso solo no bastaba para convertirla en la de más escuchada. Hizo falta que Argentina fuera, desde mediados de los 50, un país atravesado por grietas, dictaduras, represión y censura. Desde los opositores que cruzaban el charco para denostar a Juan Domingo Perón hasta los que huían de cada golpe militar. Y que Uruguay permitiera durante esos años la difusión de información que en nuestro país no podía circular.
Cuando alguien quería saber lo que pasaba en Argentina tenía que escuchar Radio Colonia. Y la emisora tenía alcance como para llegar hasta casi toda la costa bonaerense con claridad y con vientos favorables incluso al interior profundo.
En esos aciagos años las notas de Barras y Estrellas, la marcha oficial de Estados Unidos, de John Philip de Souza, preanunciaban el noticiero o alguna primicia de último momento. La voz, desde 1958, también era una indicación de qué lado del dial estaba clavada la sintonía: Era Ariel Delgado, un locutor y periodista nacido en Corrientes en 1931 como José Ariel Carioni, arrastrando las vocales para anunciar más informaciones para este boletín; antes de la tanda publicitaria, siempre de productos o locales porteños.
Aquí podes escuchar a Delgado anunciando el golpe contra Artuiro Frondizi, en 1962.
Aquí, el 24 de marzo de 1976:
Tanto la radio como el propio Delgado sufrieron persecuciones y según contaba hace unos años a La Nación Mario Kaminsky, que fuera director de la corresponsalía de la emisora en Buenos Aires, con la Triple A y el golpe de 1976, tuvimos amenazas y se instalaron antenas parabólicas en la Costanera para impedir nuestra llegada. Hubo amenazas también cuando Delgado informó del secuestro de Jacobo Timerman, el padre del ex canciller, que había fundado el diario La Opinión.
Los momentos de mayor audiencia, según revelaba Kaminsky fueron ante cada interrupción constitucional, o durante la guerra de Malvinas, que es cuando la sociedad reclamaba información veraz, otra de las características de la CW30 de esa época.
Delgado cuenta aquí otro momento de repercusión, cuando le entregan el Premio Nobel de la Paz a Adolfo Pérez Esquivel y los medios argentinos ninguneaban el galardón, por lo que eso implicó para la dictadura.
Colonia pasó a manos de Héctor Ricardo García, en 1965 y el astuto e inquieto dueño de Crónica logró armar por esa época el primer multimedios rioplatense, con el diario de mayor tirada del momento, Canal 11 y una radio argentina que transmitía desde Uruguay.
Delgado se tuvo que exiliar en 1980, luego de múltiples amenazas. Primero fue a Roma y luego a Managua, donde termina como asesor y comentarista de la onda internacional de La Voz de Nicaragua, vocera de la Revolución Sandinista.
De vuelta en el país con la recuperación de la democracia, Delgado pasó por Radio Argentina, Belgrano, América y Splendid. Es recordado en cada uno de esos lugares por su compromiso con los derechos humanos y de los trabajadores. García lo llamó para ocupar la secretaría de Redacción de Crónica y para conducir el noticiero de Crónica TV, que adoptó la marcha de De Souza como cortina de presentación. Muy enfermo del corazón, Delgado murió el 16 de octubre de 2009, a los 78 años.
La radio pasó de García a empresario uruguayos, aunque en los últimos años habría tenido una participación importante el argentino Daniel Haddad.